MOSH (17/20)

Ok escribimos este capítulo básicamente porque la actua era de una página y media creo y que desde un punto Jae quedaba mucho mejor y como en sus comentarios muchas se arrancaban los pelos, mejor decidimos matar dos pájaros de un tiro jajaja.

Y vane me refería a Jensen Ackles sí tiene 40 pero es meramente platónico si hubiera algo así de fuerte yo misma me tiro del morro HAHAHAHHAHAHA…ok.

Dedicado a Tefi y a Camu.
PD: Deberían leer escuchando esta canción de DAVICI.
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Won't live trough scars

Si bien Kim Jaejoong sabe que no le ama. Sabe también que lo que Changmin despierta en él esta peligrosamente cerca. Le quedó bien claro esa patética noche, meses atrás, cuando aquel chico con delineador en los ojos, piel no tan tersa como la suya pero casi ahí y con una chamarra negra que por mucho que le jodiera tenía que aceptar que él mismo también se la hubiera comprado, pasó sus brazos alrededor de los hombros del abogado con total soltura. Afectuoso y sediento de otra muestra del buen sexo que Changmin seguramente le habría dado.


Jaejoong puede sentir ese vacío enorme en la boca de su estómago como si hubiera sido ayer. La rabia absoluta. Esas ganas descontroladas de alejar al otro muchacho y quizás marcar ese cuerpo largirucho a mordidas para dejarlo un poco más claro.

Mío, gruñía el energúmeno monstruo en su interior.

Fue entonces que Jaejoong se dio cuenta que Changmin se le estaba yendo de las manos. Fue entonces que cerró la puerta. Le puso un candado y tiró la llave al abismo. En este afán suyo de enmendarlo todo, de volver al principio. Ahí donde Changmin era uno más de los que se llevaba a la cama porque a final de cuentas sabía cómo complacerle.

Así que se decidió a reducir su tiempo con él, evitar todo contacto que no fuera estrictamente necesario. Distanciarse le serviría para enfriar su cabeza y poner en orden sus liadas ideas producto de esta costumbre tan nueva para él y que había desarrollado con ese abogado.

Porque en esa inocente mente suya, Jaejoong creyó que el problema era solo él. Él, que no parecía saciar esas ganas de montarle por toda su maldita casa. De seducirle con besos, con sus sucias palabras. Podía ser cierto que Changmin no le ponía mucha pelea. Pero Kim suponía que para él era más cosa de circunstancia. El chico bonito abriéndole las piernas y él no siendo un santo.

Ignorante de cuán equivocado estaba respecto a los sentimientos del castaño.

Jaejoong logró convencerse de que todo estaría bien, que Changmin pillaría el cambio de dinámica entre ambos como desinterés suyo, quizás le buscaría un par de veces pero eventualmente terminaría aburriéndose. Quizás volvería a buscar algún otro chiquillo más que ocuparle la libido, y él esta vez sería capaz de mirar para el otro lado. Podrían ser amigos de nuevo. Solo amigos como era lo apropiado.

Excepto que…no resultó ser tan así.

Excepto que las semanas pasaron y Changmin no trajo a nadie a casa. Excepto que Changmin continuaba buscándole sin cansancio. Quizás no descaradamente. Pero Kim era capaz de ver a través de él ¿Es que no era esa una especialidad suya al fin y al cabo? El poder identificar a quién ardía por meterse entre sus pantalones.

Kim intentó consolarse con la idea de que era solo tan bueno dentro del saco que había vuelto a Changmin un muy perezoso, cinico y denso hombre.

Para lo que no tuvo consuelo sin embargo fue para esas miradas que Shim le dirigía cada vez que se queda fuera alguna noche, ese silencio en el que se mordía los labios para no preguntarle algo que Jaejoong esperaba no fuera lo que creía.

Pero confrontarle al respecto fue algo para lo que no tuvo pelotas. Kim a ese punto hubiera preferido perder ambas de sus piernas antes de tener esa conversación con el castaño. Porque había una pequeña parte dentro de él que ya no estaba tan seguro de las asunciones que había hecho respecto a Changmin y la verdad sea dicha…le daba terror siquiera plantearse la idea.

Así que hizo lo que le resultó más cómodo.

Se hizo de la vista gorda.

Changmin le reventó su burbuja una noche sin embargo, aporreando la puerta de su cuarto y tildando de “amor” a lo que hicieron casi a diario en todo ese tiempo conviviendo.

¡Amor! Así. Cómo si tuviera el más mínimo sentido.

Una pasión en su mirada tan potente como el mismo sol. Como la de un verdadero hombre al declarar su amor. Y Jaejong pudo solo parpadear. Y parpadear otro poco más porque... ¿es que Changmin lo decía en serio?

¿Quererle a él?

¿A…amarle?

¿Qué tipo de gilipolles era esa?

¿Qué no veía que eran solo sus hormonas? Su calentón. Su maña de hombre para conseguirse el culito de la chica a como dé lugar. Quizás olvidaba que Jaejoong no era una chica tonta y que no necesitaba que le juraran amor para conceder el acceso a sus genitales.

Changmin le cabreó como nunca nadie, no solo porque no parecía entenderle nada. Sino porque tampoco tuvo el menor reparo en esta amistad que habían construido. ¿Es que tan poco significaba para él finalmente? Tan poco le importaba para jugarse la posibilidad de exiliarle de su vida si la respuesta era no. Porque ¡mierda! por supuesto que “no” era su respuesta ¿qué otra cosa esperaba? ¿Es que el hombre no puede ver que lo único que ha intentado al poner esta barrera era enmendar toda esta cosa rara entre ambos? ¿Qué le estaba dando una salida de ese camino que definitivamente ninguno de ambos quería recorrer?

¿Qué pretendía?

¿Ser pareja? ¿Vivir propiamente juntos? ¿Presentarle a la sociedad? ¿A sus padres?

Ambos eran hombres, se llevaban más años de los que podía contar con ambas de sus manos ¡¿Se estaba escuchando siquiera?!

Había hecho todo lo posible por evitar esto. Usó una excusa incluso para no ser tan cruelmente honesto como lo hubiera sido con cualquier otro. Porque a diferencia de él. Jaejoong sí quería conservarle en su vida. Changmin lo dijo una vez. Era su amigo. Eran putos amigos. Y Jaejoong estaba agradecido con él por tantas cosas.

¿Es que era tan denso para entenderlo? Cualquiera creería que después de todo este tiempo le conocería un poco mejor.

¿Qué demonios esperaba Shim de él soltándole semejante estupidez?

Fue malo con él esa noche. Pero aquello no fue más que su intento desesperado de hacerle entrar en razón. De hacerle ver con claridad. Quizás todo esto le había nublado el juicio. Le había confundido así de mucho. Y en su inocencia se había convencido de cosas que ni al caso.

Changmin no le amaba. Kim insistía.

Tenían arreglo todavía. Todo estaría bien. Este rechazo le impulsaría a despertar. Hablarían luego. Jaejoong le diría que le entendía, que todo solo se había salido un poco de las líneas pero que no tendría por qué ser raro entre ambos.

Se sintió tan aliviado al verle salir por la puerta con los humos altos, entonces. Pero el regocijo no le duró mucho porque el abogado entró de nuevo a los minutos y nuevamente sin nadie a su lado. Dejándole este sabor agrio en la boca.

¿Qué se supone que haces? – Jaejoong quiso gritarle

¿Por qué no vas con nadie? ¿Por qué mierda estás aquí?

Changmin juró no amarle esa misma noche. Pero aquello lejos de brindarle seguridad solo le dejó a Jaejoong algo en claro. Si quería salvaguardar algo, por más mínimo que fuera, de su amistad tenía que largarse de allí.

Al día siguiente empacó sus cosas en cajas. Corazón un poco estrujado de saber que si nada volvía a ser lo mismo, quizás él era el único culpable.


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Desligarse del todo de él sin embargo no fue tan sencillo.

Probablemente porque el abogado fue todo un egoísta hijo de puta cuyos pasatiempos incluyeron adelgazar dramáticamente y multiplicar las bolsas bajo sus malditos párpados.

¿Cómo pretendió si quiera que Jaejoong solo mirara para el otro lado, ah? ¿Es que Changmin honestamente creía que no le importaba en absoluto?

Joder. El hombre le cabreaba como nadie nunca en su vida.

¿Es que iba enserio? ¡¿Es que iba en serio?!

Se lo había dicho alto y claro ya, “no te amo, y no voy a amarte.”

¿Qué planeaba haciendo esto? ¿Es que no le había entendido? ¿Es que no había sido lo suficientemente claro? Jaejoong empezaba a traer personas con él incluso, en un intento desesperado de enseñarle que estaba bien. Que no tenían que hacer una gran cosa de aquello pero Changmin no pareció querer captar la idea y en su lugar se volcó aún más en su extenuante trabajo de formar que Jaejoong solo enloquecía en las cuatro paredes de su cuarto porque de pronto lo que Junsu le había dicho ya no parecía tan absurdo.


“Quizás en realidad, te ama ¿sabes? Quizás no se le dio la gana de ponerte el seguro porque lo que vio valía la pena y ahora endura todo esto como todos los mortales hemos hecho en algún momento de nuestras vida, porque eso es lo que hace un verdadero hombre finalmente y ¿sabes qué más cariño? no le culpo.”


Pero alguien podía decirle por favor ¿exactamente qué era lo que Changmin quería tanto de él? ¿Qué demonios podía Changmin querer de él que valiera tanto la pena? Sexo podía conseguirlo en cualquier lado, una mucama podía contratarla alzando el maldito teléfono ¿Cuál era su maldito problema?

Por dios que si se atrevía a perder un kilo más Jaejoong iba a bajar su estúpida puerta a patadas.

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Changmin perdió dicho kilo un martes y entonces Jaejoong cogió su abrigo, su cartera y tomó el bus a casa de Yoochun. Si Changmin no iba a dignarse a hacerlo por sí mismo pues ¡sí, demonios! Él le obligaría.

Junsu se tragaría sus absurdeces. Changmin renunciaría a este estúpido capricho suyo de creer que le quería o lo que sea cuando notara que cualquier cuerpo era perfectamente capaz de brindarle placer y entonces todo volvería a la normalidad.

Excepto que…se equivocó de nuevo porque Changmin se le declara una noche después, entre gritos patadas y la más triste de las miradas que hacen que el corazón de Kim se haga añicos.

Le dice también lo que Kim ha estado temiendo tanto en la peor de sus pesadillas, “no puedo ser tu amigo, no quiero ser tu amigo,” Y con ello termina de derrumbarle todo…

Porque ahora sí que puede ver la ausencia del castaño en su día a día como algo real, como algo permanente y entonces llora. Llora en su habitación como no lo ha hecho desde Claudia. Changmin le duele desde lo profundo del alma. Duele mucho más de lo que habría estimado y Jaejoong no puede conciliarse con nada porque Changmin no le ha contestado la única cosa que le ha rogado a gritos.

¿Por qué?

Jaejoong genuinamente quiere entender de modo que pueda remediarlo.

¿Por qué? ¡Maldita sea!

Nada tiene sentido. Todo es un absurdo ¿Qué debe hacer? ¿Empacar maletas? ¿A dónde va a irse? ¿Y Yoochun? Él le buscaría, probablemente obligaría a Changmin a vivir el infierno de estar a su pendiente, porque seguramente el castaño no le diría. No. Changmin nunca le diría. Porque era así de noble ese hijo de puta.

Joder. Mierda.

Jaejoong siente tanta culpa ahogándole que apenas se las arregla para respirar.

No puede ni siquiera llorar un “yo no quería” y sentirse la víctima.

Después de todo ¿qué tan verdad sería eso realmente? ¿Cuál era la razón por la que nunca se acostaba más de una vez con nadie? Y no era solo eso, había estado viviendo en su casa ¡joder! preparándole los desayunos y almuerzos, acompañándole en la mesa, hablándole sin necesariamente un sentido, no había sido solo su perra...no...habían convivido como una pareja prácticamente.

¿Por qué no se detuvo, entonces?

¿Por qué dejó que pasara?

La respuesta viene a él mientras la negación se drena de su cuerpo y alma a través de sus lágrimas. Tenerle tan cerca le hacía feliz y de pronto se había pervertido al punto en que no había podido conformarse. No, él de pronto había sido codicioso, había querido ver un poquito más de él, tenerle un poquito más ¡cuán ridículo de él!

 ¿Qué tan necio había tenido que ser para no verlo venir? Metiéndose en sus pantalones muchas más veces de las que le tomaría aburrirse de un cuerpo por más perfecto que fuera y luego atreverse a pensar que era solo sexo.

Tocarle dejó de ser sexo desde hace tanto que daba risa regresar y verse así de idiota.

La habitación en donde procuró encerrarle estaba de pronto tan abarrotada de sus sentimientos hacia aquel hombre que habían colapsado la maldita puerta así que ahí mientras lloraba hasta dañarse la garganta se da cuenta de que le faltan manos para poder arreglar todo el desastre.

Necesita ayuda y no sabe a quién pedírsela. Por su estupidez se ha cargado a quién podría llamarse su mejor amigo. Se ha cargado a la única persona que ha logrado poner parches en su maltratado corazón. Se las ha arreglado para perderle a él también. Changmin le ha pedido que por favor le deje solo ¿Cuánto daño ha tenido que hacerle para que se lo haya pedido así?

Jaejoong se odia tanto justo ahora.

Quiere pedirle perdón de rodillas. Quiere decirle que si le sirve de consuelo no hay nada aquí que valga la pena. Que estará mil veces mejor sin él. Sin todo este desastre.

Pero no importa ya porque la otra cosa que Changmin le ha dicho es que saldrá con alguien, que lo va a intentar. Así que está bien ahora ¿no? Él o ella podrá ayudarle, borrará todo este mal sabor de sus labios y le cuidaran como es debido. Él solo tiene que respetar sus deseos y hacerse a un lado.

Está bien si le llora su adiós y su perdón esta noche. Él también seguirá con su vida, este duelo lo ha sobrevivido ya antes. Changmin le dolerá hasta los huesos pero pasará. Todo lo hace...eventualmente. Aunque no le fuera a tener ahora de ninguna forma.

Si Changmin estaba bien a partir de ahora. Eso era lo único que le importaba.


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Si Changmin piensa que Jaejoong desaparece de su vida como arte de magia. Se equivoca. Porque lo que Kim hace tras bambalinas es más bien complicado. El rubio debe salir de casa muy temprano por las mañanas, ha abarrotado sus horarios de talleres y teorías en todo ese tiempo de modo que pueda estar conduciendo su bicicleta de vuelta a casa máximo a las 7.

Jeans, vans y una remera básica que ha aceptado de Junsu en su patético intento de mezclarse entre el gentío y pasar desapercibido por si el que fuera su vecino favorito decidiera cambiar su agenda sin previo aviso.

Ha pensado en volver a su color de cabello original incluso. Un corte promedio quizás. Si es lo que toma hacer las cosas más sencillas para Shim pues Jaejoong lo piensa hacer con gusto.

Pero el otro rubio, su primo, le rueda los ojos cuando se lo comenta.


“Créeme cuando te digo que si Changmin te ve con esos jeans y moreno, sacarte de su cabeza no es precisamente lo que hará” sonrisa de lado en sus labios y una mano revolviéndole el cabello.


Junsu está convencido que Changmin y él podrían funcionar. Jaejoong odia cada vez que se lo dice. Siempre cree saberlo todo. A Kim le gustaría en todo caso que le dijera la forma exacta de cómo en todo caso. Cómo se sacaba toda la mierda de la que estaba lleno y se volvía un candidato apropiado para el abogado.

Pero Junsu solo suspira y le revuelve el cabello, como si tratara con un niño pequeño.

Todo este asunto pese a ello, les ha hecho más cercanos de algún modo. Junsu parece estar siempre ahí cuando el Kim menor tiene una noche particularmente dura. Y en tales circunstancia le ha resultado difícil al susodicho mandar a su primo a tomar leche cuando se siente así de agradecido.

Se ha visto obligado a hacer las paces con sus demonios del pasado para ello porque pese a que ese otro Kim no tiene culpa de ninguna de sus desventuras a sus ojos continua representando a la vez todas ellas. Pero ha tenido que dar el brazo a torcer al darse cuenta de que si le diera la oportunidad Junsu sería un hyung asombroso.


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Junsu le lleva a comprarle una camisa y unos pantalones para la cena de Yoochun. Porque Kim tiene razón cuando afirma que Jae no posee nada acorde en su repertorio. Pero la verdadera razón por la que Jaejoong le deja hacerlo es porque quiere pasar totalmente desapercibido para Shim si tiene que verse obligado a sentarse con él en la misma mesa.

Trata de no torturarse pensando mucho en ello sin embargo la ansiedad suele apoderarse de sus manos cuando lo deja. 

“¡Todo estará bien!” le dice su primo al dejarle en su casa. Un puño en alto y ojos cálidos.

Las mejillas del menor de los Kim se tiñen a fuego vivo y un algo difícil de describir se hipertrofia dentro de su mediastino. Quizás había sido la canción de la ruido. La noche fría. O que en tres días Changmin no había llegado a su casa. Pero Jaejoong había querido admitirle en ese momento algo que no se había admitido ni siquiera a si mismo...que en realidad no quería perderlo. Que no quería que Changmin sonriera para nadie que no fuera él pero gracias a Dios se había detenido a tiempo.

¿De qué serviría decírselo? Junsu quizás no lo dejaría ir así no más.

Y por encima de ello, el menor no podía permitirse a hacer nada que amenazara todo el buen trabajo que venía haciendo hasta ahora. Changmin le había cerrado la puerta ya. Y si era tan inteligente como lo decían sus diplomas,,,no le abriría la puerta así le tocara a porrazos.


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A un día antes del dichoso almuerzo y después de romperse la cabeza pensando en qué y que no hacer. Jaejoong decide ir a verle.

¿Qué tal si Changmin espera que no vaya? Y de ser el caso ¿que tal si Yoochun lo hallaba raro? ¿Está Changmin llevando a alguien? Jaejoong necesita saberlo, tener su guardia arriba en cualquier caso.

Lo quisiera o no tiene que saber que debe hacer para evitar que el almuerzo de mañana sea un completo desastre.

Le preguntaría de buenas a primeras que es lo que quería que hiciera, doblaría sobre sus talones y regresaría luego a su casa. Simple como eso. Echaría la carrera de vuelta a su pequeña y segura cueva donde todo eran sketchs y no existía un solo Changmin pesándole en ambos de sus hombros hasta tumbarle al suelo.

Jae falta a clases ese día y ensaya. Ensaya cada una de sus palabras, cada posible escenario. Todo. Para asegurarse de exiliar todo aquello que pudiera ir fuera de lugar en su vocabulario, en lo que extrictamente estará ahí para decir.

Para cuando el rubio está satisfecho con sus telegramas mentales, el sol pinta ya de naranja ese horizonte pista abajo que separa sus buzones. El recuerdo de su mudanza meses atrás danza sin querer en una parte de su mente. Sus risas, sus ojos chinos. Jaejoong desea poseer la capacidad de jugar el tiempo a su antojo, retroceder hasta ahí y hacerlo durar por siempre. A esa tarde en el que se dejó libre de todo y fue fiel consigo mismo.

Entonces pensó que iniciaba una nueva vida. Cuando lo cierto era que le ponía fin a la mejor que había tenido.

Changmin llega sobre las siete y Kim se para cual resorte desde las gradas de su pórtico. Repasa sus telegramas uno tras uno en el tiempo que le toma al abogado estacionar su auto y bajarse de él.

Las palmas del rubio empiezan a sudar de pronto. No vayas a arruinar esto – se recuerda – por favor.

Pero entonces Changmin pasa a su lado, le dice algo de estar cansado y su abrigo o su maletín y entra a su casa dejándole la puerta abierta. Jaejoong tiene un breakdown de quizás un par de milisegundos antes de poder seguirle los pasos. No entra del todo tampoco. Changmin se va a la cocina, Jaejoong le espera bastante incómodo al lado de un mueble de su sala. Puede ver la puerta desde ahí, la ha cerrado detrás de él.

Puede oler a Changmin por todo sitio. Es jodidamente abrumador. Tiene que salir de aquí ¡pero ya!

Changmin vuelve a hablar, su voz suena más cercana conforme reentra en la sala, le dice algo cómo que si no viene solo hará que Yoochun piense de más. Y a pesar de que Jaejoong se encuentra dándole la razón no puede mirarle a la cara. Porque no puede dejar de ver ese cenicero nuevo en la mesita de la sala, desencaja drásticamente con el lugar. No es para nada del estilo del abogado.

Y su mente vuela por terrenos que definitivamente no haya placentero. Changmin le suelta su nombre sin mayor ceremonia. Daniel…

La palabra, el nombre, su nombre rebota por cada rincón de la mente de Jaejoong.

Kim puede al fin entonces levantar la mirada. Enfrentar los ojos marrones de Changmin y los halla tan vacíos. Sin ningún sentimiento tangente en su superficie. Es como si le viera y no hubiera nada. Ni siquiera cansancio de haber terminado su jornada de trabajo. No ve enojo o dolor lo cual está bastante bien ¿no? Porque significa que Changmin está haciéndolo entonces. Que le está olvidando. Qué le está dejando atrás.

¿Entonces por qué algo se rompe dentro de él al verle así?

Jaejoong procede a hacerlo todo mal desde ahí.

Sus telegramas los manda a la mierda y sus labios construyen oraciones ellos solos. Retorciéndose en sus celos estúpidos que una vez más no puede controlar así intente reducirlos con ambos de sus brazos y es que Changmin no para de hablar. Intenta venderle una estupidez acerca de cómo no busca torturarle o algo parecido. Incapaz de ver que sus palabras solo lo hacen peor.

Jaejoong se ve prácticamente arrinconado a pisar la mina.

“¿No sería más sencillo que me odiaras?” le pregunta con veneno. Arrepintiéndose al segundo siguiente.

Porque Changmin es un noble hijo de perra al fin y al cabo. Y es incapaz de ver lo mierda de persona que Jaejoong puede llegar a ser y en su inocencia le entiende de manera diferente. Y esa está en los hombros de Jae. El chico conoce perfectamente la jugada. Sabe usarla con maestría. Por eso se odia cuando ve que el castaño enternece la mirada.

Esto no es por ella, Kim quiere gritarle. No soy aquí la víctima ¿Por qué no puedes dejar de ponerme arriba? ¿En qué momento me he ganado el derecho? Pero no puede, nunca puede decirle a él nada. Nunca puede ser honesto con el hombre que no ha sido menos que honesto con él desde siempre.

Changmin busca su mirada con esos sus brillantes ojos castaños, y a pesar de todo lo que le ha hecho hasta ahora, a pesar de todo le pregunta si está bien.

Jaejoong no puede engañarse más. No puede intentar venderse la idea asimismo de que podrá seguir viviendo sin él. Changmin acaba de tumbar la última de sus barreras y ahora sin lugar a dudas no solo le quiere…le ama.

Oh joder Jaejoong le ama.

“¿Puedes mentirme una última vez también?”

Changmin asiente.

“¿Le quieres?”

Changmin vuelve a asentir. Jaejoong desaparece tras la puerta.


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¿Y entonces cómo es que consigues al chico?

¿Cómo haces para conseguir aquello que sin importar cuán imposible, finalmente quieres? Jaejoong nunca lo ha tenido. Jae no lo ha tenido ¿vale? Ni el papá, ni la mamá o siquiera Claudia. Se lo han quitado todo ya. Todo eso que ha querido así de tanto. Entonces ¿Cómo? ¿Qué debe hacer Kim Jaejoong para burlar esta cruel regla en su vida y siquiera pretender guardar a Changmin a su lado?
¿Cómo mierda se supone que pueda hacerle lo suficiente feliz para que el hombre quiera genuinamente quedarse a su maldito lado? ¿Cuánto es que va a durarle ese amor? ¿Cuánto va a poder endurar antes romperse a pedazos? Jaejoong desconoce si hay posibilidad alguna para él en aquellas preguntas y es por eso que ha sido lo suficientemente listo para ignorarlas todo este maldito tiempo. No preguntes aquello de lo que no quieres saber la respuesta ¿no?

Changmin nunca ha estado en sus planes.

Y Changmin tiene a una persona ahora en su vida.

Una que quizás pueda darle estabilidad, felicidad y no comportamientos adolescentes.

Changmin debe olvidarle.

Debe solo olvidarle.


Kim termina marcando al móvil de Junsu.


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“Son las tres de la madrugada,” Junsu le dice bostezando y entrando por su puerta con una llave que Jaejoong está muy seguro, no le ha dado.

Pero el muchacho tiene demasiadas cosas en mente como para poner esa encima de todas.

“Siéntate,” le pide.

Junsu le enarca una ceja.

“Por favor,” susurra Kim.

Junsu pierde el gesto de sueño y camina hacia él para sentarse a su lado en su cama.

“¿Qué sucede?” le pregunta.

Quizás le pasa una mano por la espalda para calmarle porque está, efectivamente, temblando pero Jaejoong está demasiado ido para jurarlo.

“Creo que le amo,” decide soltarle sin más.

Para rodeos ya ha tenido casi tres meses.

“Dime que no estás intentando pedirme ayuda para fugarte del país o algo así, por favor,” Junsu le dice con cierto tono de preocupación aunque le toma una mano y se la aprieta.

Jaejoong se ríe despacio, avergonzadísimo mientras niega con la cabeza. Después de todo a los ojos de todos sus hyungs…a los ojos de él quizás sea solo un niño al fin y al cabo.

Junsu suspira de alivio. Luego sus ojos se abren como platos.

“¿Quieres que sea tu celestina?” pregunta con incredulidad, “Oh dios mío, quieres que sea tu celestina,” vuelve a repetir esta vez sonando acusatorio.

Jaejoong quiere negar con la cabeza pero no haya las fuerzas. Su cuerpo se siente gracioso. Junsu le abraza entonces y continúa riendo, Jaejoong puede sentir la risa de su primo vibrando contra su frente pegada a su pecho. Junsu le desordena un poco los cabellos.

“Tienes idea de lo que me he frustrado con ustedes,” reniega el Kim aun riendo suavemente, “oh joder creo que voy a llorar.”

Jaejoong balbucea un “no por favor” contra su cuerpo.

Junsu vuelve a reír.

“Él está saliendo con alguien,” Jaejoong le dice entonces, “él….peleamos y…”

“Lo sé,” Junsu le responde.

Jaejoong quiere pedir disculpas pero hay otra cosa que necesita preguntar primero.

“Junsu…hyung…se sincero ¿Crees que yo debería…?”

“Para ahí cariño, mira, tómame la palabra cuando te digo, ustedes dos, solo así tiene sentido. Soy tu hyung ahora ¿no? Las cosas funcionan de este modo…lo que yo digo…es axioma.”

Jaejoong concilia el sueño en los brazos del otro Kim en algún punto cercano a las tres de la mañana.


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“¿Cómo es él?”

Junsu frunce los labios.

“¿Honestamente?”

Jaejoong asiente mientras se pone la camisa y los pantalones y se arregla el cabello. Piensa en gomina, solo para terminar de completar el atuendo y lucir 100% ridículo.

“Quizás nosotros como hombres no hemos sido coercidos por la sociedad para pensar en príncipes y caballos…pero de serlo él sería algo así como incluso mejor que tu imaginación.”

“Hyung…te pedí un par de adjetivos no un puto poema,” se queja el muchacho frunciendo el ceño y empezando a sentir un vacío bastante considerable en la boca de su estómago.

Dios todo esto es una pésima idea. ¿En qué rayos está pensando?

Junsu viene a abrazarle por la espada al verle.

“A mis ojos eres más guapo,” le dice estrujándolo.

Jaejoong le mira con la ceja alzada por encima del hombro del otro hombre, “al menos intenta poner cara de circunstancia si vas a mentirme,” reniega empujándole fuera de su cuerpo.

Junsu suelta una risita y se sienta en el borde de la cama para doblar las ropas negras y extravagantes de su dongsaeng que ha lavado esa mañana.

“Si es tan buen partido Changmin no debería perder el tiempo y solo pedirle matrimonio o algo,” Jaejoong refunfuña aún a pie del espejo.

Junsu rueda los ojos al escucharle.

“Demonios ¿qué estoy haciendo?” el menor refunfuña de nuevo cuando se malogra la corbata por cuarta vez.

Junsu suspira y se levanta para ir a ayudarle.

“Tienes que estar 100% seguro de esto dogsaeng, solo así vas a poder convencerle de que lo quieres.”

“¿Y cómo se supone que haga eso? ¿Le masajeo los pies? ¿Le trenzo el cabello?”

Junsu suspira rendido.

“Lo que sientes cuando estés con él…no lo frenes. No pienses en nada más. Ríndete a él.”


….


¿Entonces cuál es exactamente el plan aquí?

¿Va a inhibir sus inhibiciones y en un punto entre todo ello confesarle sus sentimientos?

Junsu no se lo ha dejado muy en claro.

Vino en mano Jaejoong llega a la casa de los Parks y suspira sus nervios afuera. Tiene que dejarlos aquí y entrar ahí como todo un hombre. Pero Dios le ampare, no es nada fácil.

Yoochun le atiende con una sonrisa. Su noona también.

Sin embargo hay una tercera persona para la que no está preparado y que le sonríe cuando llega a la sala.

“Changmin está tardando un poco, pero mira a quién tenemos en su lugar. Este es su novio, su nombre es Daniel ¿a que no es un encanto?” Yoochun le dice.

Introduciéndole a quien es fácilmente el hombre más atractivo que ha visto en la vida.

El color de las camisas que ambos tienen puestas son similares, la diferencia es que al él le hace parecer un chiquito de apenas 12 por la forma en que le baila y a Daniel como modelo de colonia de alguna marca sobrevaluada.

La lengua a Kim se le hace un nudo y se haya siendo incapaz de recuperarse. Hay un par de palabras en la punta de su lengua que de sacarlas afuera harían añicos el concepto de buenas primeras impresiones. Los segundos pasan sin una sonrisa o cordialidad de su parte. Tiempo suficiente para volverlo incómodo. Los ojos de aquel hombre bailan hacia Yoochun como preguntándole “¿Qué onda con el rarito? ¿Me estás diciendo que este es el pelele del que Changmin estaba enamorado? ¡Menudo idiota! Esto lo tengo en el bolsillo.”

Jaejoong odia la estúpida sonrisa de superioridad que Daniel le dirige a continuación para intentar salvaguardar la situación. Peor aún la reverencia para nada encantadora y mucho menos el “un placer conocerte” que le dirige.

¿Placer?

¿Es que intenta restregarle en la cara que es él quien se acuesta con su castaño? Quien colorea sus mejillas con ese bonito color rojo que solo muestra cuando le muerde la piel detrás de la oreja y le susurra la agenda de posiciones que practicarán esa noche. Cuando le empuja al límite al amenazar su pudor sin ningún tipo de censura. Cuando le supera a nivel tal que le deja ver el deseo puro en las pupilas de sus oh tan hermosos ojos castaños.

Probablemente no. Probablemente solo está sobreactuando aquí y deba calmarse.

Pero… ¿Los habría visto Daniel también? Y de ser así ¿Cuantas veces? ¿Changmin habría pensado en él en su lugar? No. Todo aquello que Changmin pudiera desear en él. Ese puto de la sonrisa de telenovela lo tenía y con creces.

Jaejoong lo entiende ¿vale? Son pareja están en todo su derecho pero solo… ¿Cuántas veces le había tenido Daniel ya entre sus brazos? Dos meses son demasiados días en su calendario…Joder…Mierda…Joder.

Jaejoong lo odia. Ese monstruo celoso anudado en sus tripas, desgarrándole el puto hígado sin misericordia. Logra a pura voluntad estirarle la mano y saludarle como es debido. Luego huye a la cocina excusándose con intentar ayudar a la noona para el almuerzo.


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Changmin llega una hora después para hacerlo todo mucho peor.

Para ir al lado izquierdo de su actual novio y armar una imagen de ensueño. De cómo una pareja sana y correcta debería lucir. Para sonrojarse, para incluso reírse a su lado.

¿Hace cuánto que Jaejoong no le ha visto así? Los ojos brillantes y desnivelados. Aquellos labios únicos hidratados y saludables. Claramente aquello es mérito del hombre que tiene al lado. Entonces ¿por qué?


“Miénteme ¿Le quieres?”

“Sí”


¿Por qué si tiene algo tan bueno, no puede solo quererle? Ese hombre de ahí evidentemente le quiere de verdad. Ese hombre es tan noble como él. Se ve en la forma en que le mira, en su voz dulce cuando le pregunta de su día.

¿Es que Changmin no tiene cerebro?

¿Es Changmin un masoquista?


Los ojos marrones le miran fugazmente, como chequeándole. El cuerpo de Kim arde.

“Iré a chequear los rollitos del horno,”el muchacho está diciendo de pronto sin poder detenerse, “puede que necesite ayuda sin embargo, CHANGMIN ¿CREES QUE PUEDAS AYUDARME?”


¿Qué es lo que pretende hacer?

Changmin le sigue y Jaejoong se da cuenta de que honestamente no tiene idea de que hacer a continuación. Ambos se hacen camino a la cocina y los ojos castaños le observan.

De pronto Jaejoong siente las palmas sudorosas. Ok. Vale. Rollitos ¿no? El rubio se vira hacia los hornos y empieza a sacar los susodichos con ayuda de un mondadientes.

"Entonces puedo ayudarte ¿con...?" Changmin le pregunta. Jaejoong no le responde porque intenta armarse de valor para decirle. Pero Changmin quedándose parado a mitad de la cocina como un perfecto imbécil no le es de mucha ayuda. Jesucristo… Ahora que le ve bien tienen una camisa de un tono azul parecido al de Daniel. Lo que significa que hace juego también con la de él mismo. Siente la sangre querer subir a sus mejillas.

¿De cuándo acá se ha vuelto así de idiota?

‘No lo frenes – la voz de Junsu suena en su cabeza.’


‘No ahora’ masculla el rubio para sus adentros. Alcanza el cuchillo cuando termina de emplatar los rollitos y entonces de pronto como una ráfaga de viento frío en verano, Changmin está a su lado.

“Oye, por cómo vas, me pone realmente incómodo verte con un cuchillo,” le dice cogiéndole del brazo.

Sus dedos suaves sin intención de nada y sus ojos tan maravillosamente castaños y tan intenpestiva y desconcertantemente cercanos. Jae aprieta los labios para no soltar algo de lo que podría arrepentirse.

Changmin le suelta al notarlo. Retrocede incluso un par de pasos, asustado.

“¿Cuál es tu problema?” le pregunta en un susurro.


Tú – a Jaejoong le gustaría decirle – tú eres mi puto problema. Pero vuelve en sí inspirando fuerte el aire por su nariz. Intentando recuperar el cuchillo y olvidarlo solo todo. No tienen ni un minuto aquí y ya están discutiendo. Esto no tiene futuro. Tiene allá afuera alguien que en realidad vale la pena. Lo ha visto ya. Debe dejarle ir. Tiene que hacerse a un lado.

¿No es eso lo que hacen los verdaderos hombres con la persona que aman?


“A noona no le gustan las esquinas así que tan solo quiero cortarlas” le explica, calmando la tempestad en su interior e intentando volver a recuperar el cuchillo. Solo da un paso pero sus torsos colapsan pues Changmin ha puesto la mano con el cuchillo en alto de puro reflejo.

“No creo que sea buena idea,” le dice Shim prácticamente contra su frente dado la diferencia de sus tallas.

Jaejoong revienta. 


‘Estoy intentando decirte adiós aquí idiota.’ / “TE DIGO QUE SOLO QUIERO CORTAR EL DE NOONA”


Changmin no escoge con cuidado sus palabras a continuación y todo se va bastante al carajo. “¡No grites! Te lo estoy quitando porque luces como un maniático tirando las cosas sin razón aparente.”


Jaejoong lanza el rodillo al aire y colapsa contra la cara del castaño. Y es que hay algo malo en él. Hay algo seriamente malo en él y ese hombre de todas las personas, debería verlo.

¿Por qué demonios no puede verlo? ¿Por qué demonios no sale corriendo?

Changmin se lleva una mano a la cara ensangrentada porque ¡sí, señoras y señores! él acaba de acertarle un rodillo en todo el puente de la nariz. Jaejoong quiere solo desaparecer, huir a un lugar donde Changmin esté lo suficientemente lejos para dejar de hacerle daño.

¿Por qué demonios está siempre haciéndole daño?


"¿De qué mierda vas? ¿Qué es lo que quieres?" Changmin le pregunta.

Y Jaejoong quisiera decirle. Jaejoong quisiera solo decirle – Te quiero. Te amo. E intento ser noble aquí. Por primera vez en mi vida. Intento erradicarte de mis adentros. Intento dejarte ir ¿Por qué no puedes solo entender?

Parece que la última pregunta la dice en voz alta porque Changmin le grita un “si tienes algo que decirme entonces dímelo, demonios."

Jaejoong empieza a desesperarse. Changmin está sangrando considerablemente.

“Se ve mal Changmin, creo que tengo que avisarles,” le dice.

Quizás eso es lo que él quiere ¿no? ¿Qué llame a su novio? Quizás esto es…la última evidencia… de cómo deberían ser las cosas en su lugar.

Pero los ojos castaños le miran por 5 enteros Missisipis y Jaejoong se pregunta cuan fuera de lugar sería besarle justo ahora los labios. Intenta ponerse en pie para evitarlo. Changmin le toma por el brazo.


‘¿Qué es lo que tanto amas de mí Changmin?’ – Kim se muere por preguntarle.


Cada uno de los dedos del abogado queman sobre la piel del rubio.

“Te odio,” Changmin le responde a una chorrada que le ha soltado segundos antes y pese a que se ríe. Jaejoong desearía que lo hiciera. Por su bien en serio lo desearía. Pero sabe que no es el caso. Esos ojos castaños siguen brillando para él ¿Cómo es que puede dejarle ir así? Changmin no le deja alternativa.

Le besa en la cabeza intentando mitigarle mágicamente así el dolor como hacía Claudia con él cuando niño y luego le aprieta la mano fuertemente antes de salir a alertar al resto.


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Son las 9 de la noche cuando Jaejoong se cuela en el hospital. Las enfermeras se han dispersado y no hace falta decir que ya ha pasado el horario de visitas. Solo tiene esta noche si planea poder conversar con él a solas. Presume que Changmin volverá inmediatamente al trabajo para las 3 de la tarde del dia de mañana y encontrar un horario en común para entonces se volvería un poco más complicado.

Además que… ¿honestamente? no cree que pueda esperar un segundo más.

Se pregunta qué cara pondrá cuando vea lo que le ha preparado. No puede evitar sonreír. Mientras camina a paso rápido por el último pasillo a la izquierda y observa la puerta de su habitación.

“Vale henos aquí,” se dice manipulando la manija y entrando en la habitación antes de que nadie pueda interceptarle y exigirle alguna identificación.

Changmin está viendo la tele cuando Kim entra. El abogado despega sus ojos de la pantalla y voltea a mirarle.

“Pensé que no venías,” Shim le dice al identificarle antes de que el rubio pueda decirle nada.

Tiene una gasa en toda la nariz que le hace ver como un pulpo. Es graciosísimo.

“Y luego me dije con lo puñetero que eres…imposible.”

Dios. Jaejoong quiere tirársele encima.

“Si vas a sacarme fotos hazlo ya, he pedido un jugo así que la enfermera seguro no tarda en venir.”

Jaejoong se las arregla para caminar hacia él. Las mejillas de Changmin están sonrojadas. ¿Es que le ha estado esperando? Oh Changmin…

“Te ha engreído bastante la visita,” Jaejoong no puede evitar decirle, mordiéndose las mejillas por dentro mientras observa los chocolates y las flores. Nada de aquello es la mitad de bueno que lo que ha preparado para él.

Changmin está claramente afectándose a cada paso que el menor da más cerca de él. Shim intenta pegar los ojos a la tele pero el chiquillo puede verle temblar con cada paso que da. No tiene idea de cuánta satisfacción le hace sentir con eso.

“Estoy rodeado de exagerados,” Changmin refunfuña.

Jaejoong llega a él.

“¿No vas a preguntarme si te he traído algo?”

Shim arruga las sábanas con sus puños.

“Bueno considerando que eres quien me ha puesto aquí en un comienzo…” le responde mordazmente.

El rubio le ignora y saca la bolsita de regalos que ha estado escondiendo en su espalda para luego ponérsela en las manos.

Los ojos castaños lo estudian por un segundo.

“¿A qué esperas?” Kim le insta.

“Esto no tiene truco ¿o sí?” el abogado le pregunta moviéndolo un poco para escuchar algún sonido alarmante dentro.

Jaejoong solo se encoge de hombros.

Changmin extrae la caja que hay dentro con cautela. Abre la tapa entonces. Lo que ve dentro le empincha mucho más cuando Jaejoong empieza a reírse en su cara.

“¡Oh vale lo pillo! Porque se necesita el rodillo para hacer un croissant, muy gracioso Kim.”

Jaejoong continúa riendo.

“Verme así debe darte mucha gracia ¿no?” el castaño le dice cada vez más cabreado.

Jaejoong no puede parar. Changmin frunciéndole el ceño con toda la cosa que tiene en la nariz le hace ver como calamardo. Encima tiene la voz rara.

“Vete a la mierda,” Changmin le dice.

“Lo siento,” Jaejoong se disculpa aún entre risas, “lo siento no intento cabrearte con esto lo juro….yo, yo he hecho el croissant.”

“¿Ya y no lo has hecho con segunda?” Shim sisea entre dientes.

Jaejoong suspira dejándose caer sobre el asiento cerca de la cama de hospital del mayor.

“Lo he hecho como oferta de paz ¿vale? Le puse mucho esfuerzo…solo… ¿por favor?”

Changmin le observa por un par de segundos.

“¿No tiene nada asqueroso dentro?”

Jaejoong niega con la cabeza, tiene de pronto ambas mejillas coloreadas.

Changmin no sabe que decirle al verle, el corazón empieza a desbocársele viendo esos ojos negros, “por favor” el rubio le pide con la mirada. Shim se lleva el croissant a los labios.

Puede sentirlo entonces.

Fuerte en su paladar, en su lengua.

El relleno de nutella…


CONVERSATION

5 comentarios:

  1. Hoy no me he sentido particularmente bien en todo el día, supongo quedebe ser algún deficit de serotonina, bueno y aun a pesar de eso, este capítulo me ha dado las escusas necesarios para poder las suficientes lagrima para sentirme mejor. Como siempre, me encanto. Te amo, gracias <3

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  2. Hola, pues, solo confirmo el aumento de secreción de alquella cosilla similar al amorsh cada que me vienes a la mente.
    Sencillamente necesitaba este pov de Jaejoong, jodido imbecil sus malas decisiones me dejaban la dopamina al cero. Al final lo de la nutella, ha generado un tremendo movimiento peristáltico a nivel Dios en mi sistemas gastroduodenal.
    Para una buen equilibrio hormonal, no me hagas sufrir y no demores mucho si?, gracias <3

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  3. ah~ primero que nada XD sospeché que era Jensen XD ... yo tengo algo similar con Tom Hiddleston, pero en menor media, por ahora(?) y bueno...

    Simplemente no tienes idea de la cantidad de improperios que han pasado fugazmente por mi cabeza con lo último. Mejor que ni lo sepas(?). Lo único decente que puede hacer fue tapar mi boca con ambas manos para no estar gritando a las 11:28 de la noche, mientras todos duermen, y yo me encuentro con la tan ansiada actualización que me ha puesto a leer sin parar.. y DAMN! juro por la frente del hormonal de Yoochun, que narras aquí, que he tenido unas enormes ganas de sacudir a Jaejoong y samaquearlo como si no hubiera un mañana, pero me he quedado con las ganas y la impotencia, porque, dios, siento que podría llegar a ser tan estúpidamente idiota al igual que él. Así que, simplemente me ido haciendo, en pedacitos pequeños y gritos mudos, la idea de que esto (con la Nutella y todo xD) es un primer amor de lo que son dos idiotas con un corazón demasiado puro y una cabeza revuelta. SON UNO PARA EL OTRO, CARAY! -inserten gritos shipper aqui(?)- de alguna forma Daniel me agrada, creo que es ese personaje que estorba(perdona<3) pero sin embargo no puedes odiar. Cabe mencionar que Yoochun es el amigo inconcientemente inoportuno que amas y odias al mismo tiempo xD
    Pero, en fin, ya era hora de saber que pasaba por esa rubia cabeza, comenzaba a frustrarme, a frustrarme con ganas! Ahh es que Jaejoong es una caja de sorpresas sensuales, agradables y dolorosas. Creo que sentí el golpe que recibió Changmin, pero vamos esto en sí fue avanzar un paso, y, por supuesto, que la baja de la nariz de Changmin será lamentada, o ni tanto(?) estoy segura que la Nutella lo soluciona todo.
    Kimmy ¿te he dicho que cuando escucho Nutella, pienso en este fic, mejor especificamente en el MinJae? xDD es como su marca registrada y yo solo... no puedo con mis sentimientos~ Ahora puedo dormir en paz(?) como siempre alegras mi noche, o día, con tus escritos lo sabes <3 Esperare con sentimientos contradictorios el siguiente capitulo, ya casi llegamos al final <3 Bueno todo lo bueno debe terminar, y si es JaeMin, termina mejor(?) nos leemos a la siguiente... besos <3

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    1. JAJAJAJA esta es minjae hay que consentir a Tefi jajaja gtacias por pasar a leer nyu bonita <3

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  4. Siempre tuve curiosidad de que pensaba Jaejoong al respecto y la verdad es que este capitulo fue muy esclarecedor y espectacular....la forma en que se expresa Jae es sublime jaja realmente ame saber lo que pensaba y que esta muerto de celos...genial...espero ver con ansias el siguiente capitulo...Gracias xD

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