Rooomate


Empieza contigo entrando a un bar.

Contigo pidiendo una cerveza.

Dejando tu saco en el espaldar de la silla.

Liberando un suspiro de cansancio mientras diriges tu mirada al noticiero en el televisor pequeño a tu izquierda.

Y de alguna forma que aún ahora no terminas de dilucidar, termina contigo consiguiéndote un compañero de cuarto.

Jaejoong es su nombre. Tiene el cabello teñido de naranja, es blanco como el papel. Y un lipstick rosa brilla sobre esos labios que sujetan el último cigarrillo de la tercera cajetilla del día.

Sí, ese es Kim Jaejoong, exactamente el tipo de persona que no acogerías jamás en tu “humilde” morada.

O mejor dicho no querrías. Pero ya les has dado tu dirección en el pedazo de servilleta que te restó en aquel bar. Porque el departamento te sale muy caro y tus altísimos estándares no te han podido conseguir un roomate aún y brother ¿Qué más da?

¿Qué más da meter a un completo extraño a tu casa? Es una pregunta interesante, si me permites decir.

El chico no tiene antecedentes penales, o eso es lo que te ha dicho. Y no eres tonto, sabes que no puedes creerle a un tipo que has conocido en un bar, pero estás picado y además dudas que alguien de sus medidas pueda hacerle daño alguno a nadie, a pesar de que tiene unos fuertes brazos que van siempre escondidos bajo una casaca de cuero negra, pero en tu defensa no los ves hasta dos semanas después...pero esa es una anécdota que quizás contarás más adelante.

Las reglas de convivencia son puestas por ti sobre la mesa en la primera cena la misma noche que él termina de mudarse. El 45% de tu cerebro aún no está muy convencido cuando lo ves sonreírte de lado y dejar sus zapatos en la entrada de tu depa, bueno...ahora también el suyo. A ese otro 55% todo simplemente le importa un carajo.

Él no se queja, te mira entre su flequillo e intenta no reír ante tus específicas y algunas hasta incluso absurdas clausulas.

Tú le observas prácticamente tragarse el ají que tu paladar de niña no puede aceptar, y traga tan a gusto que te entran ganas de echarte un poco también.

Tu monólogo termina con un, “tu lavas los platos.” Que es recibido con una pequeña sonrisilla.

Tú te preguntas si esos labios tan anormalmente rosados son solo producto del lipstick o alguna curiosidad genética. Tus ojos al fin se separan, algo avergonzados a decir verdades, de sus músculos cuando lo ves abrir la boca para intentar decirte algo.

Tu ceño vuelve a su sitio.

Pero no logra intimidarlo. Mientras camina hacia ti para recoger tu plato te informa que ha rentado una película.

Es de acción. No la has visto aún. Pero estás bastante cansado. De hecho, estás a punto de negarte cuando le escuchas decir que hará palomitas, desde la cocina.

¿Y quién demonios le dice no a las palomitas?


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“Dicen que los acuarios son sociables,” te dice él una tarde.

Está haciendo panqueques. Tú le observas por encima del periódico que lees. Él no te nota, demasiado preocupado en que no se le peguen las esquinas. Tiene el cabello recogido en una coleta chica y alta. Su atractivo raya el cero.

Aunque algo en tu pecho piense totalmente lo contrario.

No espera que respondas...eres bastante escueto, y después de compartir techo por casi un mes contigo, él lo sabe.

Tampoco espera que le preguntes como sabe que eres – de hecho – un acuario pues también sabe que no eres del tipo de persona que gasta saliva a menos que sea estrictamente necesario y por más adjetivos que aquella personalidad tan tuya te ha ganado, el parece estar bastante cómodo contigo.

Y aunque sabes que tampoco podrá explicarse si por esos designios de la vida se lo preguntas...porque el chico es raro.

Muy raro.

Quieres pedírselo porque si de algo estás seguro es que él acaba de soltar aquello con sarcasmo. Pero eres un adulto hecho y derecho, así que regresas tus ojos al diario, ignorando por completo el comentario. Pero tus dedos pican. Y algo del niño que alguna vez hubo en ti toma control de tu área de Brocca y de pronto te hallas preguntándole, “¿Cuándo es tú cumpleaños?”

Su grado de sorpresa no es nada comparado a la tuya.

Sus ojos negros te sonríen con el plato de panqueques en manos.


“Yo sí soy un digno acuario,” te responde.


Y es casi gracioso que cuando tu vista se desliza hasta un párrafo en la derecha este mismo cite el pronóstico zodiacal diciéndote que tendrás buena suerte con los de tu propio signo.

Tus mejillas sienten algo de calor.


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Park Yoochun es un puerco.  Él lo sabe, tú lo sabes, TODO el mundo lo sabe. Así que no te sorprende mucho que no tenga reparos para decirte al oído, “definitivamente batea del otro lado, y para colmo está bastante bueno el muy bastardo,” aquella primera vez que los presentas.

Y la verdad es que aunque el comentario es raro (¿y disculpa que te interrumpa pero que cosa que venga de Yoochun no lo es?) tú no puedes defender la heterosexualidad de Jaejoong pues simple y sencillamente no te consta.

Pero te es difícil imaginarlo en los brazos de un alguien “él”. Un “él” acariciando sus cabellos o reposando casualmente las manos en su cintura, en su piel albina, en los lunares que has podido ver cuando anda semidesnudo sin saber que camiseta usar (lo cual es una estupidez –según tú- ya que sea la camiseta que termine eligiendo va a ir cubierta de su casaca de cuero negra y/o quedándole demasiado bien...) Un alguien “él” que pueda susurrarle palabras al oído y pigmente sus mejillas de rojo. El estómago se te tuerce un poco ante la idea. Quizás eres homofóbico, piensas.

La verdad...estás bastante equivocado.


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Que Jaejoong huele a vainilla es algo que aprendes unos tres meses después.

Están viendo el partido de corea. Cervezas en mano. Snacks sobre la mesilla del centro.

Ambos llevan puestos sus respectivas camisetas y han invitado un par de amigos. Corrección él ha invitado un par de amigos porque tu simplemente careces de habilidades sociales y te has negado a invitar a Yoochun a tu casa.

No después de todo el coqueteo en su última visita. Y no porque aquello tenga que ver con los celos irracionales que habías experimentado. Para nada...

Junsu se llama uno de ellos. Tiene un trasero difícil de ignorar. Y una risa bastante particular por no usar otro adjetivo.

Para cuando el árbitro finaliza el partido ha sido un empate. Has bebido un poco más de lo que acostumbras entre gritos y groserías, porque estás cómodo en tu casa y Jaejoong es todo un camionero respecto al tema. Junsu y el otro par de intrusos les han invitado a seguirla en algún bar, porque su equipo ha ganado.

Pero tú te niegas. Jae asombrosamente también deja pasar la oportunidad y después de despedir a sus amistades se tira a tu costado en el mueble. Otra cosa que has aprendido de él es que tiene un metabolismo único en cuanto a alcohol se trata, una pequeña visita al urinario y es como si no hubiera ingerido prácticamente tres botellas él solo.

Jaejoong disfruta de burlarse de la gente cuba. Y la verdad no dicha es que eres su pollito preferido. Las palabras se enredan en tu boca, tus mejillas se ponen rojas y sueles quedarte vergonzosamente dormido en donde sea que estés. Sabes que él esperará a que tus ojos se cierren para poder tomarte una foto y burlarse de ti durante toda la semana.

Así que luchas contra tu propio cuerpo.

Pero los párpados te pesan.

Y consecuentemente te quedas dormido. Solo que tienes tanto alcohol en la sangre que llegas a las justas al estadio 1 y tu cerebro se alerta fácilmente al sentir los estímulos de tu ambiente. Específicamente los brazos de Jaejoong.

Tu pequeño quejido le hace saber que te has despertado.

Él te sonríe, “vas a despertar con tortícolis,” se excusa antes de cargarte para llevarte a tu habitación.

Tú no le dices nada, te acurrucas un poco más en su pecho y te dejas arrullar por el olorcillo a vainilla que desprende su cuello.


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La primera vez que pruebas su comida le pides entre bromas matrimonio. Porque enserio...enserio...tu paladar jamás ha degustado de algo tan sabroso en tu vida.

Lo peor de todo es que él acepta.

Tus mejillas se pigmentan. Y tu torpe voz intenta dirigir el tema a uno más seguro, dígase “Hey, ¿sabías que el cambio del dólar ha vuelto a bajar?”

Y él se ríe. Se ríe tanto que poco le falta tirarse al piso a rodar.

Más tarde aquel día cometes el error de contárselo a la rata. Porque eres un ser social después de todo. Y no porque necesites que alguien aplauda el hecho de que Kim Jaejoong te ha aceptado la falsa proposición de matrimonio.

Yoochun te dice que si no concretas pronto será él quien se lo lleve.

Tú le pateas la pantorrilla mientras le gritas, “que te duela hijo de puta.” Vale, le pateas la pantorrilla y te tomas dignamente el resto de tu Starbucks como si nadie acabara de ver tu pequeña muestra de afecto.

Y él se ríe aún desde el piso porque en efecto le duele y no puede creerse que el idiota de su amigo, o sea tu, esté por fin enamorado.

En lo cual se equivoca – piensas.

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¡Jaejoong tiene novia!

Sí novia. Y es probablemente la señorita más hermosa que hayas visto jamás. Y mira a Jaejoong como si fuera su todo. Lo cual es por mucho un golpe muy bajo.

Porque...

Porque pues...

Lo amas y no eres capaz de siquiera admitírtelo a ti mismo. Y ahora mucho menos a él porque ya tiene a alguien ¡Yay!

La verdad es que la noticia no te llega desde sus labios. Si no de la pura coincidencia. Y eso es lo que más te jode. Porque solo para ser claros...detestas las coincidencias. Así que no puedes evitar sentirte innegablemente incómodo cuando ella aparece a mitad de su cena no planificada ya que a ambos les han cancelado los planes (bueno no a ti, tú solo ibas a ir a la biblioteca un rato y luego te dio paja) y se cuelga del pelirrojo con naturalidad cuando este le abre la puerta.

Tú los miras a ambos sin entender.

Hasta que Kim al fin los presenta, “Changmin, ella es Seohyun, mi novia.”

Y tú no sabes qué cara poner. Porque algo duele en tu pecho cuando su perfume de mujer llega a tus fosas nasales.

Te sientes enojado, enojado por tener que enterarte de esto recién pues según ella llevan saliendo cerca de un año. Es decir mucho más tiempo de lo que ambos llevan conociéndose incluso. Y tienes derecho a estar enojado ¿no? Porque información como esa no es algo que debas omitir cuando eres un compañero de piso.

O sea.

¡Es algo que deberías decirle a tu compañero de piso! ¿Me dejo entender?

Al menos algo como esto: ¡Hey! Soy Kim motherfucker Jaejoong, el ser más raro que conocerás en toda tu vida y ¡oh si! tengo novia, así que ni se te ocurra enamorarte de mí.

No que él estuviera enamorado de Jaejoong claro...

Negación. Negación. Negación.

Sólo haciendo la pequeña aclaración para que no tuvieran ninguna idea errada en sus cabecitas.

¡El punto es que Jaejoong tiene novia” Y tú no tienes más que un plato de puré a medio de tragar y un estómago que de pronto ya no tiene hambre.


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Yoochun te diagnostica depresión cuando te invita a comer gratis por teléfono y le respondes que no tienes muchas ganas.

¿Por qué de cuando acá te niegas a la comida gratis?

Exacto. Nunca. Y si esto no es depresión entonces... es porque simplemente están a puertas del apocalipsis.

Ni siquiera intentas responder a sus hipótesis y resuelves por mejor tan solo colgarle el teléfono antes de intentar meterte por el auricular y pegarle un buen zape. Así que vuelves a tu cama a acurrucarte entre tus colchas y ser un niño emo sin razón fija (aka Jaejoong. Jaejoong. Jaejoong.)

Desgraciadamente para ti.

Yoochun es de esas personas con paciencia cero. Y criterio menos un millón. Cuya lista de cosas más insoportables resulta estar encabezada por: no responder a sus llamadas. Así que no es de mucha sorpresa que llegue tres horas después con pollo frito y una sonrisilla pícara.

Jaejoong le abre la puerta, pues acaba de volver del trabajo. Y le avisa, “creo que Changmin no está.”

Porque ni has respirado cuando lo has escuchado volver.

Porque estás enojado con él. Aunque él ni lo sepa ¿Y dios...cuan patético es eso?

“Oh sí que está,” Yoochun le responde, “solo que intenta mimetizarse entre sus edredones porque es el perfecto Uchiha.”

“¿Ah?”

“Nada, nada ¿adivina qué? ¡Traje pollo frito!”

“Es lo que veo,” Jaejoong indaga en las bolsas y le ayuda a dejarlas en la mesa, “¡genial! Changmin ama el pollo frito.”

“¿Existe alguna comida que no sea amada por Changmin?”

Jaejoong ríe.

“Me dijo que tienes novia,” Yoochun tantea el tema con las manos en los bolsillos mientras le da un vistazo algo preocupado a la habitación del fondo del pasillo, a la de Changmin.

Jaejoong encoje un poco los hombros.

Y tú te encoges entre tus sábanas porque ya no alcanzas oír más. Y no puedes salir. Él está ahí...

“Es cosa de mi familia,” le responde.

Tú no oyes más que el esbozo de su voz y la ansiedad te corrompe.

“¿Están comprometidos?”

“Tenemos que...en agosto supongo.”

Así que el tema no es tan superficial piensa Yoochun pero esa respuesta es algo ambigua así que reformula su pregunta “¿Y a ti qué tal te va la idea?”

Jaejoong vuelve a encoger los hombros. Y de pronto Yoochun sabe porque el idiota de su amigo está tan sonso por aquel muchacho, y es que son de alguna forma lo mismo.

“Pues bien entonces, iré por Changmin, me lo sacaré a pasear un rato después de cenar, demasiado tiempo en su habitación va a oxidar incluso más sus habilidades sociales.”

“Changmin sí es sociable,” Jaejoong intenta defenderte con una sonrisa.

“Es sociable contigo porque le gustas,” Yoochun le responde entre risitas, estirándose mientras se lanza al pasillo para ir por ti, aunque no sepa que estás pegado detrás de ella intentando escuchar algo...lo que sea a parte de simples barullos.

Jaejoong no le responde, se queda callado. Con una expresión de sorpresa sobre el rostro. Y la boca algo abierta. Yoochun detiene sus pasos y dobla sobre sus tabones al no recibir respuesta.

“¿Qué? ¿Son noticias nuevas para ti?” le pregunta, como si fuera él más bien el que debería ser el sorprendido. Porque...tú en esto eres algo así como un libro abierto. Y muy seguramente la propia novia de tu verdugo debería haberse dado cuenta ya de tus sentimientos.

Lo cual no es muy digno a decir verdades.

El pelirrojo desvía la mirada como si muy en el fondo siempre lo hubiera sabido y ahora se sintiera culpable por haberte regodeado a su novia en tus narices.

“Pues sí, tiene algo así como un crush contigo al que por cierto hoy le pondré fin pues me lo llevaré a uno de estos hermosos clubes del que soy miembro ¿sabes? para que conozca personas con las que sí tiene posibilidades, quien sabe tal vez encuentre a alguien lo suficientemente majo para...”

“No,” es lo que Jaejoong le grita y eso es lo único que oyes en un buen rato.

Con una mano cobarde en el picaporte y la otra pegada a la madera.

Varios minutos después oyes pasos venir hacia el pasadizo. Y corres a maratón hacia tu cama y te tiras en ella cerrando los ojos y rogándole a Dios que parezcas dormido.

Así que cuando Yoochun entra oliendo a pollo frito y con una sonrisa muy grande sobre los labios, mientras te mueve para “despertarte” e invitarte a que los acompañes a cenar y luego si quieres ver una película que Jaejoong ha rentado hace poco.

No sabes qué cara poner, porque eres así de bobo. Y finges un bostezo que con seguridad le da a entender a Yoochun que has estado despierto, porque el cabrón se ríe, niega con la cabeza, te desordena los cabellos y se va por donde ha venido aún riendo.

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Yoochun sabe algo y no quiere decirte ¿y cómo lo sabes? Porque él te lo dice expresamente, “sé algo que te gustaría saber pero no te lo diré porque es un secreto.”

Y hasta ahí todo va excelente. Porque los secretos de Yoochun no son para nada de tu curiosidad. Eso es, claro, hasta que completa la oración con un “entre Jaejoong y yo.”

Dos cosas pasan rápidamente por tu cabeza, la primera de ellas es que la rata intenta tomarte el pelo, la segunda de ellas es que no miente e intenta retar tu no muy digna curiosidad por todo aquello que tenga escrito Jaejoong en algún lado.

“¿Y porque me lo dices si no vas a decirme?” le preguntas irritado.

“Porque quiero verte retorcerte en tus malsanas ganas de saber que Jaejoong probablemente no quiere verte saliendo con otras personas.”

Pasan segundos. Minutos. Casi 15. Porque es lo máximo que Yoochun puede permanecer callado y te zarandea para así hacer de alguna forma que las palabras bajen de tu cerebro a tu boca y todo cuanto puedes decirle es..., “¿qué?”

Yoochun te lapea, claro.

Y camina delante de ti algo indignado. Tú le sigues exigiendo que te lo explique...pero obviamente él...no lo hace.


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Sentarse a cenar juntos después de las exhaustivas noches de trabajo que has tenido en las últimas tres semanas. No debería ser tan raro.

No si él no te hubiera dejado una nota en el fridge diciéndote “te extraño.”

A la cual no respondiste po-porque te habías quedado sin post-it entre respuestas y respuestas que desechaste en tu tacho de basura (la mayoría de ellas, llenas de caritas estúpidas.)

Y ahora lo tienes frente a ti con el tenedor enredándose en la pasta que se lleva a la boca. A esa suave y esponjosa boca. Ok, acabas de babear tu tenedor. Seductor...

Ninguno de ambos le presta demasiada atención a lo que da en la TV a decir verdades. Quieres iniciar una conversación de alguna forma. Porque...lo extrañas.

Y ya no puedes seguir “enojado” con él pero...

“¿Y qué tal el trabajo?” él da el primer paso por ti.

Pero a la hora de que des tú el tuyo, algo extraño ocurre en tu cerebro y todo cuanto puedes decirle es “Mmm...” Porque eres la persona más brillante del universo entero, y tu coreano es tan TAN extenso.

“Has estado bastante ocupado últimamente ¿Tu jefe es muy malo?”

“Mmm...”

“Todo sería más fácil si alguno de los dos tuviera un auto.”

“Mmm...”

“Changmin.”

“¿Mmm?”

“He cancelado mi compromiso.”

Tu siguiente “Mmm” es opacado por tu dramático ataque de toz.


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“Jaejoong ya no tiene novia,” le mensajeas a la única persona que tienes en tu lista de contactos, a parte de tu jefe y Jaejoong, y tu madre claro. Y solo por si le preguntan, se refiere a Yoochun.

“Ya lo sabía,” es lo que él te responde.

Tú lo puteas por cuanta red social puedes. Aunque unas mil veces más en tu mente.

Pero estás feliz. Aunque no hayas tenido el coraje para preguntarle ¿Por qué? ¿Por qué Jaejoong? ¿Por qué cancelaste tu compromiso?

E intentas por todos los medios de no vincularlo con lo que te ha dicho Yoochun. Porque no tiene ni pies ni cabeza. Y necesitas una toalla fría o la cabeza te explotará.

Y solo-solo.

Maldito seas Kim Jaejoong.


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Jaejoong está cansado de esperar que tomes el valor suficiente para intentar llevar –lo que sea que tienen- a algún lado. Está cansado. Así que esa noche compra un vino, un vodka y un tequila porque le importa muy poco si tiene que inducirte al coma etílico para razonar contigo sin que hullas a tu cuarto o a cualquier rincón de tu mente y no seas capaz de comprender que MALDITA SEA, ESTÁ DELANTE DE TI TRATANDO DE DECIRTE QUE TE QUIERE COMO MÁS QUE UN AMIGO O SU ROOMATE.

Así que prepara tu platillo favorito.

Y espera por ti con su sonrisa del millón de dólares, sentado en la mesa.

Ignorando que tú has tenido ya tus conflictos existenciales todo el santísimo día y finalmente has decidido que...harás algo, no sabes el que, pero será algo...que si Dios quiere te llevara a meterte en sus pantalones –digo– a admitirle lo que sientes.

Así que entras con tus llaves después de inspirar la sexta bocanada de aire.

Dejas tus zapatos y caminas con valentía por el pasillo, hasta que lo encuentras frente a ti con su maldita casaca de cuero negro y su ridícula sonrisa y de pronto solo quieres que te parta un puto rayo, porque tú no has nacido para esto. No señor.

Y miras detrás de ti, la puerta.

Con un mundo lleno de seguridades y no Jaejoong. Y de repente quieres solo coger tus llaves de nuevo y huir, huir y huir.

Pero él camina hacia ti.

Se postra a un paso de distancia, bloqueando tu inmediata alternativa. Y te mira. Sólo te mira. Como diciéndote, “estoy aquí, Changmin.”

Porque está ahí.

Está ahí.

Así que tus manos jalan su cuerpo y tus labios picotean los suyos no de la manera más anormal que jamás haya existido (pero estás cerca) y él se ríe en tus labios, tomando tu rostro sobre sus manos y guiándote muy despacio. Porque –again– él está ahí y no se irá aunque tus habilidades para besar sean las más lame ever.

Así que se lo dices, “te quiero.” Aunque suene más a un “tummkero”

Pero él entiende y pasa sus brazos alrededor de tu espalda y se separa de tus labios para poder vocalizar perfectamente, “y yo a ti Changmin, te quiero ¿vale? Te quiero.”


CONVERSATION

11 comentarios:

  1. En primer lugar, este tipo de narración es uno de mis favoritos en todo el universo del mundo de afsbsjsf.
    En segundo lugar, Changmin deja a Jaejoong( ok eso no, cásense y vivan felices sgdgska) y veeeeen que eres adorable y bobo y esto fue tan fluffy que te amo por escribir esto, Kimmy.
    Tercero, Jaejoong pelirrojo con cuero, al imaginármelo convulsioné un poco, solo un poco,lo normal.
    La historia la amé, no se porque pero amo las del tipo que ellos viven juntos *-* y cuando le pide matrimonio. Ah.
    Gracias por escribir el oneshot.
    xx
    Evy.
    Pd: queremos la skype party con suce y las otras e.e

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  2. Una amiga e dijo tienes que leerlo y así lo hice.
    Me he muerto de risa la forma como Changmin habla de su amigo Yoochun xDDDD "la rata"
    me gusto el ambiente que vivan junto y que de a pocos se de lo del enamoramiento
    fue tan fluffy .....
    Verdad maginar a JJ de pelirrojo y usando esa casaca de cuero fue :Q____
    Kimmy siempre escribes tan bien ...tengo que leer todo lo que escribas <3

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    1. aww Gracias ♥ No se porque me gusta la brotherhood entre yoochun y changmin (y tengo a changmin de nerdo xD) haré otro en el que invierta los papeles e_e

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  3. kyaaaaaaa me encanto

    Changmin bobo, como no se daba cuenta, si desde que le pidió matrimonio se veía y Yoochun "ya lo sabía" XDD, le hubiera dicho no que el pobre no sabía que hacer xD

    me encantó el final tan tiernos >.<

    muchas gracias ^^

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  4. Me acabo de morir de AMOR, COMO VENGO MURIENDO EN LA ULTIMA HORA LEYENDO TUS FICS DIOS, <3 _ <3

    pd: soy Nash

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  5. *le brillan los ojitos* puede haber algo mas hermoso que el minjae ♥ nooooo claro que no eate shot fue hermoso nos leemos en otra kimmy c: !!!!!!

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    1. jajajaja no porsupuesto que no, el minjae es lo más boniiito ever ♥

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  6. ihhhh ihhh -se va muy muy muy.... - jsdfhjshkjdhjkfkdhskf ... maldito seas Kim Jaejoong!! ... ahh joder... amo a Changmin aqui.. ahh como no tienes idea... ewe solo sé que si tuviera un amigo a lo Chun le partiría la cara ewe xD... aunque de por sí creo que yo me le parezco un poco .. ihh -se echa agua bendita- iguall.. ewe XDD.. *W* estuvo hermoso <3 <3 <3 <3 . .. aigo.. quiero más de esto.. ;3; ... kimmy,,,, dame más!! ;3;

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Dejenme sus dudas, insultos o comentarios. Amo el feedback, Es aleccionador :3

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