De pequeños pasos y virginidades perdidas.
Así que…este es el capi
final. Estoy depre, este es mi segundo soulfighter y lo quiero como no tienen
idea, espero les haya gustado los capítulos, me divertí montones escribiéndolo,
avergonzando a Changmin, a Yoochun, a Jae. Choteando a Sena etc, etc. Un
agradecimiento especial a la kétchup
a quien dedico este capítulo final, porque se lo debo desde hace un tiempazo.
Un shot-out a nyu que me deja los más bellos
comentarios siempre. Y a toda la gente linda que también se da el tiempo. Ha
sido un largo recorrido con mis kilométricas demoras pero espero les haya hecho
sonreír mucho más que frustrarse. Un abrazo enorme gente.
PD: I’m a big fan of happy endings
folks, what can I say.
PD2: No es por spoilearlas pero sé que algunas buscan
VEN-GANZA con el Chun por joder tanto y lo entiendo pero su Jaemin ya está bien
así que a lo Idina Menzel let it goooooo ♪♫
#pretendinglastpeach
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La noche opaca el precioso rostro de Kim y el
castaño suspira de alivio al tenerle de frente de nuevo, esperar a fin de
clases ha sido la más dura prueba a la cual Changmin ha sido sometido jamás, al
menos Jae ha tenido algo en lo que ocuparse las 4 horas que él ha pasado tirado
en un patio arrancando pasto y haciéndose mugre la camisa para no masturbarse
ahí mismo.
Jaejoong luce aterrado pero al menos lucha por
no huir y Changmin le agradece, porque 4 horas ha sido un largo tiempo para
pensar las cosas hasta el cansancio, lo cual irremediablemente ha terminado
haciendo…pero la cosa es que tiempo basto o no, Shim sigue sin la tesis y con
ganas de cogerse las piernas y no sé ¿rodar?
De algún modo logra quitarle el morral de la
espalda y colgársela junto a la suya para luego preguntarle, “¿cansado? Nada que
un buen vaso de jugo helado no pueda solucionar.”
Pequeños pasos, fue lo que Shim dedujo en sus 4
horas de meditación. Los pasos pequeños conllevan a logros considerables. Así
que pasos pequeños serán. No va a hacer un mundo de esto, tan solo va a
respirar, va a preguntarle cómo le fue con Choi, y sincronizarle las piernas de
camino a casa con su morral en su espalda. Aunque lo que quiera en realidad sea
más bien sincronizarle esas caderas.
Y todo va bastante bien, caminando despacio por
las calles, manteniendo una conversación simple uno al lado del otro, una que
evade estratégicamente cada pequeño aspecto de lo que en realidad deberían
estar discutiendo.
Todo está bastante bien hasta que Changmin le
pregunta, “y entonces ¿cómo te fue hoy?”
La sonrisa de Jaejoong se transforma en llanto
de la misma forma en la que el semáforo cambia de verde a rojo. Y Changmin
siente el nudo de la impotencia estrangularle la garganta porque no se la ha
visto venir, no sabe exactamente lo que ha hecho, si ha hecho algo siquiera,
bueno a tenido que ser él porque aquí solo están ellos, pero Dios, culpa de
quien sea esto solo quiere implorar perdón, solo quiere que el chico que ama
deje de empapar su polo, porque le ha abrazado en un intento de calmarle y se
siente un idiota total, por estar pensando con su entrepierna cuando claramente
esto es delicado para Jaejoong.
¿En qué estaba pensando?
Jaejoong ha tenido que haber lidiado con todo
el factor Yoochun y ahí va él pensando en cuando podrá meterse en sus
pantalones.
No le merece, lo que merece es un puntapié en
los huevos, un castigo.
Oh sí, merece un castigo por su mal
comportamiento.
Dios, ¿qué mierda pasa consigo mismo?
Jaejoong quiere decirle algo. Entre sus
balbuceos y pequeños hipidos de llanto, Changmin lo sabe y por tanto lucha por
entenderle pero el mensaje es muy críptico. Y suena a puro “yo, yo…”
Se quedan unos 4 semáforos ahí, camiseta
arruinada, cabellos negros y mentones adoloridos de tanto apoyarse contra el
otro cuerpo, Changmin le mira inminentemente perdido y tiene miedo a hablar
porque ¡diosito lindo! duda tenga lo que Jaejoong necesita oír ahora. Se siente
sobre la cuerda floja y sin mallas.
“Pequeños pasos,” Jaejoong alcanza a
balbucearle entonces.
Mejillas rojas de la vergüenza, de haberse
puesto a lloriquear frente a la persona a la que intenta impresionar o lo que
sea, tiene las manos metidas fuertemente en el bolsillos y los ojos forzados
pero fijos en los chocolates de Changmin, “pequeños pasos,” le repite.
Changmin no sabe porque demonios está tan
azorado a su vez, pero su cuerpo arde, y sus dedos temblequean en torno a las
dos correas de los morrales que tiene sobre el hombro izquierdo.
“Pensé que pequeños pasos ayudarían, pensé que
tendríamos una conversación tonta, de cómo fue tu día, y te sonreiría, y
llegaríamos a mi casa y te despediría con un beso en la mejilla, que trabajaríamos
nuestro progreso así, pero no puedo Changmin estás aquí y en todo lo que pienso
es en la excusa que podría darte para invitarte a entrar a mi casa antes de que
te hubieras ido, quizás ver una película no lo sé, ganarme tiempo para decirte
lo que necesito decirte, de como terminé las cosas con Yoochun, como te escogí
a ti, como te escojo a ti porque me haces sentir infinito, como hoy me animé a
cantar la pieza que te compuse, como incluso al bendito Choi Seung le gustó,
como en resumen hoy he tenido el mejor día de mi vida y te besaría, mierda, te
haría el amor en el mueble de mi sala porque no creo que llegaríamos siquiera a
mi cuarto y tendríamos blonde la versión del 2001 corriendo en el televisor a
nuestras espaldas, porque es la única película que tengo a la mano y es la que
probablemente habría terminado poniendo antes de animarme a decirte todo esto,
lo cual es tan inapropiado porque ¡venga! ¿Quién mierda intenta hablar de
pequeños pasos cuando están Jensen Ackles y Patrick Dempsey teniendo un trío
frente a ti? Y yo solo, dios, me siento un perro, sé que somos hombres, sé que
no vamos a tener conversaciones de corazón abierto y a trenzarnos el cabello
después de haber llorado, pero necesito que lo sepas, necesito que sepas que te
amo, y que hace mucho que nadie me ha tocado desde que supe a ciencia cierta
que era homosexual / bisexual o lo que sea, y que si me abrazas y tengo una
erección no es porque solo piense en sexo, dios mío ¿por qué estoy diciéndote
esto?”
Changmin necesita detenerle antes de que el pelirrojo
continúe soltando barbaridades de su pequeña boca de caramelo porque si no simplemente
va a perderlo, va a perder la poca cordura que tiene en plena vía pública con
carros, bocinas y llantas rechinando contra el pavimento. Porque no puede ser
que ame tanto a este chico.
No puede ser que Jaejoong acabe de excitarlo
así de tan solo contarle abstrusamente lo que había pensado en los
difícilmente10 minutos que le han tomado bajar del tercer piso al primero en
donde le ha estado esperando para volverse juntos.
Jaejoong luce tan alcanzable a tres pasos de sí
mismo que Changmin no entiende por qué no le está comiendo la boca justo ahora.
“¿Quién necesita de pequeños pasos?” es lo que
el castaño entonces le pregunta.
Volteándose hacia la pista y tragando el exceso
de saliva. Porque vale, están haciendo esto. Van a hacer esto, pero no en vía
pública y espera que Jaejoong le capte el mensaje así que cierra en puños las
manos y respira profundo para poder volver la cabeza hacia él. Y se muere ahí
mismo, porque esos ojos negros le miran de una forma que le hace sentir infinito
a su vez.
El castaño suspira sus “oh dios” fuertemente a
través de su boca y procede a sujetarle la mano izquierda con su derecha.
Jaejoong ha perdido la capacidad de mandarse
por sí mismo así que Changmin tiene que arrastrarlo consigo para cruzar la
pista, conducirle por la 15 que es la calle que les va a llevar a la casa del
pelirrojo y en lo que queda del camino, le aprieta los dedos contra los suyos y
le cuenta a tono de voz medio, para que solo Kim pueda oírle, porque es el
único que necesita saber, cómo es que fantaseó en besarle por semanas, mucho
antes de que todo se desatara, cómo la primera vez que se besaron fue el
maldito 4 de Julio dentro de su pecho, cómo sus labios saben a duraznos, cómo
los duraznos son curiosamente su fruta favorita, cómo estuvo presente ese día
de su audición para impedir que Sena intentara hacer algo. Cómo Yoochun es un muy
estúpido hijo de puta al cual no puede odiar del todo porque de alguna forma
hizo que terminaran juntos. Cómo le ama tanto que le aterra declararle todo
esto, entregarse en bandeja así a una persona, cómo le ama tanto que el terror
le vale madres, como le elige por sobre todo sus miedos, como va a elegirle hoy
aquí y ahora y lo hará las mil veces que vengan.
Así que suben las escaleras hasta el depa de
Jaejoong, y el pelirrojo pone blonde la versión del 2001 mientras las palmas de
Shim sudan contra la tela de sus pantalones que cubre sus rodillas y trata de
no lucir todo cachondo con la semi erección que se esconde debajo de su
bragueta cuando Jae se sienta a su lado después de haber apagado la luz, porque
sí, están supuestamente haciendo esto, y Changmin presume Jae debe saber el
cómo, porque él definitivamente no.
Aunque lo cierto es que no luce tan difícil
cuando Jaejoong está encima suyo con ambos muslos apretándole las piernas, besándole
despacio, pequeños picos por aquí y por allá, pestañas delgadas, mejillas
rojizas, dedos de porcelana sujetos en su mandíbula, fijándole la cara,
abriéndole la boca para unir sus lenguas, entre suspiros pesados, calor y manos
traviesas.
No se siente difícil dejarse recostar en el
mueble con Jaejoong bajándole la bragueta y tocándole.
Fuerte, despacio, medio, Changmin no puede ni
identificar el cómo, solo que se siente espectacular, con Jaejoong sobre él
friccionándose contra su parte baja y comiéndole el cuello.
“Serán pequeños pasos al fin y al cabo,”
Jaejoong ríe contra su mejilla cuando Changmin termina irremediablemente en su
mano.
Ojos algo chinos de vergüenza, de adoración, de
sentir a Jae sobre él moviéndose para alcanzar su propio orgasmo hasta
finalmente conseguirlo entre un gruñido y su mano izquierda posiblemente moreteándole
la nuca que es de donde se sostiene para no gemir sin vergüenza. Shim tiene la
visión nublosa de las ganas de buscar una pala para cavar un hueco y meterse
dentro hasta que Jae le besa la mejilla sonoramente.
“Hey, tenemos tiempo ¿vale?,” le dice hincándole
con el índice la frente y robarle una sonrisa, “además si no puedes anotar en un
partido, lo harás en otro…creo,” le dice, ahora sí intentando burlarse pero la
sonrisa tonta en su carita preciosísima cuando le besa en la frente vuelve todo
bastante soso en realidad.
Kim se quita de su regazo poco después para ir
en busca de algo con lo que asearlos. Cuando vuelve a su lado la película está
por terminar y Kim acomoda su cabeza en las piernas del castaño mientras habla
largo y tendido de cómo Jensen y Patrick tienen ahora shows muy exitosos, de
neurocirujanos, ángeles y demonios. Shim le entiende mierda pero le ama, le ama
hasta que se queda dormido con el cuello colgando peligrosamente hacia atrás.
Y le continúa amando en sueños, inconsciente de
los 10 mensajes de voz y el doble de llamadas perdidas de su madre en su
celular metido en su morral que ha dejado colgando de una silla del comedor.
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“¿Se presentarán para el show de Abril?”
Changmin le pregunta robándole un pedazo de carne que previamente ha trozado
para Jaejoong.
Kim le gruñe un “hey” pero Shim le ignora y
vuelve a robarle otro.
“Es la idea,” Jaejoong le responde finalmente
intentando robarle un poco de sus verduras mixtas pero fallando contra los
palillos de Shim.
“Empiezo a pensar que tomaste clases de artes
marciales.”
“No solo tengo una hermana que nunca como de su
propio plato.”
“¿pero que tú? Lo dudo y ¿cómo es ella?”
“Pues fea, no todos somos bendecidos con la
carga genética perfecta hay estudios.”
“Cierra el pico, niño bonito,” Jaejoong golpea
con sus palitos la mejilla de su ahora novio y trata de no reír bobamente
cuando Changmin le mira ofendido.
“Bueno ya, mínimo disimulen,” la voz de un
pelinegro se deja oír cuando entra en el comedor con su propia bandeja en manos,
todos aún tienen la costumbre de comerles con la mirada, al punto en que
Jaejoong y Shim ya se han acostumbrado a tener la sintonía, después de todo
tener a Changmin peleándose toda la primera semana no hizo mucho por menguar el
poco tino de todos esos animales.
Park les dirige una mirada pequeña antes de pasar
por su lado hacia alguna de las mesas del otro lado.
Jaejoong mira a Changmin de la forma que le hace
gruñir.
Ya le ha contado a detalle como todo está
terminado, pero no puede evitar seguir algo resentido con el chico.
“Park, acá tenemos espacio,” le dice antes de
que el pelinegro siga avanzando.
El susodicho voltea y parece un poco
avergonzado.
“Lo digo en serio,” Changmin le dice
suspirando, “trae tu pequeño trasero aquí no me hagas rogarte.”
Yoochun no sabe a qué lado sentarse dado que
hay sillas a los costados de ambos y Changmin quiere reírse de él, pero
Jaejoong no va a estar muy contento si lo hace, así que se traga los
comentarios.
Jaejoong se hace a un lado invitándole a
sentarse a su lado y el pelinegro lo hace despacio.
Toda la cafetería está tan callada que Changmin
no se sorprendería si al levantar la mirada ve teléfonos celulares en alto.
“¿Cómo puedes comerte el brócoli Chun? ¡Es
horrible!” Jaejoong va por una risa ligera mientras le codea.
Yoochun le codea de vuelta sonriendo un poco, “algunos
queremos llegar a los 50.”
Changmin siente su estómago encogerse con un
poco de celos pero no es nada que no pueda controlar, sobre todo desde que sabe
que Yoochun no llegó a verle desnudo, no llegó a hacerle el amor como él, la
noche precedente.
La siguiente que entra en el comedor es Heebin
y el circo se ha armado solita, la chica les mira con bandejas en manos nota a
Yoochun con ellos y desvía la mirada al otro lado, sus amigas vienen tras ella
para conseguirse una mesa, observan todo y tratan de disimular hablando un poco
más fuerte y dirigiéndose en grupo a las mesas traseras.
“Así que eso sigue así,” Changmin habla.
Jaejoong mira a Heebin alejarse y vuelve hacia
Yoochun.
“Se merece alguien mejor.”
“Vaya, y yo creí que jamás podríamos coincidir
en algo.”
“¿Tienes cara para hablar?”
“Chun,” Jaejoong le semi resondra y el
pelinegro bufa.
“Está bien Jae, estoy bien, y ella mejor sin
mí, alrededor,” le dice moviendo sus tallarines y sin probar bocado, “como sea,
me haré tarde a mi clase, será mejor que me vaya.”
“Pero no has comido nada.”
“Tengo 5 bolsas de papas fritas en mí ahora
mismo, Kim, no te preocupes por mí, nos vemos luego.”
Dirige un pseudo asentimiento en dirección a
Changmin y desaparece a paso rápido.
“No me gusta esto,” Jaejoong le dice cuando
Yoochun ya se ha ido.
Changmin bufa, mirando a la chica del otro lado
de la cafetería, hablando con sus amigas y riendo, pero los ojos, los ojos no
están ahí, están fuera con el pelinegro que ha salido y se supone que esto
debería haber funcionado para ambos y no solo para él.
“¿Sabes?” le dice a su novio robándole el
ultimo pedazo de carne, Jaejoong le mira exasperado, “eso es algo que podemos
arreglar.”
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“¿Y él está bien con esto?” Yoochun le pregunta
a través del teléfono, dejando sus cosas en su casillero.
“Solo vas a ayudarme con esta canción, tu
estudias esto, el chico solo sabe de números,” Jaejoong se queja, Changmin a su lado le pone cara de
poto, sabrá solo de número, pero tiene buen oído Jaejoong no sabe lo que habla.
“Vale, te veo después en el tercer piso,
podemos usar esa aula que siempre dejan sin cerrar.”
“Listo.”
El pelirrojo cuelga y mira a su novio con una
sonrisa.
“Vale, te toca,” Kim le dice pasándole el
teléfono, Changmin le pica en los labios porque no puede reprimirse.
Jaejoong le golpea un hombro para hacerle
parar, la dinámica esta de infringirse moretones no ha variado mucho ahora que
están propiamente juntos, se ha vuelto peor incluso, sobretodo en la intimidad,
noticias de último minuto a Jae le gusta rudo, noticias de último minuto dos, a
Changmin también.
“¿Heebin-ah?”
“Hola…sí, íbamos a ir por un helado saliendo de
clases con Jaejoong, pero tengo una clase en medio y no quiero dejar al niño
solo, ¿puedes acompañármelo un rato? Estará en el tercer piso, trabajando en
esa canción que no quiere enseñarme, a ver si logras sacarle algo, listo,
entonces, vale, te veo luego.”
Jaejoong observa al castaño colgar el teléfono.
“Y así es como haces la pata.”
“¿No estamos siendo un poco como esas parejas
que van intentando juntar a todos sus amigos y a las que todos odian?” Kim le
pregunta de pronto, guardándose el móvil en los jeans.
Changmin lo considera por unos segundos.
“Bueno un poco.”
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La muchacha llega antes que Yoochun, y al ver
que Jaejoong no se encuentra asume que probablemente el chico se ha ido a los
servicios o algo así que deja su mochila en una de las carpetas y se sienta
sobre una de ellas a esperar por su amigo.
Un par de minutos hay ruido detrás de la puerta
y cuando esta se abre, aparece el pelinegro mascullando algo de, “si digo que
la frase no tiene sentido, es porque no tiene sentido así que no quiero nada de
boberías de amor porque te juro que vomitaré.”
La cara de Yoochun es difícil de leerla cuando
la ve dentro. Una falda rosa que ha quitado de esas piernas blancas en el
pasado y un top blanco a crochet, está hermosa como siempre, le pega en todo el
arrepentimiento y la culpa.
Heebin entiende al instante de que va todo
esto.
Pero hubiera esperado que esto hubiera sido
maquinado más bien por el pelinegro que tiene frente a sí.
Necesita saberlo, ¿la sigue queriendo? ¿La
necesita por las noches? ¿Por las mañanas? Ha estado tan feliz de que Jae y
Changmin hubieran arreglado las cosas para darse cuenta de lo sola que se
siente sin Yoochun. De lo que duele verle en los pasillos con el gesto duro y
el cabello sujeto en una coleta.
“Lo siento, yo no tenía idea, esto yo no…voy a
hablar con ellos, no te preocupes.”
“¿no vas a saludarme al menos? Creo que dijimos
que no íbamos a ignorarnos.”
Yoochun la mira con tanto dolor que Heebin
quiero retirar lo que ha dicho.
“Sí, perdona, hola Heebin.”
Su nombre sabe a recuerdo en sus labios. Hace
mucho que no tiene el valor de repetir su nombre en alto.
“Hola,” ella le responde mostrándole una
sonrisa pequeña y procede a señalar el lado vacío de la carpeta a su lado.
“Ven,” tiene que decirle porque Park continúa
tieso en su sitio.
El pelinegro camina callado los pasos que le
separan de la carpeta y se sienta junto a ella a su lado, sus brazos se tocan
de costado y Yoochun tiene que acomodarse un rulo detrás de la oreja para
disimular sus ojos rojizos.
“Jaejoong y Changmin,” ella empieza.
“Están juntos sí,” Yoochun le responde,
inspirando y exhalando el aire por su nariz, “era lo correcto.”
Pasa un rato de silencio antes de que la chica
se anime a volver a hablar.
“¿Y nosotros Chun, acaso nosotros no somos lo
correcto?”
Yoochun siente las lágrimas correr silenciosas
por sus mejillas, “lo somos,” le dice asintiendo con la cabeza y mordiéndose los
labios.
“Y sí lo somos ¿Por qué no estamos juntos?”
Yoochun hipa cogiendo fuertemente su mano en la
carpeta sin poder verla a la cara, “mereces algo mejor.”
Las suaves manos de la castaña le cogen el
mentón para obligarlo a verla, “¿por qué no dejas que sea yo quien decida?”
Park posiciona su mano sobre el de la muchacha,
la observa pequeña y suave, observa sus labios color rosa debajo de su redondita
nariz, observa sus pestañas cada rincón de ese rostro que conoce a la
perfección, pero aun así haya algo distinto cuando termina de acercarse y
besarla despacio en ese salón de clases vacío.
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“Son repugnantes,” reciben en un mensaje de
texto desde el celular de Heebin esa noche.
Jaejoong sospecha que es Yoochun. Changmin cree
que es la misma Heebin, pero en realidad ninguno está muy dispuesto a discutir
la identidad del remitente cuando están desnudos sobre el otro.
“¡Verdad! Olvidé decírtelo, hyung-nim me ha
invitado a su viaje a estados unidos el próximo mes, dice que puede presentarme
con un par de personas que pueden explotar mi talento.”
Changmin deja el cuello de su novio para
expresar un, “¿qué hablas?”
“Sí, bueno, le dije que iba a pensarlo.”
“Oh Jaejoong pero ese tipo de oportunidades no…”
“Luego recordé que esto es lo que he esperado
en toda mi vida y le dije que estaría encantado de acompañarle.”
“Empiezo a pensar que eso de pensarlo es pura
maña que me estás intentando vender.”
Jaejoong le besa en los labios riendo.
“¡Claro que no! Además será solo por dos
semanas y media.”
Changmin no está encantadísimo con la idea de
dos semanas sin él, pero besa sus felicitaciones en los labios de su pelirrojo
y deja su mano deslizarse más abajo para hacerle entender cuan alegre por él
está.
Jaejoong pega la cabeza contra la almohada y
suspira.
“Sí y lo bueno es que no tendré ningún gasto
fuerte porque nos hospedaremos juntos y…”
“Espera un segundo.”
El pelirrojo se ríe de la cara de Shim, “bromeo,
cariño.”
Shim le voltea de modo que esté encima de él, mirándole
con reproche.
“O no bromeo…” Jaejoong le susurra al oído.
“Es todo, estoy yendo contigo.”
Jaejoong se carcajea, “convencerte no fue tan
difícil,” le admite.
“¿Tanto te costaba tan solo invitarme?”
Jaejoong le besa para callarle.
“No lo arruines.”
Changmin se abraza a él y procura no decir más
de lo necesario por los siguientes 20 minutos.