Brownies
Notas: Dedicado a la kétchup, más riiiiiica de todas, ya
termino la otra parte, pero era en dos días diferentes sino esto me salía 20 y
picos y mi y mi cerebruto nos quedamos cortos. PD: exijo ir a ver a Robert
Downey Jr. Y que veas Sherlock de modo que puedo fangirlearme conitgo porque
nadie me da bola (a parte de nyu a quien debería dedicarle uno también por ser
tan bonita) pero va con mucho love bro.
Jueves 25 de Abril, 1976
Quererlo es sencillo – fue lo que escribí en la
improductiva clase de literatura, hace unos días.
Y bueno aunque no podía decirlo, estaba algo
orgulloso, de lo que puse en ese papel, sí, quizás tanto como avergonzado. Oh,
soy Changmin por cierto. Shim Changmin. He empezado la secundaria este año, y
estoy algo solo por el momento, es que la gran mayoría de mis compañeros de
primaria se han cambiado de escuelas para este nuevo periodo, o bueno, al menos
esos pocos con los que al menos conversaba. Así que…
No me tomen mal, la secundaria me agrada, llevo
nuevos cursos, y soy “como ellos dicen” un nerd, así que disfruto de esas
nuevas materias y aumentar en algo lo poco que he ido aprendiendo en la
primaria.
Pero claro, mi vida en general no es algo del
interés público. Aunque no se supone que me enfoque en algo que sea del interés
público después de todo, este es mi diario, y esto solo debo leerlo yo ¿no?
Ok, ¿realmente acabo de escribir esto? Genial.
El punto es que olvidé que el trabajito ese era algo calificable, bueno mi
profesor no dijo nada de calificable, hasta que Junsu me arrebató mi papel con
mis cursilerías y empezara a burlarse leyéndolo en voz alta.
Al menos la primera parte hasta que mi profesor
se lo arrebatara de vuelta, pero el daño ya estaba hecho y todos ellos me
miraban con quizás más asco de lo que suelen mirarme, y solo por esa vez, me
hizo daño.
Porque había puesto todo lo mío ahí, y sus
reacciones habían sido tan solo un preludio de la tuya si en algún lograbas
enterarte. Y me rompió. Salí llorando. Y hasta yo sé que eso no es algo que
debes hacer en secundaria…o desde que dejas de usar pañales.
Mi profesor fue a buscarme más tarde a la
cafetería. Me llamó a su oficina y sacó del cajón de su escritorio mi
composición. Estaba muy avergonzado, no sabía cómo iba a tomar él que yo
anduviera escribiendo cursilerías acerca de otro hombre, ni siquiera sabía yo
muy bien qué tipo de imagen tenía de mí mismo con respecto a eso.
Pero él solo me sonrió, me entregó la
composición y tenía un A+ sobre ella. Y claro terminé llorando de nuevo,
porque…bueno…
Porque soy Changmin, es lo que Jae siempre me
dice.
Lo que escribí iba algo así:
Quererlo es sencillo,
es solo verlo frente a mí, sentirlo cerca de mí, siendo…siendo él. Siendo
aquella persona a la que conozco por hace más de 7 años. Mi vecino. Mi amigo.
El hermano mayor que nunca tuve. Y la persona que logra hacerme sentir mucho
calor cuando jala mis mejillas. O me cuenta historias de súper héroes que
inventa conforme me las cuenta porque no se ha dado cuenta que tengo 14 ya, y
que he dejado de ser un niño.
Quererlo es tan
sencillo como verlo abrazar a todas sus hermanas, o ponerse el delantal de su
madre y ayudarla con los quehaceres del hogar. Es escapar de mi casa por la
ventana cada noche y subir a mi casa del árbol para encontrarlo ahí, esperando
a su vez por mí. Es saber que prefiere escucharme hablarle de lo mismo y lo
mismo, que responder los muchos mensajes que siempre le estaban llegando al
celular.
Es que comparta su
tiempo conmigo, que juegue a los videojuegos conmigo, aunque apeste al punto de
aburrir, o cuando la mayoría de chicos de su edad no lo haría, o al menos no
todos mis primos de su edad que están demasiado ocupados en las esquinas con un
cigarrillo en los labios o alcohol en las manos, creyéndose ya adultos.
Quererlo es tan
sencillo…que a veces es incluso difícil. Porque le quiero tanto, tanto. Y él,
por ser como es, no es querido solo por mí. Y me alegra, en realidad. Me alegra
que tenga tanta gente alrededor suyo, queriéndolo, dibujando en sus labios
sonrisas. Me alegra…o bueno hasta que comencé a notar que Jaejoong podría
quererlos también de regreso.
Podría sonreírles como
me sonreía a mí. Podría pasar tiempo con ellos como lo hacía conmigo. Podría incluso
quererlos de la forma en que papá quería a mamá. De la forma en la que yo
quería que me quisiera pero no podía hacerlo quererme. Porque yo soy solo un
niño. Solo el hermanito que siempre quiso.
Y a veces duele. Duele
porque este es su último año. Y su madre siempre habla con la mía de la universidad
a la que Jaejoong irá ni bien se acabe el año. A una universidad a kilómetros
de aquí. Una en la que formaría su futuro. Una en la que yo no estaré. Así que
quiero guardar todo el tiempo que le queda conmigo. Pero obviamente todos sus
compañeros quieren también lo mismo ¿y qué derecho tengo yo sobre él? Así que no
me atrevo a decírselo. Porque cada vez que él está conmigo me quedo sin
palabras.
Porque cada vez que él
corre una mano sobre mis cabellos y me pregunta si todo está bien, me cerebro se
obnubila, el calor me consume y todo cuanto puedo hacer es asentir de arriba
abajo con la cabeza y tratar de no llorar, de que no me mire a los ojos. Porque…me
aterroriza el solo pensar que he dejado de ser el primero, y elija a alguien
por encima de mí. Y los días siguen pasando y faltan apenas dos meses para el
fin del ciclo escolar, para su graduación. Y yo le quiero, le amo, tanto, tanto
que a veces quiero que así como quererlo, me sea sencillo olvidarlo.
Sí,
bueno, les dije que era depresivo.
Y
la verdad es que no me había dado cuenta de cuanto esto me había afectado.
Hasta que lo releí y me di cuenta también que he dejado de subir a la casa del
árbol por las noches. Así que saque mitad de cuerpo por mi ventana esperando
ver alguna señal de Jaejoong, pero no la había. Y quise tirarme a llorar de
nuevo, pero no podía hacerlo aquí, mis padres me oirían.
Y
tan afectado como estaba podría decirles algo que no se esperaban oír, así que
escapé por la ventana trepé con todo el cuidado que puede tener alguien que
desea dejar de respirar aunque sea por un segundo, y subí la escalera.
Él
estaba ahí.
Con
un par de libros terminando de hacer sus deberos y lucía ridículo con sus
piernas largas, y mi gorro de scout, y su lápiz entre los labios mientras
intentaba aprenderse algo del libro que
tenía entre sus manos.
Y
cuando me oyó, solo me sonrió, me sonrió y dijo algo que parecía un : a buena
hora, estaba a punto de entrar a raptarte de tu propia casa, pero no estoy muy
seguro, el lapis entre sus labios hacía que todo sonara a fknf feiubfge.
Pero
bueno ¿a que no adivinan qué? Sí, terminé llorando. Porque de nuevo…soy
Changmin. Y lloré aún más cuando me abrazo espantado porque me sentía muy
pequeño, y odiaba sentirme pequeño. Porque edad era lo que me hacía falta para
que Jaejoong pudiera notarme.
Y
no quería alejarlo aún más de mí. No Dios. Pero él me acurrucó entre sus brazos
y me dijo que habría un campeonato de futbol el fin de semana, y que me
llevaría, que me presentaría a sus amigos, que morían por conocerme dado que él
no podía parar de hablar de mí. Y se sintió tan bien, que sollocé tan solo un
poco más sobre su pijama hasta que eventualmente me quedé dormido.
Así
que aquí estoy. Esperándolo…con unos jeans, converse, y una camiseta que
Jaejoong me había comprado hace unas semanas (Porque le encanta vestirme.)
Esperándolo para ir a ver el partido. Mi padre me ha heredero su gusto por los
deportes así que ya de por sí yo estoy emocionado. No he ido a ningún partido
aún, porque esas son cosas que los de secundaria hacen, y yo recién comienzo.
Y
ese acaba de ser el timbre…o sea que él acaba de llegar.
Sí,
mi madre acaba de llamarme así que ése es él, de modo que debería esconder esto
antes de que el animal ese se entere de que poseo un diario, y me lo arrebate
para leer las entradas.
Lo
hago por su bien…hay un par de cositas para las cuáles aún no está preparado.
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