Untitled 2
Es apenas un retoñito cuando los ojos negros de Jaejoong lo ven por primera vez.
Es delgado y educado al milímetro pero esconde unos ojos vivos debajo del flequillo.
Tiene un rostro redondo y unos labios capaces de engañar a muchos, al resto, pero no a él.
El niño le estira el brazo. Sus ojos brillan como el sol de Junio.
“Hyung,” le llama mientras hace una reverencia.
Y ¡Oh! Kim Jaejoong, está jodido hasta la luna y de vuelta.
---
Changmin es un niño listo.
Así que no debe pasar mucho para que aprenda a no respetarle en absoluto. A desafiar su japonés, inglés y hasta el propio coreano. Jaejoong se frustra tanto con él que no puede dejar de darle cuanto puede.
“Él se lo busca” Kim le explica a Yunho cuando el hombre le intercepta, cansadísimo de las quejas del staff que cree que abusa del menor.
“¿Es que te ha pedido que le pegues expresamente?”
“A buen entendedor pocas palabras.”
Yunho le da a él esta vez. Y vaya que duele.
“Deja al niño en paz Jaejoong,” le amenaza.
Changmin le sonríe cuando le encuentra más tarde en la sala de entrenamiento.
“Annyong,” le dice.
Jaejoong rechina los dientes.
Un buen día de estos, ese niño será su muerte.
----------------------
Jaejoong sabe que es su hyung favorito. Lo presume cuando bebe y cuando no también.
Yoochun le rueda los ojos. Junsu se ríe y Yunho simplemente le ignora olímpicamente.
“¡Que es verdad les digo!” Jaejoong chilla peleándose con su propia lengua.
Yoochun está tan ebrio también que tiene voluntad para mantener aquella conversación sin sentido “entonces dices que te ha contado todo.”
“Por supuesto”
“¿Hasta quién fue su primer beso?”
“Que tonterías dices, Changmin aún no ha tenido su primer…”
“Oh vaya…no fue lo que le dijo a Kyuhyun la vez pasada.”
Junsu se ríe. Sabe lo que el otro intenta. Puede ver su larga y puntiaguda cola rosa desde donde está sentado.
“¡Yah! ¿Te importaría elaborar?” Jaejoong se le tira encima.
Yoochun se ríe hasta asfixiarse con su saliva.
“Creí que eras el hyung favorito,” se defiende.
Jaejoong le odia un poquito.
Sus vísceras se revuelven incómodas dentro suyo y cree va a vomitar ahí mismo. Yunho decide entonces que ha tenido suficiente, le llama un taxi y le envía a casa.
---------
“¿Es que ya has tenido tu primer beso?” le pregunta al niño una noche, el problema es que lo hace pateando la puerta de su habitación y entrando de la manera que sabe le va a hacer ganarse un buen madrazo.
Changmin ni siquiera se incorpora de su cama. Audífonos en esas orejas gigantes que tanto intenta esconder entre su precioso cabello castaño.
“Más te vale estar borracho,” el menor le amenaza.
Suele ponerse sensible con el tema. Porque es menor de edad todavía. No le queda de otra que ponerse del mal humor.
“No has respondido mi pregunta.”
Changmin se arranca el aparato de los oídos. Está cabreándose. Pero Jaejoong estará muy jodido el día que aquello le haga echarse para atrás. Changmin le conoce tan bien que no se sorprende al verle alzar la barbilla. Honestamente se pregunta cómo demonios aquel loco sobrevivió la secundaria y si se la pasaba en la enfermería con el labio hinchado.
No merece ese rostro tan bonito con tal personalidad es lo que su dongsaeng cree firmemente. Pero pese a que hyung sea capaz de sacar de quicio al más paciente, agarrarle a los puños no le va a hacer el truco al menos a él. Probablemente solo sirva para confirmar sus sospechas en su lugar…
Que este enojo que le tiene no es porque lo odie. Todo lo contrario más bien.
“Hyung ve a dormir,” le dice, incorporándose al fin y queriendo pasar por su lado para ir por un bocadillo y calmar al demonio en la boca de su estómago.
Pero Jaejoong le detiene del brazo.
Es un movimiento rudo.
Y a Changmin aquel tacto intempestivo le gusta tanto que es incapaz de esconderlo de su rostro.
El hyung le deja ir al segundo siguiente.
Y es que no se ha perdido esa vibra rara cuando esos ojos marrones le han mirado, una que ciertamente no debería despertar en su pequeño dongsaeng.
Jaejoong se enfrenta a una idea aterradora mientras toma sus llaves para salir de la ratonera, y es que quizás, solo quizás su dongsaeng ya no sea tan pequeño.
---------------
Changmin lo pierde por primera vez en presumiblemente…pues…su vida entera y lo hace en el peor escenario de todos…en público. Nadie entiende de qué va la cosa, solo que es con Jaejoong. Y aunque aquello de por sí suela satisfacer su propósito argumentativo, los testigos no pueden evitar mostrarse curiosos.
Incluso Yunho está tan sacado de cuadro que tarda valiosos segundos en abordar la situación como su trabajo de líder requiere. Porque es humano al fin y al cabo…y no puede creer que algo haya tocado a ese niño tan correcto a ese punto.
Woah Jaejoong es impresionante, el moreno piensa.
Impresionantemente insufrible...
Junsu corre a calmar al niño en su lugar y casi termina en el piso del empujón que su dongsaeng le mete en su intento de llegar al Kim al otro lado de la habitación.
Yoochun decide muy sabiamente largarse antes de que todo empeore y llevarse al cabeza dura de su hyung con él.
Todo el equipo moderador antiescándolos APT entra en tropas no mucho después para tirar escarchita a diestra y siniestra, así que una vez más Junsu solo sigue las instrucciones que se le dan.
¿Qué demonios ha sido todo eso? – le pregunta a Yoochun vía texto cuando está siendo apresurado fuera del edificio.
Tensión sexual susu-ah – es lo que recibe de respuesta.
Junsu decide apagar su celular y luego su cerebro.
----------
Por supuesto que Yunho los sienta a los 5 en la mesa del comedor y suspira su famoso ‘¿en verdad me odian tanto?’ ni bien comienzan, ese que ya de por sí les hace querer disculparse a todos por haber nacido en un principio.
Changmin intenta disculparse. Lo hace.
Pero es la forma…el hecho de que no pueda mirar a Jae a la cara lo que hace que ninguno de los presentes pueda creerle una sola palabra.
Yunho revienta y termina encerrándolos a ambos en la sala de grabaciones para que solucionen lo que sea que esté pasando y que claramente parecen no poder compartir con el resto. Junsu está tan callado como una tumba.
Yoochun solo parece muy por encima del tema.
----
“No vas a intentarlo siquiera” Jaejoong le pregunta después de lo que se sienten casi dos horas de silencio absoluto, demonios, quizás en realidad lo sean.
Está a punto de implotar. Y ¿la verdad? No piensa dormir ahí sin que al menos valga la pena. Además…por Dios que no soporta estar lejos de ese pequeño siquiera otro día.
“No tenemos que hacer esto…como sea lo siento de verdad…estaba de mal humor y la descargué contigo injustamente, no volverá a pasar, lo prometo.”
“¿Injustamente? Oh vamos, he tenido que hacer algo para cabrearte, dime de modo que puedo disculparme también.”
Los ojos castaños no saben a dónde mirar, sus dedos tamborilean sobre la alfombra, está sentado en el suelo con las piernas cruzadas y la espalda a la pared intentando dormirse a mitad de conversación para librarse de ella y a su vez sujetar bien esa correa sobre sus tortuosos sentimientos.
“Honestamente hyung….esta vez, no has hecho nada yo solo he…no sé qué me ha pasado.”
“¿Es tan malo que no puedes siquiera decírmelo?” Kim le interrumpe.
¿Tan mal la ha regado? Lo curioso de todo es que verdaderamente no puede pensar en nada en concreto. No es un santo ¿vale? Pero puede dar fe de que se ha comportado bien al menos ese último mes. Ha hecho sus apariciones en la radio, también en algunos programas de TV y ha estado de vuelta en casa ni bien han finalizado.
“Hyung.”
“Venga ya Min, sabes que puedes, te estoy dando permiso, dímelo, no voy a enojarme, te quiero mucho como para elegir mis pésimos hábitos por encima de ti.”
El menor suspira desde donde se encuentra.
“No es nada Jaejoong,” aquel castaño le dice.
Aquí con las luces apagadas Jaejoong no puede verle pero aun así puede imaginar esos hombros anchos encogidos en una mala postura que amerita un golpe entre las escápulas.
“¿Y tú cuándo aprendiste a mentir ah?” le exige enojado.
“Deja de hablar ya ¿es que no me escuchas?”
“Pero son mentiras y ni siquiera puedes comprometerte a ellas ¿cómo se supone que las crea cuando has querido pegarme con tantas ganas?”
Changmin golpea con su puño algo sólido, Jaejoong le oye quejarse de dolor y quisiera correr a él, besar sus nudillos y abrazarle, tirar paternalmente de su bonito pelo, lo que sea, para así dejar esta tontería atrás.
Pero es cuando se da cuenta de algo completamente aterrador. Que no sabe si es que ha perdido el permiso de acercársele. Es un sentimiento nuevo y profundamente desagradable el que se desata en su cuerpo entonces. Porque sentirle lejos se siente justo de esa forma...desolador.
“¿Changmin?” intenta llamarle, puede sentir el sabor a desesperación en su lengua mientras le busca en la oscuridad cuando lo hace.
“Yahh,” le llama de nuevo pero no obtiene respuesta.
“¡Shim Changmin debes responder cuando tu hyung te llama!” intenta gritar pero su voz suena quebrada.
Unas manos atrapan sus muñecas.
Esta escena se siente tan íntima sintiendo al otro tan cerca.
“Yah,” el hyung se atreve a hablar, “tú no…no me odias ¿verdad?”
Changmin suspira tan pesadamente que su aliento llega a la frente del mayor.
Jaejoong le siente más alto que nunca justo así.
“Deja de caminar a ciegas puedes hacerte daño,” la voz de su dongsaeng le resondra en ese tono normal pero cálido que siempre le ha dirigido.
Pero Jaejoong no puede cantar victoria solo con eso.
Changmin no le suelta. Piensa que es mejor tenerle sujeto de ahí que de otro sitio. No tiene la confianza para soltarle en esta habitación a oscuras que resulta permisiva en niveles que es incapaz de sobrellevar con tan solo su razón.
“Necesito saber,” el hyung le susurra.
“¿Qué es lo que quieres saber Jae? ¿Qué estoy enloqueciendo? Pensé que estaba muy claro a este punto.”
“Pues yo estoy enloqueciendo también cómo se supone que sobreviva un día más si no puedo al menos abrazarte una vez al día.”
“Nos haces sonar como un par de codependientes.”
“Pero lo somos Min.”
Los ojos castaños suben a él.
“Es a lo que voy hyung, no deberíamos serlo.”
“¿Y por qué no?”
“Porque no está bien, si me das espacio, yo no sé porque pero soy de esta forma contigo así que voy a querer más, y yo no debería querer más, tiene que haber una línea clara. Tú y yo, miembros. Tú y yo amigos. Tú y yo, hyung y dongsaeng.”
Algo húmedo cae sobre las muñecas de Jaejoong.
El chiquillo está llorando en silencio. Jaejoong puede sentir su calor irradiarse a él a través de sus manos. Puede sentirle temblar también. Haber dicho aquellas últimas palabras parece haberle dolido como nada jamás. Pero el niño le quiere tanto aún así que lucha por controlarse.
Jaejoong quiere secarle las lágrimas y hace el intento de soltarse. Pero el castaño no le deja.
“Changmin,” le llama por lo que siente la milésima vez en esa noche.
El largirucho chiquillo solo hipa y coge un poco del aire que le hace falta dado que sigue interrumpiendo su diafragma.
“Te doy espacio porque quiero dártelo todo e incluso más.”
“Creo que no entiendes lo que todo significa hyung.”
“Sé más de lo que probablemente quieres ahora dongsaeng”
Él castaño pierde fuerza en los brazos al oírle. Jaejoong aprovecha para taclearle al piso.
Changmin se queja pero le sostiene de forma que evite el golpe también. Jaejoong sabe bien que solo en mil vidas podria merecerle. Luego de empujarlo al piso, Jae se inclina sobre él y después de quitarse la chompa, procede a secar el rostro del menor con las mangas.
“Hyung.”
“Quédate quieto.”
Una vez finalizado le cubre con la chompa y se recuesta a su lado.
“Vamos a estar buen rato aquí, será mejor que duermas.”
“Hyung.”
“Duerme ya, es una orden,” le resondra.
El castaño se remueve inquieto bajo la chompa llena de su colonia favorita. Alguien ha estado entrando en su habitación aparentemente. Ese bribón escurridizo. No puede evitar sonreír.
Busca las manos de Jaejoong entre sus cuerpos y el mayor entrelaza sus dedos al sentirle.
Duermen hasta casi las 10 am de ese modo.
----
“¿Así que todo está bien ahora?” Junsu se atreve a preguntar a las dos semanas
Yoochun inclina la cabeza para alcanzar a ver al par de hombres jugar por el ordenador en la sala e insultarse apasionadamente.
“Supongo, al menos no se están agrediendo físicamente.”
Se escucha un sonido sordo.
“¿Qué te sucede animal?” Changmin grita desde la sala.
Luego se oyen pisadas de lo que es probablemente Jaejoong siendo perseguido por el apartamento.
“Olvídalo, no sé cómo eso funciona,” Yoochun le responde, echándose más cereal a su bol de yogurt de desayuno.
Oyen luego a Yunho gritando pero no alcanzan a oírle bien.
Junsu suspira.
“Creo que nadie puede entenderlos más que ellos.”
Yoochun se encoge de hombros.
Kim lleva sus residuos al lavaplatos.
“Como sea creo que seguiré trabajando en esa canción que empezamos para día de gracias, avísame cuando terminas y te veo en el estudio.”
Yoochun asiente.
Junsu cruza la sala hacia el pasillo y concretamente a su habitación. En el camino pasa por la habitación de Changmin. La puerta está abierta y Kim mete la cabeza para asegurarse de que no se hayan matado dado el extraño silencio.
Lo que ve le obliga a una vez más a apagar su cerebro, cerrar la puerta y alejarse de allí en silencio.