Empieza
contigo entrando a un bar.
Contigo
pidiendo una cerveza.
Dejando
tu saco en el espaldar de la silla.
Liberando
un suspiro de cansancio mientras diriges tu mirada al noticiero en el televisor
pequeño a tu izquierda.
Y
de alguna forma que aún ahora no terminas de dilucidar, termina contigo
consiguiéndote un compañero de cuarto.
Jaejoong
es su nombre. Tiene el cabello teñido de naranja, es blanco como el papel. Y un
lipstick rosa brilla sobre esos labios que sujetan el último cigarrillo de la
tercera cajetilla del día.
Sí,
ese es Kim Jaejoong, exactamente el tipo de persona que no acogerías jamás en
tu “humilde” morada.
O
mejor dicho no querrías. Pero ya les has dado tu dirección en el pedazo de
servilleta que te restó en aquel bar. Porque el departamento te sale muy caro y
tus altísimos estándares no te han podido conseguir un roomate aún y brother ¿Qué
más da?
¿Qué
más da meter a un completo extraño a tu casa? Es una pregunta interesante, si
me permites decir.
El
chico no tiene antecedentes penales, o eso es lo que te ha dicho. Y no eres
tonto, sabes que no puedes creerle a un tipo que has conocido en un bar, pero
estás picado y además dudas que alguien de sus medidas pueda hacerle daño
alguno a nadie, a pesar de que tiene unos fuertes brazos que van siempre
escondidos bajo una casaca de cuero negra, pero en tu defensa no los ves hasta
dos semanas después...pero esa es una anécdota que quizás contarás más
adelante.
Las
reglas de convivencia son puestas por ti sobre la mesa en la primera cena la
misma noche que él termina de mudarse. El 45% de tu cerebro aún no está muy
convencido cuando lo ves sonreírte de lado y dejar sus zapatos en la entrada de
tu depa, bueno...ahora también el suyo. A ese otro 55% todo simplemente le
importa un carajo.
Él
no se queja, te mira entre su flequillo e intenta no reír ante tus específicas
y algunas hasta incluso absurdas clausulas.
Tú
le observas prácticamente tragarse el ají que tu paladar de niña no puede
aceptar, y traga tan a gusto que te entran ganas de echarte un poco también.
Tu
monólogo termina con un, “tu lavas los platos.” Que es recibido con una pequeña
sonrisilla.
Tú
te preguntas si esos labios tan anormalmente rosados son solo producto del
lipstick o alguna curiosidad genética. Tus ojos al fin se separan, algo avergonzados
a decir verdades, de sus músculos cuando lo ves abrir la boca para intentar
decirte algo.
Tu
ceño vuelve a su sitio.
Pero
no logra intimidarlo. Mientras camina hacia ti para recoger tu plato te informa
que ha rentado una película.
Es
de acción. No la has visto aún. Pero estás bastante cansado. De hecho, estás a
punto de negarte cuando le escuchas decir que hará palomitas, desde la cocina.
¿Y
quién demonios le dice no a las palomitas?
--
“Dicen
que los acuarios son sociables,” te dice él una tarde.
Está
haciendo panqueques. Tú le observas por encima del periódico que lees. Él no te
nota, demasiado preocupado en que no se le peguen las esquinas. Tiene el
cabello recogido en una coleta chica y alta. Su atractivo raya el cero.
Aunque
algo en tu pecho piense totalmente lo contrario.
No
espera que respondas...eres bastante escueto, y después de compartir techo por
casi un mes contigo, él lo sabe.
Tampoco
espera que le preguntes como sabe que eres – de hecho – un acuario pues también
sabe que no eres del tipo de persona que gasta saliva a menos que sea
estrictamente necesario y por más adjetivos que aquella personalidad tan tuya
te ha ganado, el parece estar bastante cómodo contigo.
Y
aunque sabes que tampoco podrá explicarse si por esos designios de la vida se
lo preguntas...porque el chico es raro.
Muy
raro.
Quieres
pedírselo porque si de algo estás seguro es que él acaba de soltar aquello con
sarcasmo. Pero eres un adulto hecho y derecho, así que regresas tus ojos al
diario, ignorando por completo el comentario. Pero tus dedos pican. Y algo del
niño que alguna vez hubo en ti toma control de tu área de Brocca y de pronto te
hallas preguntándole, “¿Cuándo es tú cumpleaños?”
Su
grado de sorpresa no es nada comparado a la tuya.
Sus
ojos negros te sonríen con el plato de panqueques en manos.
“Yo
sí soy un digno acuario,” te responde.
Y
es casi gracioso que cuando tu vista se desliza hasta un párrafo en la derecha este
mismo cite el pronóstico zodiacal diciéndote que tendrás buena suerte con los de
tu propio signo.
Tus
mejillas sienten algo de calor.
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Park
Yoochun es un puerco. Él lo sabe, tú lo
sabes, TODO el mundo lo sabe. Así que no te sorprende mucho que no tenga
reparos para decirte al oído, “definitivamente batea del otro lado, y para
colmo está bastante bueno el muy bastardo,” aquella primera vez que los
presentas.
Y
la verdad es que aunque el comentario es raro (¿y disculpa que te interrumpa
pero que cosa que venga de Yoochun no lo es?) tú no puedes defender la
heterosexualidad de Jaejoong pues simple y sencillamente no te consta.
Pero
te es difícil imaginarlo en los brazos de un alguien “él”. Un “él” acariciando
sus cabellos o reposando casualmente las manos en su cintura, en su piel
albina, en los lunares que has podido ver cuando anda semidesnudo sin saber que
camiseta usar (lo cual es una estupidez –según tú- ya que sea la camiseta que
termine eligiendo va a ir cubierta de su casaca de cuero negra y/o quedándole
demasiado bien...) Un alguien “él” que pueda susurrarle palabras al oído y
pigmente sus mejillas de rojo. El estómago se te tuerce un poco ante la idea.
Quizás eres homofóbico, piensas.
La
verdad...estás bastante equivocado.
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Que
Jaejoong huele a vainilla es algo que aprendes unos tres meses después.
Están
viendo el partido de corea. Cervezas en mano. Snacks sobre la mesilla del
centro.
Ambos
llevan puestos sus respectivas camisetas y han invitado un par de amigos.
Corrección él ha invitado un par de amigos porque tu simplemente careces de
habilidades sociales y te has negado a invitar a Yoochun a tu casa.
No
después de todo el coqueteo en su última visita. Y no porque aquello tenga que
ver con los celos irracionales que habías experimentado. Para nada...
Junsu
se llama uno de ellos. Tiene un trasero difícil de ignorar. Y una risa bastante
particular por no usar otro adjetivo.
Para
cuando el árbitro finaliza el partido ha sido un empate. Has bebido un poco más
de lo que acostumbras entre gritos y groserías, porque estás cómodo en tu casa
y Jaejoong es todo un camionero respecto al tema. Junsu y el otro par de
intrusos les han invitado a seguirla en algún bar, porque su equipo ha ganado.
Pero
tú te niegas. Jae asombrosamente también deja pasar la oportunidad y después de
despedir a sus amistades se tira a tu costado en el mueble. Otra cosa que has
aprendido de él es que tiene un metabolismo único en cuanto a alcohol se trata,
una pequeña visita al urinario y es como si no hubiera ingerido prácticamente
tres botellas él solo.
Jaejoong
disfruta de burlarse de la gente cuba. Y la verdad no dicha es que eres su
pollito preferido. Las palabras se enredan en tu boca, tus mejillas se ponen
rojas y sueles quedarte vergonzosamente dormido en donde sea que estés. Sabes
que él esperará a que tus ojos se cierren para poder tomarte una foto y
burlarse de ti durante toda la semana.
Así
que luchas contra tu propio cuerpo.
Pero
los párpados te pesan.
Y
consecuentemente te quedas dormido. Solo que tienes tanto alcohol en la sangre
que llegas a las justas al estadio 1 y tu cerebro se alerta fácilmente al
sentir los estímulos de tu ambiente. Específicamente los brazos de Jaejoong.
Tu
pequeño quejido le hace saber que te has despertado.
Él
te sonríe, “vas a despertar con tortícolis,” se excusa antes de cargarte para
llevarte a tu habitación.
Tú
no le dices nada, te acurrucas un poco más en su pecho y te dejas arrullar por
el olorcillo a vainilla que desprende su cuello.
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La
primera vez que pruebas su comida le pides entre bromas matrimonio. Porque
enserio...enserio...tu paladar jamás ha degustado de algo tan sabroso en tu
vida.
Lo
peor de todo es que él acepta.
Tus
mejillas se pigmentan. Y tu torpe voz intenta dirigir el tema a uno más seguro,
dígase “Hey, ¿sabías que el cambio del dólar ha vuelto a bajar?”
Y
él se ríe. Se ríe tanto que poco le falta tirarse al piso a rodar.
Más
tarde aquel día cometes el error de contárselo a la rata. Porque eres un ser
social después de todo. Y no porque necesites que alguien aplauda el hecho de
que Kim Jaejoong te ha aceptado la falsa proposición de matrimonio.
Yoochun
te dice que si no concretas pronto será él quien se lo lleve.
Tú
le pateas la pantorrilla mientras le gritas, “que te duela hijo de puta.” Vale,
le pateas la pantorrilla y te tomas dignamente el resto de tu Starbucks como si
nadie acabara de ver tu pequeña muestra de afecto.
Y
él se ríe aún desde el piso porque en efecto le duele y no puede creerse que el
idiota de su amigo, o sea tu, esté por fin enamorado.
En
lo cual se equivoca – piensas.
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¡Jaejoong
tiene novia!
Sí
novia. Y es probablemente la señorita más hermosa que hayas visto jamás. Y mira
a Jaejoong como si fuera su todo. Lo cual es por mucho un golpe muy bajo.
Porque...
Porque
pues...
Lo
amas y no eres capaz de siquiera admitírtelo a ti mismo. Y ahora mucho menos a
él porque ya tiene a alguien ¡Yay!
La
verdad es que la noticia no te llega desde sus labios. Si no de la pura
coincidencia. Y eso es lo que más te jode. Porque solo para ser
claros...detestas las coincidencias. Así que no puedes evitar sentirte
innegablemente incómodo cuando ella aparece a mitad de su cena no planificada ya
que a ambos les han cancelado los planes (bueno no a ti, tú solo ibas a ir a la
biblioteca un rato y luego te dio paja) y se cuelga del pelirrojo con
naturalidad cuando este le abre la puerta.
Tú
los miras a ambos sin entender.
Hasta
que Kim al fin los presenta, “Changmin, ella es Seohyun, mi novia.”
Y
tú no sabes qué cara poner. Porque algo duele en tu pecho cuando su perfume de
mujer llega a tus fosas nasales.
Te
sientes enojado, enojado por tener que enterarte de esto recién pues según ella
llevan saliendo cerca de un año. Es decir mucho más tiempo de lo que ambos
llevan conociéndose incluso. Y tienes derecho a estar enojado ¿no? Porque
información como esa no es algo que debas omitir cuando eres un compañero de
piso.
O
sea.
¡Es
algo que deberías decirle a tu compañero de piso! ¿Me dejo entender?
Al
menos algo como esto: ¡Hey! Soy Kim motherfucker Jaejoong, el ser más raro que
conocerás en toda tu vida y ¡oh si! tengo novia, así que ni se te ocurra
enamorarte de mí.
No
que él estuviera enamorado de Jaejoong claro...
Negación.
Negación. Negación.
Sólo
haciendo la pequeña aclaración para que no tuvieran ninguna idea errada en sus
cabecitas.
¡El
punto es que Jaejoong tiene novia” Y tú no tienes más que un plato de puré a
medio de tragar y un estómago que de pronto ya no tiene hambre.
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Yoochun
te diagnostica depresión cuando te invita a comer gratis por teléfono y le
respondes que no tienes muchas ganas.
¿Por
qué de cuando acá te niegas a la comida gratis?
Exacto.
Nunca. Y si esto no es depresión entonces... es porque simplemente están a
puertas del apocalipsis.
Ni
siquiera intentas responder a sus hipótesis y resuelves por mejor tan solo colgarle
el teléfono antes de intentar meterte por el auricular y pegarle un buen zape.
Así que vuelves a tu cama a acurrucarte entre tus colchas y ser un niño emo sin
razón fija (aka Jaejoong. Jaejoong. Jaejoong.)
Desgraciadamente
para ti.
Yoochun
es de esas personas con paciencia cero. Y criterio menos un millón. Cuya lista
de cosas más insoportables resulta estar encabezada por: no responder a sus
llamadas. Así que no es de mucha sorpresa que llegue tres horas después con
pollo frito y una sonrisilla pícara.
Jaejoong
le abre la puerta, pues acaba de volver del trabajo. Y le avisa, “creo que
Changmin no está.”
Porque
ni has respirado cuando lo has escuchado volver.
Porque
estás enojado con él. Aunque él ni lo sepa ¿Y dios...cuan patético es eso?
“Oh
sí que está,” Yoochun le responde, “solo que intenta mimetizarse entre sus
edredones porque es el perfecto Uchiha.”
“¿Ah?”
“Nada,
nada ¿adivina qué? ¡Traje pollo frito!”
“Es
lo que veo,” Jaejoong indaga en las bolsas y le ayuda a dejarlas en la mesa,
“¡genial! Changmin ama el pollo frito.”
“¿Existe
alguna comida que no sea amada por Changmin?”
Jaejoong
ríe.
“Me
dijo que tienes novia,” Yoochun tantea el tema con las manos en los bolsillos
mientras le da un vistazo algo preocupado a la habitación del fondo del
pasillo, a la de Changmin.
Jaejoong
encoje un poco los hombros.
Y
tú te encoges entre tus sábanas porque ya no alcanzas oír más. Y no puedes
salir. Él está ahí...
“Es
cosa de mi familia,” le responde.
Tú
no oyes más que el esbozo de su voz y la ansiedad te corrompe.
“¿Están
comprometidos?”
“Tenemos
que...en agosto supongo.”
Así
que el tema no es tan superficial piensa Yoochun pero esa respuesta es algo
ambigua así que reformula su pregunta “¿Y a ti qué tal te va la idea?”
Jaejoong
vuelve a encoger los hombros. Y de pronto Yoochun sabe porque el idiota de su
amigo está tan sonso por aquel muchacho, y es que son de alguna forma lo mismo.
“Pues
bien entonces, iré por Changmin, me lo sacaré a pasear un rato después de
cenar, demasiado tiempo en su habitación va a oxidar incluso más sus
habilidades sociales.”
“Changmin
sí es sociable,” Jaejoong intenta defenderte con una sonrisa.
“Es
sociable contigo porque le gustas,” Yoochun le responde entre risitas,
estirándose mientras se lanza al pasillo para ir por ti, aunque no sepa que
estás pegado detrás de ella intentando escuchar algo...lo que sea a parte de
simples barullos.
Jaejoong
no le responde, se queda callado. Con una expresión de sorpresa sobre el
rostro. Y la boca algo abierta. Yoochun detiene sus pasos y dobla sobre sus
tabones al no recibir respuesta.
“¿Qué?
¿Son noticias nuevas para ti?” le pregunta, como si fuera él más bien el que
debería ser el sorprendido. Porque...tú en esto eres algo así como un libro
abierto. Y muy seguramente la propia novia de tu verdugo debería haberse dado
cuenta ya de tus sentimientos.
Lo
cual no es muy digno a decir verdades.
El
pelirrojo desvía la mirada como si muy en el fondo siempre lo hubiera sabido y
ahora se sintiera culpable por haberte regodeado a su novia en tus narices.
“Pues
sí, tiene algo así como un crush contigo al que por cierto hoy le pondré fin
pues me lo llevaré a uno de estos hermosos clubes del que soy miembro ¿sabes? para
que conozca personas con las que sí tiene posibilidades, quien sabe tal vez
encuentre a alguien lo suficientemente majo para...”
“No,”
es lo que Jaejoong le grita y eso es lo único que oyes en un buen rato.
Con
una mano cobarde en el picaporte y la otra pegada a la madera.
Varios
minutos después oyes pasos venir hacia el pasadizo. Y corres a maratón hacia tu
cama y te tiras en ella cerrando los ojos y rogándole a Dios que parezcas
dormido.
Así
que cuando Yoochun entra oliendo a pollo frito y con una sonrisa muy grande
sobre los labios, mientras te mueve para “despertarte” e invitarte a que los
acompañes a cenar y luego si quieres ver una película que Jaejoong ha rentado
hace poco.
No
sabes qué cara poner, porque eres así de bobo. Y finges un bostezo que con
seguridad le da a entender a Yoochun que has estado despierto, porque el cabrón
se ríe, niega con la cabeza, te desordena los cabellos y se va por donde ha
venido aún riendo.
------
Yoochun
sabe algo y no quiere decirte ¿y cómo lo sabes? Porque él te lo dice
expresamente, “sé algo que te gustaría saber pero no te lo diré porque es un
secreto.”
Y
hasta ahí todo va excelente. Porque los secretos de Yoochun no son para nada de
tu curiosidad. Eso es, claro, hasta que completa la oración con un “entre
Jaejoong y yo.”
Dos
cosas pasan rápidamente por tu cabeza, la primera de ellas es que la rata intenta
tomarte el pelo, la segunda de ellas es que no miente e intenta retar tu no muy
digna curiosidad por todo aquello que tenga escrito Jaejoong en algún lado.
“¿Y
porque me lo dices si no vas a decirme?” le preguntas irritado.
“Porque
quiero verte retorcerte en tus malsanas ganas de saber que Jaejoong
probablemente no quiere verte saliendo con otras personas.”
Pasan
segundos. Minutos. Casi 15. Porque es lo máximo que Yoochun puede permanecer
callado y te zarandea para así hacer de alguna forma que las palabras bajen de
tu cerebro a tu boca y todo cuanto puedes decirle es..., “¿qué?”
Yoochun
te lapea, claro.
Y
camina delante de ti algo indignado. Tú le sigues exigiendo que te lo
explique...pero obviamente él...no lo hace.
-----
Sentarse
a cenar juntos después de las exhaustivas noches de trabajo que has tenido en
las últimas tres semanas. No debería ser tan raro.
No
si él no te hubiera dejado una nota en el fridge diciéndote “te extraño.”
A
la cual no respondiste po-porque te habías quedado sin post-it entre respuestas
y respuestas que desechaste en tu tacho de basura (la mayoría de ellas, llenas
de caritas estúpidas.)
Y
ahora lo tienes frente a ti con el tenedor enredándose en la pasta que se lleva
a la boca. A esa suave y esponjosa boca. Ok, acabas de babear tu tenedor.
Seductor...
Ninguno
de ambos le presta demasiada atención a lo que da en la TV a decir verdades.
Quieres iniciar una conversación de alguna forma. Porque...lo extrañas.
Y
ya no puedes seguir “enojado” con él pero...
“¿Y
qué tal el trabajo?” él da el primer paso por ti.
Pero
a la hora de que des tú el tuyo, algo extraño ocurre en tu cerebro y todo
cuanto puedes decirle es “Mmm...” Porque eres la persona más brillante del
universo entero, y tu coreano es tan TAN extenso.
“Has
estado bastante ocupado últimamente ¿Tu jefe es muy malo?”
“Mmm...”
“Todo
sería más fácil si alguno de los dos tuviera un auto.”
“Mmm...”
“Changmin.”
“¿Mmm?”
“He
cancelado mi compromiso.”
Tu
siguiente “Mmm” es opacado por tu dramático ataque de toz.
---------
“Jaejoong
ya no tiene novia,” le mensajeas a la única persona que tienes en tu lista de
contactos, a parte de tu jefe y Jaejoong, y tu madre claro. Y solo por si le
preguntan, se refiere a Yoochun.
“Ya
lo sabía,” es lo que él te responde.
Tú
lo puteas por cuanta red social puedes. Aunque unas mil veces más en tu mente.
Pero
estás feliz. Aunque no hayas tenido el coraje para preguntarle ¿Por qué? ¿Por
qué Jaejoong? ¿Por qué cancelaste tu compromiso?
E
intentas por todos los medios de no vincularlo con lo que te ha dicho Yoochun.
Porque no tiene ni pies ni cabeza. Y necesitas una toalla fría o la cabeza te
explotará.
Y solo-solo.
Maldito seas Kim Jaejoong.
------
Jaejoong
está cansado de esperar que tomes el valor suficiente para intentar llevar –lo
que sea que tienen- a algún lado. Está cansado. Así que esa noche compra un
vino, un vodka y un tequila porque le importa muy poco si tiene que inducirte
al coma etílico para razonar contigo sin que hullas a tu cuarto o a cualquier
rincón de tu mente y no seas capaz de comprender que MALDITA SEA, ESTÁ DELANTE
DE TI TRATANDO DE DECIRTE QUE TE QUIERE COMO MÁS QUE UN AMIGO O SU ROOMATE.
Así
que prepara tu platillo favorito.
Y
espera por ti con su sonrisa del millón de dólares, sentado en la mesa.
Ignorando
que tú has tenido ya tus conflictos existenciales todo el santísimo día y
finalmente has decidido que...harás algo, no sabes el que, pero será algo...que
si Dios quiere te llevara a meterte en sus pantalones –digo– a admitirle lo que
sientes.
Así
que entras con tus llaves después de inspirar la sexta bocanada de aire.
Dejas
tus zapatos y caminas con valentía por el pasillo, hasta que lo encuentras
frente a ti con su maldita casaca de cuero negro y su ridícula sonrisa y de
pronto solo quieres que te parta un puto rayo, porque tú no has nacido para
esto. No señor.
Y
miras detrás de ti, la puerta.
Con
un mundo lleno de seguridades y no Jaejoong. Y de repente quieres solo coger
tus llaves de nuevo y huir, huir y huir.
Pero
él camina hacia ti.
Se
postra a un paso de distancia, bloqueando tu inmediata alternativa. Y te mira.
Sólo te mira. Como diciéndote, “estoy aquí, Changmin.”
Porque
está ahí.
Está
ahí.
Así
que tus manos jalan su cuerpo y tus labios picotean los suyos no de la manera
más anormal que jamás haya existido (pero estás cerca) y él se ríe en tus
labios, tomando tu rostro sobre sus manos y guiándote muy despacio. Porque –again–
él está ahí y no se irá aunque tus habilidades para besar sean las más lame
ever.
Así
que se lo dices, “te quiero.” Aunque suene más a un “tummkero”
Pero
él entiende y pasa sus brazos alrededor de tu espalda y se separa de tus labios
para poder vocalizar perfectamente, “y yo a ti Changmin, te quiero ¿vale? Te
quiero.”
En primer lugar, este tipo de narración es uno de mis favoritos en todo el universo del mundo de afsbsjsf.
ResponderEliminarEn segundo lugar, Changmin deja a Jaejoong( ok eso no, cásense y vivan felices sgdgska) y veeeeen que eres adorable y bobo y esto fue tan fluffy que te amo por escribir esto, Kimmy.
Tercero, Jaejoong pelirrojo con cuero, al imaginármelo convulsioné un poco, solo un poco,lo normal.
La historia la amé, no se porque pero amo las del tipo que ellos viven juntos *-* y cuando le pide matrimonio. Ah.
Gracias por escribir el oneshot.
xx
Evy.
Pd: queremos la skype party con suce y las otras e.e
Jajajaj cuando quieran yo encantada :)
EliminarUna amiga e dijo tienes que leerlo y así lo hice.
ResponderEliminarMe he muerto de risa la forma como Changmin habla de su amigo Yoochun xDDDD "la rata"
me gusto el ambiente que vivan junto y que de a pocos se de lo del enamoramiento
fue tan fluffy .....
Verdad maginar a JJ de pelirrojo y usando esa casaca de cuero fue :Q____
Kimmy siempre escribes tan bien ...tengo que leer todo lo que escribas <3
aww Gracias ♥ No se porque me gusta la brotherhood entre yoochun y changmin (y tengo a changmin de nerdo xD) haré otro en el que invierta los papeles e_e
Eliminarkyaaaaaaa me encanto
ResponderEliminarChangmin bobo, como no se daba cuenta, si desde que le pidió matrimonio se veía y Yoochun "ya lo sabía" XDD, le hubiera dicho no que el pobre no sabía que hacer xD
me encantó el final tan tiernos >.<
muchas gracias ^^
Gracias a ti por leer y comentar :DD
EliminarMe acabo de morir de AMOR, COMO VENGO MURIENDO EN LA ULTIMA HORA LEYENDO TUS FICS DIOS, <3 _ <3
ResponderEliminarpd: soy Nash
Aww gracias por leer <33
Eliminar*le brillan los ojitos* puede haber algo mas hermoso que el minjae ♥ nooooo claro que no eate shot fue hermoso nos leemos en otra kimmy c: !!!!!!
ResponderEliminarjajajaja no porsupuesto que no, el minjae es lo más boniiito ever ♥
Eliminarihhhh ihhh -se va muy muy muy.... - jsdfhjshkjdhjkfkdhskf ... maldito seas Kim Jaejoong!! ... ahh joder... amo a Changmin aqui.. ahh como no tienes idea... ewe solo sé que si tuviera un amigo a lo Chun le partiría la cara ewe xD... aunque de por sí creo que yo me le parezco un poco .. ihh -se echa agua bendita- iguall.. ewe XDD.. *W* estuvo hermoso <3 <3 <3 <3 . .. aigo.. quiero más de esto.. ;3; ... kimmy,,,, dame más!! ;3;
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