Título: Mosh
Autor: IzoJung / Kimmy_lin
Resumen: Todas las razones por las que Shim Changmin no debería dejar a su vecino entrar en su casa, son las mismas por las cuales termina abriéndole la puerta


Clouded


Quizás en una situación diferente - no importa cuán sacada de las casillas - Changmin hubiera actuado de mejor forma, la mejor entre todas ellas incluso. Él hubiera buscado en cada rincón de su cabeza, exprimido hasta la última de sus neuronas en la búsqueda exhaustiva de la correcta decisión a tomar.

La cual en este caso concreto parecía tan solo admitir la verdad. Decirle: “Yoochun está preocupado por ti y me pidió que te trajera algunas cosas dado que no le coges el celular.”

Jaejoong podría mirarle como si fuera un fenómeno pero ¿y qué? Nadie se moría por un poco de pena.

Joder. En cualquier otra situación Changmin juraría actuaría como mejor se le requería. Pero el gran problema que el castaño tenía, era que pues...esta no era una situación cualquiera, esta implicaba un Jaejoong sin ropa. Con todos los dotes que la naturaleza le había brindado al nacer a disposición de ambos de sus ojos. Todo descubierto para él. Y lo peor de todo...con un maldito lunar sobre el hueso de su cadera que bien podría haber levantado su miembro cual tienda de campaña, sino se hubiera obligado a mirar al otro lado.

Hacia la puerta. Hacia su bendita salida ¡Oh si tan solo sus piernas no estuvieran atornilladas al suelo! Entumecidas de su nula voluntad moral, espiritual o qué se yo, para siquiera intentar convencerse de que debía largase de allí.

La única cosa que las diferentes partes de sí mismo se dignaban a concientizarle era de esa creciente presión en el área de la cremallera de sus pantalones.

Jaejoong lo notó. Por supuesto que lo hizo. Si el chico parecía casi siempre hablarle más a su polla que a él mismo como persona. Y lo que es aún peor, aquel niño le sonrió a consecuencia.

¿Es que habría sido diferente a su edad? Creyéndose la última maravilla, el dueño del juego. Deslumbrado en su propia vanidad e incapaz de ver más allá,

Changmin hubiera querido reír y decírselo.

Eres ridículo. Yah. Puedes solo parar ya.

Hasta en plan de amigo pero tuvo que obligarse a pisar tierra nuevamente porque las manos del chiquillo habían viajado raudas hacia su cremallera, desabotonado los botones del pantalón de mezclilla y deslizado el cierre hacia abajo con un rápido "zip" mientras le decía, “dios, si tanto quieres follarme Changmin, no hay necesidad de asaltarme mientras duermo, podrías haber solo tocado la puerta ¿sabes?”

Los colores quisieron subírsele al rostro entonces porque ese muchachito no tenía ni idea de nada. Nada en absoluto ¿no es así? Si bien violarle mientras dormía no había sido algo que Changmin había intentado per se....aún así quitarle los pantalones era algo que definitivamente había cruzado la mente del abogado repetitivamemente las últimas semanas y pues miren nada más donde estaban.

Quizás Kim incluso más presente que el abogado. Changmin estaba monumentalmente perdido entre las cosas que su propio cuerpo le pedía, su mente e inclusive sus visceras.


“Yo no estaba intentando violarte,” intentó defenderse pero sin apartarse de él, cerrando los ojos cuando su miembro fue sujetado por esas frías manos, masajeado de arriba a abajo como si nada, cuando los receptores sensitivos sobre su carne hacían más bien de cada caricia como si todo.


Los ojos se le cerraron en un intento de calmarse. Pero tuvo que obligarse a abrirlos de par en par al segundo.

Los labios del menor se habían cerrado alrededor de su miembro. Su lengua ahora viajaba sobre él como si de un paleta se tratara y sus ojos negros sin una gota de maquillaje le miraban sabiendo perfectamente lo obseno que lucía teniendo su miembro en su boca, así de lleno pronunciándose incluso a traves de sus mejillas. Justo ahora no llevaba las púas alrededor de su cuello, ni las cuerinas negras o el cabello estilizado de esa forma que parecía encantarle llevarlo, justo ahora solo le caía lacio a la altura de sus hombros pero Changmin lo hallaba así incluso 50 veces más pervertido.

Jaejoong le sacó de su boca entre una risita.


"Te estás babeando cariño," le dijo.

"No me puedo creer que no seas un puto," es lo único que el abogado logró decirle.


Jaejoong se carcajeó aún masturbándole con la mano libre.


"A debido tomarte tu tiempo venir acá ¿no?" se rió aún más sin dejar un segundo de hacerle lo que le hacía, volverle loco de deseo, "pensé que tendría que irrumpir en tu casa y violarte yo mismo...¡oh! espera..."


Changmin le tiró del brazo para ponerle a su altura entonces. El chiquillo se dejó hacer con una sonrisa del tamaño de Rusia. Changmin entonces notó algo raro en sus pupilas. Estaba drogado. Shim entendía ya porque no había oído nada cuando entró.

Le soltó como si le hubiera estado haciendo daño. El chiquillo le apresó contra la pared con todo su cuerpo. Changmin desvió su rostro a un lado para evitar sus labios. El chiquillo le mordió la oreja sonriendo incluso más.


"Te divierte mucho esto ¿no es así?" le resondró Changmin, tomándole de las caderas para imponer algo de espacio.

"No sabes cuánto," el pelinegro canturreó haciendo uso de toda su fuerza para volver a apresarle contra la pared. Sus manos bajaron por encima de su pecho, intentando hacerse camino nuevamente a su miembro.

"Puedes estarte quieto," renegó el castaño apresándole las muñecas y venciéndole contra la pared con facilidad.


El chiquillo gimió con gusto cuando el concreto golpeó su espalda y luego negó con la cabeza mientras mordía sus labios.

Changmin no creía que iba a poder ponerse más duro que esto. En muy poco tiempo empezaría a restregarse contra el muslo de Jaejoong si no paraba de una buena vez todo esto.


"Tengo una política en cuanto a niños a los que llevo una década en edad."

“¿Ah sí? Pues tu compañero parece estar más que cómodo conmigo.” Le dijo aquel demonio removiéndose con deseo de arriba abajo.

“Deja de hablar,” le gruñó el castaño apartándose de él de un empujón.


Changmin se llevó la mano a la frente permitiéndose un suspiro.


"Mierda... " se quejó, tenía una erección considerable entre sus piernas ¿cómo se suponía que saldría así allá afuera?

“Tal vez pienses que lo hago muy dificil pero solo quiero decirte que eres tú quien lo hace muy facil” Jaejoong le dijo riéndose a carcajadas, contra la pared, en la exacta posición en la que Changmin le había dejado, como si estuviera castigado o algo, lucía jodidamente apetecible.


Changmin quiso decirle que lo que estaba, era más bien, muy drogado para pensar con claridad. Que lo que necesitaba era ayuda y no esto. Alguien de verdad. Pero no podía dar con las palabras exactas. No quería inmiscuirse más en esto. ¿Qué demonios hacía siquiera ahí? Si le follaba, iba a tener ese ticket de salida que tanto había estado queriendo ¿no? Eso y al buenorro del karma a la espera del día que olvidara el paraguas.

Jaejoong le robó el espacio personal finalmente impaciente.


"Venga," le asuzó pasándole ambos brazos alrededor del cuello, besando músculos de su cuello con dulzura y ojos entrecerrados, volando metros tan arriba que honestamente Changmin podría hacérselo pasar bastante mal si fuera algún enfermo.


Nada de esto estaba bien.


"Jaejoong..." le llamó cogiéndole los brazos e intentando desenredarle.

"Venga," le pidió el muchacho, su voz rompiéndose un poco y sus ojos queriendo llorar pero su mente demasiado lejos como para terminar de enviar el impulso, "ven acá...¿si?"

"Estoy aquí, no necesitamos hacer esto para que esté aquí," le dijo el abogado sin saber cuan sincero en realidad era pero siendo incapaz de retractarse mirando esos hombros encogidos de esa forma tan horrible.


El muchacho negó furiosamente con la cabeza.


"Sé que no estoy bien ¿vale?" le gritó, empujándole encolerizado.

Alzando sus negros ojos a su nivel y observándole con fiereza y tonos rojos de lágrimas que caían en nombre de esa persona que extrañaba a un punto que no podía ponerse en palabras.


"Pero esto no es eso, yo solo lo quiero y tú también así que ¿cuál es el maldito problema? ¿es que no le gustan las cosas rotas Sr. Shim, es eso? El niño tiene esa raja fea sin el maquillaje, ya no vale la maldita pena..."

"Cierra la boca," el mayor le sujetó la mandíbula enojado hasta la médula, vaya llevaba mucho tiempo que no se encontraba con una persona como esta, capaz de sacar lo peor de si mismo.

El muchacho le empujó dispuesto a pelear, "vas a tener que oblígarme, cariño."


Changmin le cargó de ambos muslos contra la pared entonces, la espalda del menor le amortiguó el golpe y sus piernas desnudas se enredaron alrededor de su espalda de reflejo, mientras un gemido de satisfacción escapaba de su garganta. Changmin honestamente odiaba a este tipo de persona.

Sus manos recorrieron con desesperación ese otro cuerpo aún con el poco espacio, golpeandole repetidamente contra la pared, tirando de su ropa, enterrándole hasta las uñas. Estaba siendo lo más tosco que había sido jamás con nadie pero el chico entre sus brazos solo gemía en respuesta.


"No he dejado...yo...de pensar en ello, en tu polla dentro de mí," le confesaba con éxtasis atrapando entre sus dientes cuanto de piel encontraba.


El mayor intentó cargarle y moverle a la cama. tirarle ahí y esperar a que actuara como somnífero. El niño no paraba de acariciarle de manera rara, desesperado, pasional y la carga pesaba en los hombros del mayor de ambos y le incomodaba de sobremanera.

Si era hijo de puta suficiente para hacer esto...entonces...

No quería dulzura. Sino un polvo. Algo impersonal. Un intercambio temporal de cuerpos y nada más. El cuerpo delgado del muchacho calló sobre el colchón y luciéndo así de precioso le preguntó "tienes alguna política restrictiva con respecto a los besos en la boca."

Changmin le miró, queriendo soltar el no sobre la punta de su lengua, pero como podría si la belleza delante de él obnubilaba su visión casi a totalidad. Se permitió perderse en esos ojos negros mióticos que le devolvían aún mejor su reflejo, que lucían finalmente tan traviesos como cuando los conoció y sin pensarlo más su rostro cayó sobre el suyo, besó sus labios con los suyos.

Aprendió así que Kim Jaejoong sabía a paraíso.

Sus labios se abrieron contra los suyos y Jaejoong le sujetó con fuerza las caderas contra sí.

Sus cuerpos rodaron por encima del colchón mientras se besaban sin decanso. Seguidamente cayeron al piso. Un lubricante que debía haber estado encima del velador les cayó por las cabezas al hacerlo y Jaejoong soltó una carcajada. Changmin no supo si porque a estas alturas, eran un trato cerrado o porque el sentido del humor del niño era algo torcido.

No podía preguntarle tampoco.

Su lengua se escurría rápida dentro de esa boca ajena y se enredaba con la suya quitándole el aliento, amortiguando estos sonidos en la garganta de Jaejoong cuando sentía sus manos en su cuerpo.

Parar había dejado ser una opción ahora y todo apuntaba a que disfrutaría mucho su bajada al infierno.


"Date la vuelta," le ordenó con una suavidad impropia de él.

El chiquillo se arqueó sobre el colchón hasta llegar a su mentón, "como ordene hyung-nim."


Changmin masculló una maldición entre dientes. Alguien debía restirngirle la cantidad de fetiches que ese niño marcaba fuera de su lista o de plano tirarle un piano de cola encima...para intentar equilibrar en algo la balanza.

Todo esto estaba despertando un ímpetu salvaje dentro suyo y tenía miedo de que todo se le subiera a la cabeza y perdiera el poco control que creía aún tenía. Las relaciones homosexuales eran contranatura por algo y había que guardar siempre un poco de cuidado. Pero Jaejoong estaba haciendo muy difícil la parte que le hacía comportarse como un ser humano correcto, en los márgenes aplicables claro.

Se permitió besarle otra vez. Seducirle poco a poco, hasta sentir la falta de tonacidad en sus brazos para así poder invertir las posiciones hasta quedar encima del otro. luego su mano derecha bajó hasta empuñar ese miembro ajeno justo como lo había hecho en sus sueños. Su lengua saboreó el cuello de su contrario y su mano izquierda siguió por su espalda hasta unirse en esos glúteos pequeños.


Jaejoong le gimió en respuesta, “¿ves? te dije que lo querías,” le dijo y sus palabras se empapaban en maña, pero Changmin le iba a enseñar.

"Si sabías lo que quería, debiste cuidarte de mi Jaejoong," le susurró al oído, introduciéndo uno de sus dedos en su carne.


Kim cerró los ojos, respirando fuerte. Sintiendo la falta de lubricante, pero aceptándolo descaradamente. Dios santo. El chiquillo tenía unos ojos negros preciosos, resultaba dificil el dejar de mirar su rostro. Sus labios rosados fruncidos. Estaba incomodándole y aún así no iba a pedírselo. Changmin honestamente odiaba su tipo de persona.


"Acércame eso," le ordenó enojado, señalando la botella de lubricante a un lado.


Jaejoong no tardó en estirarse para alcanzarlo.


“¿Piensas follarme con ropa?” le preguntó en el momento en que Changmin se había enlubricado los dedos de la otra mano y cambiado para poder tener mejor acceso a la carne de su trasero.

“Tengo las manos algo ocupadas, si te molesta, puedes encargarte de ello,” el castaño le dijo.


Intentaba desaparecer esa atmósfera extraña que el foreplay había tenido cuando pasara a follarle propiamente.

Jaejoong le quitó la camisa y la tiró a un lado, le bajó los pantalones a tirones solo hasta sus rodillas porque realmente ninguno de ambos iba a darse el tiempo de quitárselos por completo. No cuando Changmin ya había terminado de prepararle y Jaejoong partía sus muslos dejando al castaño con una visión privilegiada del sitio en el que había estado en sueños más de ocho veces en esa maldita semana.

El gemido de la primera embestida se les escapó a ambos en el mismo segundo. Resonó en las paredes del cuarto de Kim, como si de un ambiente a prueba de sonido se tratase. Changmin intentó no preguntarse si en realidad la habitación era a prueba de sonido o no. Nada más importaba ya.

Le cargó entre sus abdominales para empezar la jarana. Y hombre. Arruinarle por completo fue lo que hizo. Embestirle una y otra vez, arrancarle maldición tras maldición, darle en el punto que le hacía apresarle aún más en sus adentros, de ese niño demasiado sacado de cuadro para siquiera aguantarse los gemidos o halagos hacia las que llamó - caderas macizas del moreno.

El orgasmo les llegó con fuerza. Les quitó el poco aliento que guardaban en los pulmones. Changmin cayó a su lado como un peso muerto.

Joder. Observó el techo de la habitación del chiquillo y sintió la pesadez en sus párpados como la mayor de las alertas para volver a su realidad. Rodó a su lado a quitarse el condón entonces, y lo arrojó a la papelera. Fue una verdadera hazaña despegar su cuerpo entero aún post-orgasmico del colchón pero logró apañárselas.

Estaba muy viejo ya para esto. Sus huesos le rogaron descanso pero tenía que largarse de allí, y pronto.

Volteó a ver el cuerpo al lado suyo. Jaejoong miraba el techo con un brazo sobre la frente. Changmin esperaba no haberle hecho daño. Caminó por la habitación buscando y recolectando sus pertenencias. Localizó su camisa y se terminó de subir los pantalones antes de ir a por ella.

Jaejoong solo le observó en silencio. Quiso ponerse de pie también, pero al incorporarse frunció el ceño por el movimiento y se dejó caer nuevamente sobre su cama. Changmin intentó no verle mucho el cuerpo. Pero sus ojos le traicionaron.

¿Se iría así?

La imagen de Yoochun cruzó por su cabeza.


“Yoochun está preocupado por ti,” Shim le dijo mientras se ponía la camisa.


Jaejoong no le respondió nada.


“Si necesitas tiempo está bien pero procura hacerle saber eso, Yoochun...él...puede ser muy cabezotas pero es alguien en el que puedes...ya sabes”


Jaejoong encogió los hombros volteando al otro lado y dándole la espalda.


“Debería irme,” el abogado le dijo sintiéndose un poco ofuscado porque acababa de darse cuenta que el deseo en sus entrañas seguía tan intacto como cuando entró hace 20 minutos.

Caminó así hasta la puerta y salió a través de ella al pasillo, a la calle y luego a su propia casa.