¿Cómo ñuchis llegamos al capítulo 12? It’s beyond me.

PD: No nos odien. PD1: Fue idea de Izo crear drama.

All Fall Down

Changmin no tiene salida de esta. Así que intenta no lucir demasiado avergonzado cuando aquel chiquillo le llama “Changeol” y se cuelga de él y es que ahora que le ve con menos alcohol en la sangre, puede saber que el chico en cuestión parece incluso más joven que el propio Jaejoong incluso, con suerte de 18 al menos. Jesús.

Changmin se ha vuelto un pedófilo. Encerradle de una vez.

Junsu por supuesto exige que se lo presente, porque es un hijo de puta ese es el por qué y también porque sabe que el “Changeol” ahí presente no tiene puta idea de cómo esa copia barata del ex Jaejoong se llamaba. Y no es que al abogado le importe avergonzarse un poco más – independientemente del chico – sino más bien tener a Jaejoong ahí observando.

Si Changmin no lo creyera absurdo admitiría que culpa es lo que justo ahora experimenta.

Los segundos transcurren con el niño de ojos negros que espera su introducción con el flequillo cruzándole la frente y cubriéndole al igual una bonita mejilla en el hemisferio izquierdo de su rostro. Changmin se siente honestamente apenado, el chico parece tener nula idea de en donde acaba de meterse.

Jaejoong se ofrece entonces a llevarlo por una copa y el chiquillo aquel olvida todo a su alrededor como cualquiera haría en su lugar si Kim Jaejoong es quien te está invitando una maldita copa.

Changmin le agradece con la mirada, Jaejoong solo le lanza una mueca, con la comisura derecha de sus labios, una que puede significar en realidad muchas cosas, pero en la intersección de todas ellas probablemente: “es usted muy patético.”

Changmin asiente dándole la razón mientras pega la mirada abajo, al piso donde tiene la dignidad ahora mismo. Hasta que siente una mano en su espalda, que es la de Yoochun cuando el castaño alza la mirada y este le dice, “así que,” mientras cruza sus brazos sobre su pecho, ceño fruncido y cabeza asintiendo ante sus próximas aseveraciones, “ese día del almuerzo…te acostaste con ese ahm llamémosle Youngwrong.”

Junsu ahoga una carcajada, incluso aplaude. Yoochun luce bastante pagado de sí mismo por su bromita pero madurez no es algo que Changmin espera de él cuando sabe que está así de borracho.

“Puedes tan solo no…” Changmin le pide.

“Vale, vale,” Yoochun acalla su sonrisa enorme con el pico de la cerveza que tiene en las manos, “es solo que…oh Changmin, solo míralo, no puede ser.”

Tal vez Shim solo debería excusarse e irse pero:

Uno: sus razones serían obvias lo cual no menguaría en nada este asunto con su dignidad.

Y dos: ¿qué no se supone que tiene que llevar a Jaejoong a casa? Viven juntos, han llegado aquí juntos, es algo implícito que deban irse juntos ¿no?

Demonios.

“Tú te acostaste con Junsu, ¿cómo puedes siquiera juzgarme?” Changmin prácticamente le grita para hacerse oír por encima de la música y porque tiene demasiados shots de tequila filtrándose ya en su sistema.

Las carcajadas del cumpleañero cesan, “¿Qué se supone que significa eso?” exige lo suficientemente borracho ya como para ofenderse en serio porque bufa al segundo siguiente y ondeando las cejas de forma imposible suelta un “le di el orgasmo de su vida.”

Yoochun sonríe, vuelve a llevarse la cerveza a los labios, “buenos tiempos aquellos,” susurra.

Changmin no se puede creer la sinvergüenzura pero de nuevo ese es Yoochun al fin y al cabo, y peor aún tiene alcohol en el organismo así que Changmin solo agradece el cambio de tema y maldice para sus adentros cuando sus manos no encuentran alcohol sobre la mesa. Perfecto.

“Oí que vas a ser papá,” Junsu le pica con el codo el estómago al de rulos.

“Eso es verdad,” Yoochun responde jugueteando con la botella entre sus manos.

“¿Tienen fecha ya?”

“Una estimada, si todo va bien.”

Changmin se deja recostar en el respaldar de su banco, persigue de reojo a Jaejoong y al otro muchacho, también trata de no atormentarse pensando en lo que posiblemente estén platicando.

“Lo irá, mira nada más que suerte la de ella, tendrá los mejores padres del mundo,” Junsu interviene con una sonrisa sincera y Changmin está bastante sorprendido por lo cómodo que Yoochun está con todo esto.

Siente una pequeña pizca de celos en su estómago cuando ve los ojos del pelinegro achinarse un poco para no sonreír con la boca. Usualmente es él quien pone esos ojos así. Changmin empieza a pensar que después de todo, eso sí fue un poco más que orgasmos en el baño de un bar, pero ¿honestamente? le da miedo preguntar, así que no pregunta.

“No sabemos si es mujer o varón,” Yoochun responde.

“Ojo de loca no se equivoca, amor mío, espera y verás.”

Yoochun no puede evitar sonreír esta vez, dios sabe que el hombre siempre ha querido una mujercita. Changmin le molestaría si esta no fuera una conversación inesperadamente sincera. Park dirige su mano a la mesa para coger otra cerveza y cuando no la encuentra mira a Changmin con un ceño fruncido, Shim solo alza los hombros y señala hacia donde Jaejoong se encuentra con el otro muchacho.

“Qué tanto se tardan,” se queja Park queriendo bajarse de su silla para irles apurando.

“Compararán experiencias quizás,” Junsu canturrea, su gorro de cumpleañero lo tiene a nivel de un cerquillo ya, pero está lo suficientemente cuba para que le importe un carajo.

Yoochun se tambalea un poco cuando pone pies sobre tierra pero se estabiliza con una mano sobre la barra y les dirige un gesto de “a se crean” al no caerse.

Changmin suspira con exasperación levantándose de la silla para ir él mismo por Jaejoong pero cuando da dos pasos Jaejoong aparece frente a él como por arte de magia. Changmin mira por encima de su hombro.

“Merecía mejor,” Jaejoong le dice.

Changmin no alcanza a preguntarle nada ¿hay algo que preguntar si quiera? Jaejoong está depositando a continuación botellas de cerveza en las manos de Yoochun y Junsu y atragantándose casi la mitad de la suya de un trago, lo cual atrae miradas, muchas de ellas en realidad. Changmin podría identificar las feromonas de su vecino dispensándose por el aire, excitando a lobos con scotch entre los dedos.

Jaejoong ríe, de la forma inocentona y falsa que Changmin le ha visto hacer antes, fingiendo estar alcoholizado y definitivamente sin interiores. Disponible. Cruzando las piernas y llevándose las manos al pelo como si no lo llevara perfecto.

Yoochun lo nota también y decide terminar la noche. Le dirige una mirada de alarma y Changmin solo asiente.

“Supongo que deberíamos ir ya, tengo trabajo por hacer mañana.”

Jaejoong no intenta refutarle, le sigue después de despedirse de Yoochun y su primo. Se duerme en el camino y cuando el castaño le despierta se va en silencio a la habitación de huéspedes.

Changmin no sabe muy bien el qué pero siente que ha jodido algo y ¿la verdad? le afecta el peristaltismo.

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Changmin amanece con un dolor de cabeza que grita por una aspirina que toma en la cocina con un vaso de agua mientras masculla maldiciones y arrepentimientos, es Domingo, el día no está predestinado a ser una mierda, puede volver a la cama y dormir su resaca por otras tres horas.

Recuerda que debe ir por algo de comer dado que el fármaco posiblemente le haga mierda el estómago y entra en la cocina por algo pequeño, un sándwich o lo que sea.

En el camino de regreso a su cuarto ve la puerta entreabierta del cuarto de Jaejoong. Changmin estira la cabeza y husmea un poco pero no le encuentra ahí. Nota entonces que hay un post it adherido a la puerta de su habitación: Yoochun está demasiado tío para lidiar con su resaca, he ido al rescate de noona, un bebé no debe decepcionarse de su padre tan pronto.

No hay una nota adicional que diga que le ha preparado algo para él. No hay nota adicional donde le desee el día más espantoso de su vida. No hay una sola nota que le asegure lo que la parte estúpida de sí mismo no deja de repetirle.

La casa se siente desolada sin Jaejoong presente, Changmin piensa en timbrar a casa de Yoochun pero desiste, regresa a su cuarto a rastras y tan solo se deja caer de cara sobre su cama.

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Jaejoong tiene rara la camisa la noche siguiente.

En primera porque es una camisa y Kim Jaejoong no tiene una camisa en su guardarropa. En segunda porque huele diferente a como el rubio suele hacerlo corrientemente.

Changmin tiene cierta reserva de preguntarle mientras comen la comida china que ha pedido por delivery.

Pero la ancha espalda de Jae y el pecho fornido que se forma armoniosamente con la prenda parecen no dejar de restregárselo en la cara.

“¿Es de Yoochun?” termina preguntando.

Jaejoong alza los ojos.

“¿Qué?” sus ojos siguen los suyos, “¿esto? Ah no, lo recibí de regalo hoy, por mi cumpleaños,” Jaejoong le responde alzando los hombros.

Changmin se atraganta con su comida.

“¿Qué demonios?”

“Lo sé, Junsu es un exagerado,” le dice mostrándole la marca de la camiseta.

Changmin se siente entre absurdo, avergonzado y enojado. Sus dedos bailan alrededor de la caja que contiene sus tallarines. Que apropiado.

“¿Por qué no me dijiste?” le pregunta arrimándose al filo del mueble y dejando su caja sobre la mesa.

“No es nada, en serio. Oficialmente mis cumpleaños son en enero.”

“Espera ¿intentas decirme que tienes dos cumpleaños?”

“Claudia y yo, bueno acordamos que mis cumpleaños serían en diciembre, para estas fechas salí del orfanato, solo Junsu viene siempre a joder, a Claudia le gustaba que cantara sus baladitas de antaño, no es nada más que un capricho mío en realidad, pero Junsu siempre lo aprovecha para variar un poco más mi closet, nunca he usado nada de esto, pero me acompañó a visitarla, y bueno, puedo soportar un día viéndome como un capullo.”

“¿Fuiste a visitarla?”

El chiquillo se encoge de hombros.

“¿Yoochun sabe de esto?”

Jaejoong niega con la cabeza.

“¿Deberíamos ir por una torta?”

“Es solo un capricho infantil, Shim, no es la gran cosa.”

Fuiste a verla, por supuesto que es gran cosa – Changmin quiere decirle, pero calla.

Se siente raro solo continuar comiendo frente a la tele, aunque Jaejoong no parece ni remotamente incómodo para nada. Changmin siente como si necesitara hacer algo ¿son amigos, no? Los cumpleaños no deberían pasar así por así.

Si Yoochun le oyera, probablemente le cantaría la de pimpinela.

“¿Cómo se tiene dos cumpleaños?”

“Arg,” el chico bufa, “por eso es que no lo digo, la gente se hace un mundo con todo.”

Changmin quiere gritarle que es culpa suya por no ser una persona normal y tener un solo cumpleaños como el resto del mundo. Por no habérselo dicho de modo que hubiera podido hacer algo y no sentirse tan nada.

Mierda, está empezando a entender a Yoochun ¿A dónde va a parar esto?

“Es solo algo estúpido Shim y si quieres hacerme un regalo o lo que sea, entonces lava los platos ¿quieres? tengo maquetas a medio hacer y una fecha de entrega a la vuelta de la esquina, tómame una foto que será la última vez que me veas,” el rubio le dice.

Changmin asiente torpemente.

Jaejoong se estira sobre su sitio, “bravazo entonces, buenas noches,” se despide de él, regresando sus trastos a la cocina y luego dirigiéndose a su cuarto, Changmin supone, porque escucha una puerta cerrarse y él se deja recostar entonces sobre el mueble.

El abogado se siente cansado en extremo de pronto y se queda viendo el foco sobre el techo por casi enteros 5 minutos.

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Jaejoong no está para los desayunos de toda la semana y se la pasa encerrado en su cuarto con sus maquetas, lo cual está bien, Changmin supone. Lo que no está muy bien es que se salte las cenas, así que para el viernes el abogado está tocando la puerta de su habitación después de haber deambulado un par de veces por el pasillo intentando componerse y decir lo que se supone que deba decir para que esto deje de ser…extraño.

Jaejoong responde en segundos, “¿Qué sucede?” le pregunta, cabello un poco enmarañado y unas ojeras algo notorias, maquetas por aquí y por allá detrás de él.

No es que Jaejoong le esté ignorando, porque las pocas veces que han coincidido en alguna parte de su casa – la cual nunca se había sentido así de espaciosa hasta ahora – el chico le había saludado sin mayores problemas, quejado incluso de lo mucho que alguno de sus profesores eran unos malnacidos hijos de puta antes de volver a su cuarto o salir de casa.

Así que Changmin sabe que Jaejoong no le está ignorando ni nada pero de alguna forma se siente ignorado al mismo tiempo. Y le jode en niveles que escapan de las manos de su inteligencia emocional.

“¿No vas a cenar?”

Jaejoong le mira.

“Ahm sí,” Jaejoong se lleva una mano al cabello y se tira atrás los mechones rubios, “pero más tarde estoy algo ocupado.”

Changmin asiente.

Jaejoong asiente también.

Changmin parece no captarlo así que Jaejoong le dice, “bien, debo volver a mis maquetas.”

Changmin vuelve a asentir, pega media vuelta en sus tobillos y Jaejoong coge la puerta para cerrarla, pero Changmin se vuelve entonces, estampando su mano sobre la misma puerta para evitar que Kim pudiera cerrarla.

Jaejoong se tambalea un poco pero logra estabilizarse.

“¿Qué rayos?” le pregunta.

Sus ojos negros le miran con sorpresa y Changmin no puede cerrar su gran boca, “una última pregunta ¿Qué mierda te pasa?” le pregunta.

Jaejoong parpadea. Parpadea de nuevo y vuelve a parpadear.

“No te entiendo” le dice el chico arrugando el ceño, incluso invade un poco su espacio personal para intentar olfatear rastros de alcohol en el cuerpo del más alto.

Changmin siente unas ganas imperiosas de golpearle con puños cerrados.

Jaejoong frunce aún más el ceño cuando no logra percibir nada, “bien oficialmente me tienes perdido, ¿qué sucede?”

“No, a mí no ¿Qué te sucede a ti. Kim?”

“A mí no me sucede nada” Jaejoong alza un poco la voz ahora hastiado, “mira Changmin no tengo idea de lo que sea esto pero podemos pasar la pérdida del tiempo que no dispongo para otro día, digamos ¿el 15? El 14 entrego maqueta, aunque puede ser el 14 mismo, aunque no creo, probablemente entre en coma luego…”

Jaejoong está obviamente pasando de él pero Changmin se rehúsa a aceptar que todo esto esté solo en su cabeza. El rubio se dispone a volver a esconderse en el cuarto de huéspedes que él le ha dado pero el pie de Shim interrumpe al marco y la puerta antes de que estos encajen y luego sus manos empujan la puerta abierta nuevamente.

“¡No! quiero discutirlo ahora,” le exige.

Jaejoong no parece tan calmo ahora. Traga saliva con fuerza, y sus músculos mandibulares se tensan.

“¿Discutir el qué? No entiendo nada de lo que me dices, y sinceramente me estoy cabreando.”

“Me acosté con un chiquillo que levanté en un bar ¿es eso?”

Los ojos negros le miran furiosos ahora. Y se siente como si le miraran por primera vez desde hace una semana. No camuflados en una cordialidad falsa, sino siendo los ojos negros que Shim conoce, unos que se la juran bien jurada como no pare de buscarlo.

“¿Cuán egocéntrico puedes ser?" el menor le dice riéndose, "válgame Dios ¿que más me da, tío? Te acostaste con un chiquillo que levantaste en un bar, bien por ti, espero hayas usado protección,” Jaejoong le responde.

Se lleva una mano a la nariz para apretársela y disipar la rabia que empieza a crecerle.

“Sí, me acosté con un chiquillo que me levanté en un bar porque tenía un cerquillo y una chamarra que me recordaban al hombre al que le hice el amor y no se dignó a llamarme en semanas.” Es lo que sale de los labios de Changmin, sorprendiéndose a sí mismo.

Jaejoong no parece sorprendido sino más bien propiamente cabreado.

“¿O sea que es mi culpa ahora? ¡Si yo ni siquiera te pedí que lo hicieras!”

“¿Entonces qué, Jaejoong? ¿Es eso? ¿Te arrepientes? ¿De cuál? ¿La primera, la segunda, todas ellas?” Changmin no sabe por qué le está gritando estas cosas, pero las palabras salen irremediablemente de su boca.

“Vete a la mierda.”

“¿Es esa tu respuesta? ¿Qué me vaya a la mierda?”

“¿Qué más puedo decirte, hombre? Vienes a darte libertades que no te competen, y que a mí en realidad me valen, si quieres acostarte con cualquiera eso es tu decisión, tu problema, no el mío, estás en todo tu derecho ¿cuál es tu maldito problema? ¿Le vas con esta mierda a toda la gente con la que te acuestas? ¿Y sabes qué? sí, ahora que me lo preguntas, me arrepiento de que haya pasado, me arrepiento de haberte vuelto así de rarito y lo siento ¿ya? aparentemente es mi culpa ¿no? pues lo siento, no volveré a acostarme contigo puedes quedarte tranquilo,” Jaejoong le dice.

Hay algo extraño en la boca del estómago del castaño cuando le oye. Algo parecido a dolor y luego rabia. Una maraña de ambas.

“Vale, copiado compañero,” es lo único que suelta antes de doblar sobre sus talones y salir tirando la puerta.

Tiene el saco en las manos en menos de un segundo y las llaves del auto en el bolsillo trasero de los jeans. Puede escuchar la puerta del cuarto de Jaejoong abrirse antes de que él esté cerrando la puerta del frente. Pero el chico no le llama ni nada solo le mira con algo parecido a la lástima y Changmin no espera más para lanzarse a la calle.

Capítulo 13

Así que…este es el capi final. Estoy depre, este es mi segundo soulfighter y lo quiero como no tienen idea, espero les haya gustado los capítulos, me divertí montones escribiéndolo, avergonzando a Changmin, a Yoochun, a Jae. Choteando a Sena etc, etc. Un agradecimiento especial a la kétchup a quien dedico este capítulo final, porque se lo debo desde hace un tiempazo. Un shot-out a nyu que me deja los más bellos comentarios siempre. Y a toda la gente linda que también se da el tiempo. Ha sido un largo recorrido con mis kilométricas demoras pero espero les haya hecho sonreír mucho más que frustrarse. Un abrazo enorme gente.

PD: I’m a big fan of happy endings folks, what can I say.

PD2: No es por spoilearlas pero sé que algunas buscan VEN-GANZA con el Chun por joder tanto y lo entiendo pero su Jaemin ya está bien así que a lo Idina Menzel let it goooooo ♪♫

#pretendinglastpeach

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La noche opaca el precioso rostro de Kim y el castaño suspira de alivio al tenerle de frente de nuevo, esperar a fin de clases ha sido la más dura prueba a la cual Changmin ha sido sometido jamás, al menos Jae ha tenido algo en lo que ocuparse las 4 horas que él ha pasado tirado en un patio arrancando pasto y haciéndose mugre la camisa para no masturbarse ahí mismo.

Jaejoong luce aterrado pero al menos lucha por no huir y Changmin le agradece, porque 4 horas ha sido un largo tiempo para pensar las cosas hasta el cansancio, lo cual irremediablemente ha terminado haciendo…pero la cosa es que tiempo basto o no, Shim sigue sin la tesis y con ganas de cogerse las piernas y no sé ¿rodar?

De algún modo logra quitarle el morral de la espalda y colgársela junto a la suya para luego preguntarle, “¿cansado? Nada que un buen vaso de jugo helado no pueda solucionar.”

Pequeños pasos, fue lo que Shim dedujo en sus 4 horas de meditación. Los pasos pequeños conllevan a logros considerables. Así que pasos pequeños serán. No va a hacer un mundo de esto, tan solo va a respirar, va a preguntarle cómo le fue con Choi, y sincronizarle las piernas de camino a casa con su morral en su espalda. Aunque lo que quiera en realidad sea más bien sincronizarle esas caderas.

Y todo va bastante bien, caminando despacio por las calles, manteniendo una conversación simple uno al lado del otro, una que evade estratégicamente cada pequeño aspecto de lo que en realidad deberían estar discutiendo.

Todo está bastante bien hasta que Changmin le pregunta, “y entonces ¿cómo te fue hoy?”

La sonrisa de Jaejoong se transforma en llanto de la misma forma en la que el semáforo cambia de verde a rojo. Y Changmin siente el nudo de la impotencia estrangularle la garganta porque no se la ha visto venir, no sabe exactamente lo que ha hecho, si ha hecho algo siquiera, bueno a tenido que ser él porque aquí solo están ellos, pero Dios, culpa de quien sea esto solo quiere implorar perdón, solo quiere que el chico que ama deje de empapar su polo, porque le ha abrazado en un intento de calmarle y se siente un idiota total, por estar pensando con su entrepierna cuando claramente esto es delicado para Jaejoong.

¿En qué estaba pensando?

Jaejoong ha tenido que haber lidiado con todo el factor Yoochun y ahí va él pensando en cuando podrá meterse en sus pantalones.

No le merece, lo que merece es un puntapié en los huevos, un castigo.

Oh sí, merece un castigo por su mal comportamiento.

Dios, ¿qué mierda pasa consigo mismo?

Jaejoong quiere decirle algo. Entre sus balbuceos y pequeños hipidos de llanto, Changmin lo sabe y por tanto lucha por entenderle pero el mensaje es muy críptico. Y suena a puro “yo, yo…”

Se quedan unos 4 semáforos ahí, camiseta arruinada, cabellos negros y mentones adoloridos de tanto apoyarse contra el otro cuerpo, Changmin le mira inminentemente perdido y tiene miedo a hablar porque ¡diosito lindo! duda tenga lo que Jaejoong necesita oír ahora. Se siente sobre la cuerda floja y sin mallas.

“Pequeños pasos,” Jaejoong alcanza a balbucearle entonces.

Mejillas rojas de la vergüenza, de haberse puesto a lloriquear frente a la persona a la que intenta impresionar o lo que sea, tiene las manos metidas fuertemente en el bolsillos y los ojos forzados pero fijos en los chocolates de Changmin, “pequeños pasos,” le repite.

Changmin no sabe porque demonios está tan azorado a su vez, pero su cuerpo arde, y sus dedos temblequean en torno a las dos correas de los morrales que tiene sobre el hombro izquierdo.

“Pensé que pequeños pasos ayudarían, pensé que tendríamos una conversación tonta, de cómo fue tu día, y te sonreiría, y llegaríamos a mi casa y te despediría con un beso en la mejilla, que trabajaríamos nuestro progreso así, pero no puedo Changmin estás aquí y en todo lo que pienso es en la excusa que podría darte para invitarte a entrar a mi casa antes de que te hubieras ido, quizás ver una película no lo sé, ganarme tiempo para decirte lo que necesito decirte, de como terminé las cosas con Yoochun, como te escogí a ti, como te escojo a ti porque me haces sentir infinito, como hoy me animé a cantar la pieza que te compuse, como incluso al bendito Choi Seung le gustó, como en resumen hoy he tenido el mejor día de mi vida y te besaría, mierda, te haría el amor en el mueble de mi sala porque no creo que llegaríamos siquiera a mi cuarto y tendríamos blonde la versión del 2001 corriendo en el televisor a nuestras espaldas, porque es la única película que tengo a la mano y es la que probablemente habría terminado poniendo antes de animarme a decirte todo esto, lo cual es tan inapropiado porque ¡venga! ¿Quién mierda intenta hablar de pequeños pasos cuando están Jensen Ackles y Patrick Dempsey teniendo un trío frente a ti? Y yo solo, dios, me siento un perro, sé que somos hombres, sé que no vamos a tener conversaciones de corazón abierto y a trenzarnos el cabello después de haber llorado, pero necesito que lo sepas, necesito que sepas que te amo, y que hace mucho que nadie me ha tocado desde que supe a ciencia cierta que era homosexual / bisexual o lo que sea, y que si me abrazas y tengo una erección no es porque solo piense en sexo, dios mío ¿por qué estoy diciéndote esto?”

Changmin necesita detenerle antes de que el pelirrojo continúe soltando barbaridades de su pequeña boca de caramelo porque si no simplemente va a perderlo, va a perder la poca cordura que tiene en plena vía pública con carros, bocinas y llantas rechinando contra el pavimento. Porque no puede ser que ame tanto a este chico.

No puede ser que Jaejoong acabe de excitarlo así de tan solo contarle abstrusamente lo que había pensado en los difícilmente10 minutos que le han tomado bajar del tercer piso al primero en donde le ha estado esperando para volverse juntos.

Jaejoong luce tan alcanzable a tres pasos de sí mismo que Changmin no entiende por qué no le está comiendo la boca justo ahora.

“¿Quién necesita de pequeños pasos?” es lo que el castaño entonces le pregunta.

Volteándose hacia la pista y tragando el exceso de saliva. Porque vale, están haciendo esto. Van a hacer esto, pero no en vía pública y espera que Jaejoong le capte el mensaje así que cierra en puños las manos y respira profundo para poder volver la cabeza hacia él. Y se muere ahí mismo, porque esos ojos negros le miran de una forma que le hace sentir infinito a su vez.

El castaño suspira sus “oh dios” fuertemente a través de su boca y procede a sujetarle la mano izquierda con su derecha.

Jaejoong ha perdido la capacidad de mandarse por sí mismo así que Changmin tiene que arrastrarlo consigo para cruzar la pista, conducirle por la 15 que es la calle que les va a llevar a la casa del pelirrojo y en lo que queda del camino, le aprieta los dedos contra los suyos y le cuenta a tono de voz medio, para que solo Kim pueda oírle, porque es el único que necesita saber, cómo es que fantaseó en besarle por semanas, mucho antes de que todo se desatara, cómo la primera vez que se besaron fue el maldito 4 de Julio dentro de su pecho, cómo sus labios saben a duraznos, cómo los duraznos son curiosamente su fruta favorita, cómo estuvo presente ese día de su audición para impedir que Sena intentara hacer algo. Cómo Yoochun es un muy estúpido hijo de puta al cual no puede odiar del todo porque de alguna forma hizo que terminaran juntos. Cómo le ama tanto que le aterra declararle todo esto, entregarse en bandeja así a una persona, cómo le ama tanto que el terror le vale madres, como le elige por sobre todo sus miedos, como va a elegirle hoy aquí y ahora y lo hará las mil veces que vengan.

Así que suben las escaleras hasta el depa de Jaejoong, y el pelirrojo pone blonde la versión del 2001 mientras las palmas de Shim sudan contra la tela de sus pantalones que cubre sus rodillas y trata de no lucir todo cachondo con la semi erección que se esconde debajo de su bragueta cuando Jae se sienta a su lado después de haber apagado la luz, porque sí, están supuestamente haciendo esto, y Changmin presume Jae debe saber el cómo, porque él definitivamente no.

Aunque lo cierto es que no luce tan difícil cuando Jaejoong está encima suyo con ambos muslos apretándole las piernas, besándole despacio, pequeños picos por aquí y por allá, pestañas delgadas, mejillas rojizas, dedos de porcelana sujetos en su mandíbula, fijándole la cara, abriéndole la boca para unir sus lenguas, entre suspiros pesados, calor y manos traviesas.

No se siente difícil dejarse recostar en el mueble con Jaejoong bajándole la bragueta y tocándole.

Fuerte, despacio, medio, Changmin no puede ni identificar el cómo, solo que se siente espectacular, con Jaejoong sobre él friccionándose contra su parte baja y comiéndole el cuello.

“Serán pequeños pasos al fin y al cabo,” Jaejoong ríe contra su mejilla cuando Changmin termina irremediablemente en su mano.

Ojos algo chinos de vergüenza, de adoración, de sentir a Jae sobre él moviéndose para alcanzar su propio orgasmo hasta finalmente conseguirlo entre un gruñido y su mano izquierda posiblemente moreteándole la nuca que es de donde se sostiene para no gemir sin vergüenza. Shim tiene la visión nublosa de las ganas de buscar una pala para cavar un hueco y meterse dentro hasta que Jae le besa la mejilla sonoramente.

“Hey, tenemos tiempo ¿vale?,” le dice hincándole con el índice la frente y robarle una sonrisa, “además si no puedes anotar en un partido, lo harás en otro…creo,” le dice, ahora sí intentando burlarse pero la sonrisa tonta en su carita preciosísima cuando le besa en la frente vuelve todo bastante soso en realidad.

Kim se quita de su regazo poco después para ir en busca de algo con lo que asearlos. Cuando vuelve a su lado la película está por terminar y Kim acomoda su cabeza en las piernas del castaño mientras habla largo y tendido de cómo Jensen y Patrick tienen ahora shows muy exitosos, de neurocirujanos, ángeles y demonios. Shim le entiende mierda pero le ama, le ama hasta que se queda dormido con el cuello colgando peligrosamente hacia atrás.

Y le continúa amando en sueños, inconsciente de los 10 mensajes de voz y el doble de llamadas perdidas de su madre en su celular metido en su morral que ha dejado colgando de una silla del comedor.

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“¿Se presentarán para el show de Abril?” Changmin le pregunta robándole un pedazo de carne que previamente ha trozado para Jaejoong.

Kim le gruñe un “hey” pero Shim le ignora y vuelve a robarle otro.

“Es la idea,” Jaejoong le responde finalmente intentando robarle un poco de sus verduras mixtas pero fallando contra los palillos de Shim.

“Empiezo a pensar que tomaste clases de artes marciales.”

“No solo tengo una hermana que nunca como de su propio plato.”

“¿pero que tú? Lo dudo y ¿cómo es ella?”

“Pues fea, no todos somos bendecidos con la carga genética perfecta hay estudios.”

“Cierra el pico, niño bonito,” Jaejoong golpea con sus palitos la mejilla de su ahora novio y trata de no reír bobamente cuando Changmin le mira ofendido.

“Bueno ya, mínimo disimulen,” la voz de un pelinegro se deja oír cuando entra en el comedor con su propia bandeja en manos, todos aún tienen la costumbre de comerles con la mirada, al punto en que Jaejoong y Shim ya se han acostumbrado a tener la sintonía, después de todo tener a Changmin peleándose toda la primera semana no hizo mucho por menguar el poco tino de todos esos animales.

Park les dirige una mirada pequeña antes de pasar por su lado hacia alguna de las mesas del otro lado.

Jaejoong mira a Changmin de la forma que le hace gruñir.

Ya le ha contado a detalle como todo está terminado, pero no puede evitar seguir algo resentido con el chico.

“Park, acá tenemos espacio,” le dice antes de que el pelinegro siga avanzando.

El susodicho voltea y parece un poco avergonzado.

“Lo digo en serio,” Changmin le dice suspirando, “trae tu pequeño trasero aquí no me hagas rogarte.”

Yoochun no sabe a qué lado sentarse dado que hay sillas a los costados de ambos y Changmin quiere reírse de él, pero Jaejoong no va a estar muy contento si lo hace, así que se traga los comentarios.

Jaejoong se hace a un lado invitándole a sentarse a su lado y el pelinegro lo hace despacio.

Toda la cafetería está tan callada que Changmin no se sorprendería si al levantar la mirada ve teléfonos celulares en alto.

“¿Cómo puedes comerte el brócoli Chun? ¡Es horrible!” Jaejoong va por una risa ligera mientras le codea.

Yoochun le codea de vuelta sonriendo un poco, “algunos queremos llegar a los 50.”

Changmin siente su estómago encogerse con un poco de celos pero no es nada que no pueda controlar, sobre todo desde que sabe que Yoochun no llegó a verle desnudo, no llegó a hacerle el amor como él, la noche precedente.

La siguiente que entra en el comedor es Heebin y el circo se ha armado solita, la chica les mira con bandejas en manos nota a Yoochun con ellos y desvía la mirada al otro lado, sus amigas vienen tras ella para conseguirse una mesa, observan todo y tratan de disimular hablando un poco más fuerte y dirigiéndose en grupo a las mesas traseras.

“Así que eso sigue así,” Changmin habla.

Jaejoong mira a Heebin alejarse y vuelve hacia Yoochun.

“Se merece alguien mejor.”

“Vaya, y yo creí que jamás podríamos coincidir en algo.”

“¿Tienes cara para hablar?”

“Chun,” Jaejoong le semi resondra y el pelinegro bufa.

“Está bien Jae, estoy bien, y ella mejor sin mí, alrededor,” le dice moviendo sus tallarines y sin probar bocado, “como sea, me haré tarde a mi clase, será mejor que me vaya.”

“Pero no has comido nada.”

“Tengo 5 bolsas de papas fritas en mí ahora mismo, Kim, no te preocupes por mí, nos vemos luego.”

Dirige un pseudo asentimiento en dirección a Changmin y desaparece a paso rápido.

“No me gusta esto,” Jaejoong le dice cuando Yoochun ya se ha ido.

Changmin bufa, mirando a la chica del otro lado de la cafetería, hablando con sus amigas y riendo, pero los ojos, los ojos no están ahí, están fuera con el pelinegro que ha salido y se supone que esto debería haber funcionado para ambos y no solo para él.

“¿Sabes?” le dice a su novio robándole el ultimo pedazo de carne, Jaejoong le mira exasperado, “eso es algo que podemos arreglar.”

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“¿Y él está bien con esto?” Yoochun le pregunta a través del teléfono, dejando sus cosas en su casillero.

“Solo vas a ayudarme con esta canción, tu estudias esto, el chico solo sabe de números,” Jaejoong se queja, Changmin a su lado le pone cara de poto, sabrá solo de número, pero tiene buen oído Jaejoong no sabe lo que habla.

“Vale, te veo después en el tercer piso, podemos usar esa aula que siempre dejan sin cerrar.”

“Listo.”

El pelirrojo cuelga y mira a su novio con una sonrisa.

“Vale, te toca,” Kim le dice pasándole el teléfono, Changmin le pica en los labios porque no puede reprimirse.

Jaejoong le golpea un hombro para hacerle parar, la dinámica esta de infringirse moretones no ha variado mucho ahora que están propiamente juntos, se ha vuelto peor incluso, sobretodo en la intimidad, noticias de último minuto a Jae le gusta rudo, noticias de último minuto dos, a Changmin también.

“¿Heebin-ah?”

“Hola…sí, íbamos a ir por un helado saliendo de clases con Jaejoong, pero tengo una clase en medio y no quiero dejar al niño solo, ¿puedes acompañármelo un rato? Estará en el tercer piso, trabajando en esa canción que no quiere enseñarme, a ver si logras sacarle algo, listo, entonces, vale, te veo luego.”

Jaejoong observa al castaño colgar el teléfono.

“Y así es como haces la pata.”

“¿No estamos siendo un poco como esas parejas que van intentando juntar a todos sus amigos y a las que todos odian?” Kim le pregunta de pronto, guardándose el móvil en los jeans.

Changmin lo considera por unos segundos.

“Bueno un poco.”

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La muchacha llega antes que Yoochun, y al ver que Jaejoong no se encuentra asume que probablemente el chico se ha ido a los servicios o algo así que deja su mochila en una de las carpetas y se sienta sobre una de ellas a esperar por su amigo.

Un par de minutos hay ruido detrás de la puerta y cuando esta se abre, aparece el pelinegro mascullando algo de, “si digo que la frase no tiene sentido, es porque no tiene sentido así que no quiero nada de boberías de amor porque te juro que vomitaré.”

La cara de Yoochun es difícil de leerla cuando la ve dentro. Una falda rosa que ha quitado de esas piernas blancas en el pasado y un top blanco a crochet, está hermosa como siempre, le pega en todo el arrepentimiento y la culpa.

Heebin entiende al instante de que va todo esto.

Pero hubiera esperado que esto hubiera sido maquinado más bien por el pelinegro que tiene frente a sí.

Necesita saberlo, ¿la sigue queriendo? ¿La necesita por las noches? ¿Por las mañanas? Ha estado tan feliz de que Jae y Changmin hubieran arreglado las cosas para darse cuenta de lo sola que se siente sin Yoochun. De lo que duele verle en los pasillos con el gesto duro y el cabello sujeto en una coleta.

“Lo siento, yo no tenía idea, esto yo no…voy a hablar con ellos, no te preocupes.”

“¿no vas a saludarme al menos? Creo que dijimos que no íbamos a ignorarnos.”

Yoochun la mira con tanto dolor que Heebin quiero retirar lo que ha dicho.

“Sí, perdona, hola Heebin.”

Su nombre sabe a recuerdo en sus labios. Hace mucho que no tiene el valor de repetir su nombre en alto.

“Hola,” ella le responde mostrándole una sonrisa pequeña y procede a señalar el lado vacío de la carpeta a su lado.

“Ven,” tiene que decirle porque Park continúa tieso en su sitio.

El pelinegro camina callado los pasos que le separan de la carpeta y se sienta junto a ella a su lado, sus brazos se tocan de costado y Yoochun tiene que acomodarse un rulo detrás de la oreja para disimular sus ojos rojizos.

“Jaejoong y Changmin,” ella empieza.

“Están juntos sí,” Yoochun le responde, inspirando y exhalando el aire por su nariz, “era lo correcto.”

Pasa un rato de silencio antes de que la chica se anime a volver a hablar.

“¿Y nosotros Chun, acaso nosotros no somos lo correcto?”

Yoochun siente las lágrimas correr silenciosas por sus mejillas, “lo somos,” le dice asintiendo con la cabeza y mordiéndose los labios.

“Y sí lo somos ¿Por qué no estamos juntos?”

Yoochun hipa cogiendo fuertemente su mano en la carpeta sin poder verla a la cara, “mereces algo mejor.”

Las suaves manos de la castaña le cogen el mentón para obligarlo a verla, “¿por qué no dejas que sea yo quien decida?”

Park posiciona su mano sobre el de la muchacha, la observa pequeña y suave, observa sus labios color rosa debajo de su redondita nariz, observa sus pestañas cada rincón de ese rostro que conoce a la perfección, pero aun así haya algo distinto cuando termina de acercarse y besarla despacio en ese salón de clases vacío.

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“Son repugnantes,” reciben en un mensaje de texto desde el celular de Heebin esa noche.

Jaejoong sospecha que es Yoochun. Changmin cree que es la misma Heebin, pero en realidad ninguno está muy dispuesto a discutir la identidad del remitente cuando están desnudos sobre el otro.

“¡Verdad! Olvidé decírtelo, hyung-nim me ha invitado a su viaje a estados unidos el próximo mes, dice que puede presentarme con un par de personas que pueden explotar mi talento.”

Changmin deja el cuello de su novio para expresar un, “¿qué hablas?”

“Sí, bueno, le dije que iba a pensarlo.”

“Oh Jaejoong pero ese tipo de oportunidades no…”

“Luego recordé que esto es lo que he esperado en toda mi vida y le dije que estaría encantado de acompañarle.”

“Empiezo a pensar que eso de pensarlo es pura maña que me estás intentando vender.”

Jaejoong le besa en los labios riendo.

“¡Claro que no! Además será solo por dos semanas y media.”

Changmin no está encantadísimo con la idea de dos semanas sin él, pero besa sus felicitaciones en los labios de su pelirrojo y deja su mano deslizarse más abajo para hacerle entender cuan alegre por él está.

Jaejoong pega la cabeza contra la almohada y suspira.

“Sí y lo bueno es que no tendré ningún gasto fuerte porque nos hospedaremos juntos y…”

“Espera un segundo.”

El pelirrojo se ríe de la cara de Shim, “bromeo, cariño.”

Shim le voltea de modo que esté encima de él, mirándole con reproche.

“O no bromeo…” Jaejoong le susurra al oído.

“Es todo, estoy yendo contigo.”

Jaejoong se carcajea, “convencerte no fue tan difícil,” le admite.

“¿Tanto te costaba tan solo invitarme?”

Jaejoong le besa para callarle.

“No lo arruines.”

Changmin se abraza a él y procura no decir más de lo necesario por los siguientes 20 minutos.

La vida solo continua, entiendes el lunes por la mañana. Junsu viene hablándote de Dios sabrá qué moviendo las manos, tratando de explicarte como probablemente algún idiota le cerró de camino acá, tu asientes, él continua, y continuará por un buen rato así que enrollas tu tenedor entre los fideos con cuidado, tienes una camiseta blanca y las manchas de pasta de tomate y queso son unas perras a la hora de lavar.

Diez minutos después y Junsu aún no se da cuenta que estás viendo la televisión detrás de su cabeza, has sido siempre un buen actor para casos como estos. Hay quien diría que hubieras tenido futuro como actor, tienes un bonito rostro, una buena talla, con los correctos contactos quizás ahora te estarías codeando con ese Kim Jaejoong al que están entrevistando acerca de su nuevo libro a través de la pantalla. Quizás tendrías su jaguar, demonios, quien sabe si uno más caro incluso. Pero sería un absurdo y lo sabes.

Ser un diseñador gráfico es parte de tu persona a este punto. Parte de lo que te hace tú.

Y te permite tu pequeño Toyota, te permite un departamento en una zona acomodada y tranquila, almuerzos de calidad y con la correcta administración vacaciones fuera una vez al año.

No puedes quejarte. No podrías haberte acostumbrado a las cámaras de todos modos.

Jaejoong sonríe ante la pregunta que acaban de hacerle y te preguntas si alguna vez volverás a ver esos dientes blancos tan de cerca de nuevo. Probablemente no. Si el chico es inteligente ya debería haber sacado la orden de restricción contra tu persona.

“Bastante guapo ¿no?” Junsu te interrumpe cansado de esperar que le tomes atención.

“Lo es,” admites, porque es la verdad al fin y al cabo.

Junsu te rueda los ojos por tu sinvergüencería y voltea el cuello para escuchar al pelinegro y al reportero y entender de qué va todo.

“Tiene buena pinta pero mi favorita siempre será noches de brisa cálida.”

“No sabías que eras fan,” le dices sorprendido.

“Es mi dulce pecado, no me juzgues, además el chico está guapo, me da la excusa perfecta para ver sus lindas manos en las firmas de libros”

“Nada aterrador, pero que ¿acaso no viven en el mismo vecindario?”

“¿Qué sepas eso no es aterrador? pero sí, ¿y cómo lo sabes?”

“¿Recuerdas al chico que me sacó de la comisaría?”

“¡NO!”

“Sí.”

“Por la chucha,” Junsu deja sus tallarines y te mira con ojos muy abiertos, “¿y cómo fue?”

“No mucho, le eché a perder la bufanda, le compré una nueva, conocí a su novio.”

Junsu se atora en su coca cola.

“Oh por dios nadie sabe de esto ¿Quién es? Tienes que decirme, oh dios.”

Le alzas una ceja, él no se molesta en pretender. Te pega incluso en el brazo para que prosigas, quizás no sea información que debas ir divulgando, Jaejoong nunca intentó comprar tu silencio pero Junsu tampoco es un bocazas.

“Era un tipo de rulos negros, YooHyun, YooWun algo por el estilo.”

“¿Park Yoochun? ¿El reportero del 5?” Junsu te pregunta como si nunca se la hubiese visto venir, y tú te preguntas a la vez cuanta TV basura el chico ve en su tiempo libre.

“Eso creo.”

“Oh dios esto es grande, Changmin, muy grande.”

“Bueno, no es que Jaejoong m haya pedido que me guarde nada pero si es que no es algo público no creo que sea prudente ir divulgándolo.”

“¿Cómo te atreves a insinuar que yo haría tal cosa? Además, prefiero ser de las pocas personas que saben…me hace sentir especial.”

“Tú necesitas terapia,” te ríes, llevándote otro poco de tallarines a la boca.

Jaejoong se despide de sus fans con una sonrisa muy blanca pero algo cohibida. Y dios te juzgue mil veces pero no le hayas marica sino un tanto encantador.

-------

Junsu te invita a su casa el fin de semana siguiente. Tú no estás tan seguro de toda la cosa. No te han notificado ninguna orden de restricción. Pero no sé ¿es demasiado pronto para tentarle a llamar a su abogado?

Para llegar al conjunto de Junsu tienes que pasar las B que es donde vive el escritor y si miras de reojo el porche nadie está a tu costado para juzgarte.

Junsu te sonríe en la puerta y empiezas a empezar que demasiada cordialidad debe tener alguna razón oculta, y razón tienes, porque a los 15 minutos del Bayern contra Barcelona y la mitad de una cerveza Junsu ha agotado la última de tus paciencias con sus miraditas.

“Dímelo de una puta vez,” le siseas.

Junsu se remueve en su sillón como un niño pequeño, uno muy gordo.

“Tengo reservaciones para el 50.”

“¿De cuándo acá te volviste mi sugar daddy? Y solo para aclararlo, no estoy acostándome contigo.”

“Cierra el pico Shim, y son para hoy.”

“No voy a negarme a comida gratis, Kim, pero debiste avisarme para vestirme un poco mejor, yo solo digo ¿y qué demonios vamos a hacer con estas?” le preguntas alzando con dos dedos el sixpack con cuatro botellas restantes.

“Podemos conservarlas para el próxima partido.”

“Como sea, estas prestándome una de tus camisas caras,” le dices ya de camino a su armario.

“Ahm Jaejoong está también invitado,” te dice cuando ya estas con el polo a mitad de tus brazos y cabeza.

Si es que no apareces en las 1000 maneras de morir es porque o es demasiado patético o definitivamente Dios existe.

“¿QUÉ?”

“Digamos que nos cruzamos un poco más seguido esta última semana y él es bastante amble y bueno, no sé me animé a hablarle un poco más y me contó que estaba escribiendo un nuevo libro inspirado en una anécdota un poco sacada de los pelos que tuvo hace poco con un chico que se rompió la nariz contra un poste y luego terminó en la carceleta.”

Tu cuerpo entero arde en humillación. Se convulsiona en realidad.

Junsu te pregunta si estás bien del otro lado de la puerta y no respondes porque no lo estás, porque vas a descuartizarlo, meterlo en una valija y tirarlo al mar.

“¿PORQUE?”

Le preguntas luego de que entiendes que matarle no va a solucionar nada pero es que quieres saber ¿Qué le hiciste para que te haga esto?

“No quiero que me malinterpretes Changmin, pero no sé dime ¿no es muy extraño conocer a alguien de ese modo? Quizás deban conocerse, ¿ser amigos? Quizás Jaejoong está destinado a conocerme y dejar a Yoochun por mí. Vale, bromeo, pero ¿entiendes a lo que me refiero? Y sabía que tú no ibas a hacer nada por esto así que le dije que conocía a alguien que había pasado por algo similar que iríamos al 50 a cenar hoy y que si nos acompañaba y compartían la anécdota quizás sacaba un poco más de material para su libro.”

“Estás demente Junsu, ¡Jaejoong me odia!”

“No parecía odiarte,” tus ojos son expresivos como respuesta, “lo digo en serio.”

“¡¿Que hablas?! Probablemente tiene una orden en mi contra.”

“Si te odiara tanto no creo que escribiría sobre ti, Changmin, está escribiendo sobre ti.”

Te mareas de solo pensarlo, es que ¿qué?

“No podemos plantarle,” Junsu te suplica, “¿Quién planta a Kim Jaejoong?”.

La imagen de un rímel corrido te traspasa el cráneo cual arpón. Todo esto es demasiado, lo que deberías es estar en el maldito sofá viendo el partido y bebiendo cerveza. No, considerando lo inconsiderable.

¿Y qué si cómo le conociste fue lo más subnormal del mundo, la casualidad más improbable? Eso no significa que deban verse de nuevo ¿no?

¿No?

“Voy a pedirme lo más caro en el menú,” le informas saliendo del vestidor, enojadísimo, con una camisa blanca que va con tus jeans y los zapatos negros.

Junsu asiente como si lo hubiera estado esperando.

“Hoy y el resto de la semana,” le informas.

El vuelve a asentir y tú te coges otra de las cervezas del sixpack y te la zampas de una mientras el que se hace llamar tu amigo entra a cambiarse también.

--------------

“Esto es tan, tan mala idea,” le juras cuando los de la puerta están retirándoles los sacos.

“Lo siento,” Junsu susurra y luce un poco avergonzado a decir verdades así que suspiras porque ese Kim es idiota a veces y esto no es nada con maña pero Dios, no sabes si vas a poder con todo esto.

Nunca has sido tan sinvergüenza en tu vida.

Caminan hasta la mesa y ves el cabello negro de Jaejoong, lacio e impecable como en la tele, como hace tres semanas. Las ganas de pegar la media vuelta te asfixian con cada paso que das.

“Jaejoong,” Junsu le llama.

El susodicho voltea al escuchar su nombre, una sonrisa cordial sobre sus labios, ojos negros muy chinos hasta que reparan en ti. Actuaremos como si esto fuera una total coincidencia, Junsu te dijo de camino aquí. La cara de Jaejoong es un poema.

“Jaejoong este es...”

Junsu no puede terminar porque Jaejoong está partiéndose de la risa, a carcajadas puras, de la manera desinhibida y fuerte que hace que muchas cabecitas volteen curiosas. Jaejoong se lleva las manos a la cara tratando de detenerse y vale, esa no era la reacción que esperabas.

“Tienes que estarme bromeando,” continúa riéndose, tiene que llevarse una mano al estómago incluso, “compañero, te digo, creo que firmé algún tipo de contrato vitalicio al cruzar la pista porque si no me lo explico.”

Junsu está tan encantado y pensando quien sabe qué, porque tiene una sonrisa del tamaño del Everest, aparentemente ha olvidado todo el plan de aproche que habían maquinado de camino aquí.

“Oh Junsu no debes tener idea pero conozco a tu amigo,” le dice para luego volverse hacia ti y abrazarte con ambos de sus brazos, como si fueras algo así como su amigo.

Y es raro ¿ya? Pero sus brazos son algo confortables de ese modo.

Cuando su cuerpo se aleja de ti y su sonrisa y sus ojos te encaran, su voz te pregunta, “como va ese tabique Changeol.”

No puedes evitarlo la comisura de tu labio izquierdo se levanta.

Junsu hace una paupérrima muestra de sus habilidades actorales cuando les pregunta “¿se conocen?”

Es tan gracioso que te da ganas de partirle la cara.

“La noche más embarazosa de mi vida,” admites, porque es el resumen y no piensas volver a repasarlo punto por punto.

Junsu abre exageradamente la boca y Jaejoong es un pobre ingenuo porque se lo traga todo desde el “noooo, o sea ¿ustedes?”.

Para cuando están sentaditos los tres, con sus respectivos platos sobre la mesa y le has recordado que tu nombre es Changmin lo cuál muy probablemente le ha salido por el otro oído porque esa es fácilmente la décima vez que lo haces, han terminado la parte embarazosa para ti, porque ambos se han divertido ya recordándote la pesadilla pero desde otro punto de vista, todo un bestseller será. A las chicas les gustan las tonterías.

“¿Sabes?” Jaejoong les dice después de limpiarse los labios con el pañuelo, con impecables gestos, “estaba teniendo problemas con volver a unirlos, digo él es de un círculo social tan diferente y ella es tan orgullosa pero aquí está,” les dice señalándolos a ambos con sus dos brazos, sus ojos negros brillan como los de un niño pequeño y entonces lo sabes, no es la cara, ni el pelo o el cuerpo, es él, es esto lo que ama y es por lo que es tan bueno, este niño merece cada pequeño pedazo de éxito que recibe y tú eres un asco por haber pensado lo contrario.

La sonrisa se te borra cuando procesas la información y entiendes que serás la chica.

“¿Soy la chica?” preguntas/te atragantas.

Junsu te pasa una servilleta, tú le golpeas la mano.

Jaejoong asiente.

“No espera ¿no tengo algo que decir como la otra parte? Digo, no sé como ¿por qué?”

“Bueno, lo pensé mucho, en realidad, pero sí, definitivamente pasivo.”

Junsu no se tira el vino encima porque tiene buenos reflejos.

“Changmin no es gay,” Junsu le dice.

Jaejoong asiente.

“Lo sé, me refiero a que hipotéticamente hablando ya sabes.”

Junsu asiente como de acuerdo.

Tú alzas ambos brazos rendido.

“Oh vamos, demasiado machito para tomarlo pero no para sujetarme la mano en un hospital,” Jaejoong te dice juzgándote y burlándose de ti con sus cejas.

“¡Tenía los senos paranasales al aire!” te defiendes, pero la risa se te mezcla con el argumento.

“Oh sí, senos muy macho,” Junsu te codea.

Tú le golpeas al hombro.

“Así que dime un poco más de mi niña, ¿qué demonios la volvió tan orgullosa?”

“Infancia difícil,” Junsu le responde con pesar negando con la cabeza.

“Ya veo,” Jaejoong te mira asintiendo, mano derecha soportando la mejilla del mismo lado.

Te azoras un poco pero respondes igual.

“Uno: mi infancia fue de las pocas, mi madre y mi padre se aman tanto que debo avisar antes de entrar a cualquier habitación de mi ex casa cuando les visito, dos: el orgullo viene del esfuerzo, clase media, abeja trabajadora.”

“En resumen mi niña está tan maravillada por la belleza del hombre que conoció una noche de verano que su mecanismo de defensa es hacerse la ruda.”

Junsu prácticamente chilla de la emoción.

Tú no estás tan encantado, “eso o el hombre es un verdadero cretino que se cree la octava maravilla.”

“Ahí va, la rudeza de nuevo.”

Inspiras el aire para no gritar y hundirte aún más. Jaejoong te sonríe. Dios ¿no puede mirar a otro sitio?

“Honestamente Junsu, no pudiste estar más correcto,” le dice al rubio a tu lado izquierdo, “esto va a ser definitivamente productivo, saber más de mi niña hará la historia más genuina.”

Tú gruñes en tu copa de vino.

Jaejoong te guiña un ojo.

“Les acompañaría por más tiempo, pero debo estar en el lobby del plaza a las 9 en punto, esto de ser escritor viene con agenda, ha sido una cena encantadora, quién diría que volveríamos a cruzarnos así Changeol, volveremos a vernos pronto.”

Cuando Kim se pone en pie ya hay alguien detrás de él poniéndole el saco sobre los hombros, les dirige una última sonrisa para luego dirigirse al auto que le espera fuera seguramente.

Ambos voltean la mirada cuando Jaejoong desaparece de la vista.

“Pues eso salió bien ¿no te parece?” Junsu te pregunta con una sonrisa débil.

“Un mes Junsu,” le dices terminándote tu copa de vino, “me pagarás los almuerzos por un mes completo.”

Junsu solo asiente.

Es lo único que puede hacer.

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