Enfrentando realidades

“El conocido y actual miembro de DBSK, Shim Changmin, fue encontrado esta mañana en el estacionamiento del hotel en el que momentáneamente estaba alojándose, sin conocimiento y claramente maniatado. Se desconoce la posible identidad de su agresor, el guardia de seguridad que lo encontró en la mañana ni siquiera pudo reconocer a la estrella pop debido al estado en el que se hallaba. Se han revisado los videos de las cámaras de seguridad y como verán en el video que se grabó alrededor de las 4:23 de esta madrugada solo puede verse una camioneta negra deteniéndose en el parking 18B y lamentablemente debido a que la propia camioneta bloquea el campo visual de las cámaras no se puede distinguir si quiera la silueta de quien deja el cuerpo de Shim en el suelo. La policía sigue trabajando en coordinación con los guardias de seguridad del hotel y los allegados del cantante en busca de una posible explicación. Lamentamos informarles además que el estado de salud del actor es preocupante, se sabe que ha tenido que entrar a sala de operación por algunos golpes fuertes que han dañado sus órganos internos. Y según noticias que han llegado hace apenas unos minutos Shim Changmin se encuentra en coma.”


“En otras noticias, millones de fans en todo el mundo se han reunido para expresar su apoyo hacia el idol. Aquí la nota por nuestra reportera Seo...”

Apagué el televisor.

Hincado sobre el mueble de la salilla de mi departamento con un gesto indescifrable.

Tenía las manos blancas de tanto apretar el control entre mis manos.

Las palabras “coma” y “maniatado” flotaban en el aire sin terminar de ser procesadas.

Sentía unas ganas enormes de vomitar ante las muchas imágenes que se formaban en mi ya perturbado cerebro.

La presión se me había ido al piso.

Tenía demasiado frío.

Caminé hacia la calefacción completamente ausente y la subí unos 7 grados.

Para cuando volví a internarme en el sillón no hubo diferencia.

Intenté abrigarme a mí mismo con mis brazos. Mi cuerpo titiritó aún más.

El control remoto me hincaba la parte final de esternón en la posición en la que me encontraba.

Miré mi celular abandonado en la mesilla. Yoochun había llamado minutos antes del documental para contarme de un sueño raro que había tenido. Él estaba en china para un fanmeeting. Completamente ignorante de la barbaridad que acababa de ocurrir. Tardaría algunos minutos más para enterarse. Quizás algunas horas.

La verdad es que deseé también hallarme fuera del país para así tener excusas para no poder estar junto a mi dongsaeng. Era hasta cierto punto cómico. Él inconsciente en alguna camilla de hospital y yo de huevonazo sobre el mueble de mi depa.

Junsu no tardaría en timbrarme al móvil para evitar que cometiera una estupidez. Ni siquiera yo mismo sabía cómo reaccionar.

En este par de años separados nunca había sentido "esto" tan real como ahora.

Tan...tan horroroso.

Me sentía enfermo del solo ser consciente de que acababa de enterarme de todo por la televisión.

¡Por la televisión, maldita sea!

Que mi Min. Que mi Min...

Todo empezaba a golpearme de a pocos.

Quería aunque sea poder llamar a Yunho, intentar calmar la inmensa ansiedad del que era preso en esos momentos. Al menos para hablarle o no sé algo...

Pero cuando cogí el móvil me di cuenta que ni siquiera tenía su número.

Un sonido lastimero raspó dolorosamente mi garganta. Las lágrimas empezaron a caer sobre mis jeans.

“Coma” La palabra vibró de nuevo en mi cabeza.

El control remoto se estrelló contra el piso sin avisos.

- A la mierda – susurré con la voz quebrada por los sollozos, "tengo derecho a saber, tengo..."

Con pasos atormentados cogí la billetera, mis llaves. Y salí dando un portazo. Sin acordarme de trancar la puerta o llevarme un abrigo dado el frío calador de huesos de allá afuera, cosas que para un maniaco como yo son de vital importancia.

Me lanzó escaleras abajo sin siquiera ver si elevador estaba disponible o no. Eran solo tres pisos hasta el estacionamiento y no tenía corazón o paciencia suficiente para esperar al elevador. Terminaría agarrándome a patadas con el latón de la puerta.

A cada paso que daba me cabreaba aún más.

El shock ya había pasado.

Ahora la ira se había hecho paso.

Alguna parte consciente aunque inhibida de mi mismo le rogaba a Dios que no hubiera una fan esperándome en el parking. No quería ni ponerme a pensar en lo que haría si veía a alguna de esas enfermas con sus cámaras. Algunas de aquellas que habían podido hacerle daño a mi Changmin. Alguna de aquellas que me había amenazado con dañar a algunas de mis otras cuatro vidas por no dejarla irrumpir mi espacio personal.

Aunque mi teoría fuera excesiva. Porque no eran más que nenas obsesivas.

Ahora mismo sospechaba de todo mundo. Y como tuviera la mínima prueba de un culpable sería yo quien tirara la primera ronda de piedras. Tuviera el aspecto que tuviera.

A la carrera me subí en mi auto.

Vi la cara de loco que me mandaba por el espejo retrovisor y simplemente me importó un carajo.

Ya de camino recordé inoportunamente que Changmin siempre me retaba por manejar con los humos subidos. Triste fue darme cuenta que Changmin no estaba del todo ahora ¿verdad?

Mi fuerte puño se estampó sobre el volante.

Las llantas temblequearon un poco. Estaba en una vía principal al máximo de velocidad permitido quien sabe si más.

Mi auto empezaría a volar pronto o derrapar en su defecto.

Afortunadamente de alguna manera me las arregló para no matarme o chocar a alguien en el camino y llegar hacia el edificio de la Sm, con un solo objetivo en mente: encontrar a Jung Yunho.

Abandoné mi auto pésimamente parqueado a mitad de la pista auxiliar y salí de una patada afuera. El tipo de seguridad quién por supuesto no se imaginó volver a verme la cara jamás en la vida se quedó lelo cuando pasé sin reparos debajo de la valla de seguridad de lo más campante. Incluso recordaba su nombre. Le apodábamos "chop". Changmin le había puesto el mote.

- ¡Eh, Sr. Kim usted no...! - intentó decirme

Pero volteó a verle probablemente con los ojos rojizos porque el llanto aún no me había parado, con el cabello totalmente empapado en mi sudor frío y un aspecto tan enfermizo que Chop, el de seguridad, se preguntó si realmente ese era el Kim Jaejoong que veía por la tv y las revistas.

- No – le dije con voz trémula por esa ira que seguía envenenándome el cuerpo– solo...por favor no me detengas.

Él dudó.

Aún con un pie fuera de la cabina.

Sé que había visto el noticiero, sé que entendía perfectamente porque estaba ahí.

Y aunque supo iba a caerle por lo que haría a continuación, simplemente me hizo un gesto de “no he visto nada” y volvió a su cabina.

No me molesté en decir siquiera gracias, no me estaba haciendo un favor después de todo iba a entrar de todos modos, empecé a correr sin mirar atrás rumbo a la residencial. Para cuando llegué al departamento deseado los humos se me bajaron de golpe.

¿Hace cuanto no nos habíamos visto frente a frente?

Deseé que al tocar fuera Changmin quien me abriera la puerta. Quien me insultara, me pegara, me corriera o quien sabe me besara.

Pero mis nudillos golpearon la puerta una y otra vez, y nadie respondió.

Mis manos intentaron maniobrar el pomo en su desesperación y cuando lo hice la puerta se abrió sola. Vi el pasillo. Sentí el aroma de Changmin golpearme con fuerza el alma. Mis rodillas temblequearon. Tuve que apoyarme en el marco de la puerta para no caer al piso.

Y así, muy débil di el primer paso sobre ese pasillo.

Los mechones rojizos me obnubilaban la visión pero no importaba en esos momentos caminaba guiado de mi olfato. A través de la sala, el estudio y ese último pasillo que daba a otras dos habitaciones.

De alguna manera identifiqué una de ellas como la de mi exlíder, no me equivoqué, no podría así que no dudé en empezar a aporrearla, a golpearla a puño limpio mientras las lágrimas me caían a gotones. Sabía que estaba ahí dentro podido sentirlo.

- ¿Dónde estás? – le pregunté entre golpe y golpe.

- Me lo prometiste – grité – me prometiste que lo cuidarías, que tú...estarías aquí para él, que le darías cada abrazo que yo no podría, que...que ¡ábreme la puerta joder!
Se escuchó el portazo de la puerta principal. Pero estaba demasiado deshecho como para darle importancia.

Las fuerzas se me iban entre golpe y golpe. Mientras palabras más egoístas salían de mi boca. Sabía que Yunho estaría igual o peor que yo. Pero me importaba una mierda la empatía, en estos momentos yo solo quería a Changmin.

Pero Changmin no estaba.

¿Y por qué no?

¡Porque estaba en un jodido hospital en coma!

Un sollozo se me escapó horrorosamente. La garganta me ardía como las mil putas. Los nudillos y las piernas.

- Tienes que llevarme a él, me necesita. No lo hagas por mí, hazlo por él - rogué

La puerta se abrió entonces, muy despacio.

Un Yunho con los ojos enrojecidos salió a través de ella. Su rostro lucía tan dolorosamente demacrado que pronto todas mis palabras dichas me atravesaron como puñales el corazón. Aun lloraba. Aunque intentara ocultarlo tras ese "Jaejoong-ah" parecía querer desvanecerse en cualquier segundo.

Yo ni estaba seguro de tener fuerzas suficientes para sujetarlo.

Tomó un largo respiro mientras se lanzaba a mi pecho con fuerza. Apretó mi nuca y mi espalda con cada mano y se aferró a mí como si le fuera vital sentirme a su lado.

Y luché. Por alejarme de su dolor y la cruda realidad que ahora empezaba a romperme el alma. Perdí las fuerzas. Y a fin de cuentas sucumbí ante el abrazo forzoso. Y aunque se sintió extraño después de un largo tiempo sin sentir el calor de Yunho sobre mi cuerpo. Cerré los ojos y dejé que las lágrimas fluyeran en silencio.

CONVERSATION

2 comentarios:

  1. TTOTT NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO JAE <///3 sdkjlsjdlksdlsjfl ... Minnie skjdhkhd ;O; no se lo merecen!! -va a lanzarse de un acantilado-

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    1. lo sé este es demasiado emo/sufrido/porque escribo esto? pero me retaron y odio esta tematica, pero la terminaré bonito fue el único motivo por el que acepté

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