“Se ha quitado el anillo,” las palabras de
Siwon resonaron aterradas, hincado de rodillas sobre el piso de los aposentos
de Lamia, a la espera de su reacción, su muerte quizás.
Choi oyó con miedo las lunas de todas las
habitaciones reventar al segundo siguiente, el vampiro mayor se desplazó de
derecha a izquierda, un gran ceño entre ambas de sus cejas mientras asimilaba
las noticias. El sabor amargo en su boca. La ira.
“¿Así que ha vuelto a elegirle a él?” preguntó
en voz alta
Siwon se tensó con miedo, de ninguna manera
quería ser él quien le respondiera aquella pregunta. Pero su silencio fue
suficiente respuesta. El vampiro mayor, su señor, tomó asiento en el enorme
sillón de oro frente a la chimenea de sus aposentos. Una mano cubría su boca
mientras su cerebro trabajaba a mil por hora. Las fauces le temblaban de rabia.
Siwon sentía la muerte pesar en el ambiente.
Se vendría una masacre.
“Ve por ella, ve por la humana, vamos a
recordarle al Youngwoong humano que libre albedrío no es algo de lo que él goza,
ya le he dejado jugar lo suficiente.”
“Pero,”
Siwon apenas susurró.
Los ojos amarillos de su señor se fijaron en
él, Choi sintió el oxígeno escaparse de sus alveolos.
“Yunho debe haber escondido el rastro del
humano y sin el anillo no puedo ubicarlos,” le dijo con su mente, Lamia estaba
estrangulándole la garganta y le impedía hablar usando la lengua.
“No tenemos que encontrarlos a ellos, Yunho la
encontrará, conoce su olor, si ha sido suficientemente idiota para enamorarse
del humano, irá a por ella, y cuando lo haga, mátala y trae a Youngwoong de
regreso a mí.”
Siwon toció, el vampiro finalmente le dejó
libre.
“Me fallaste una vez, hazlo de nuevo y Dara
pagará las consecuencias,” Lamia le advirtió refiriéndose a su pareja.
Choi agachó la cabeza, entendiendo a la
perfección y desapareció en la niebla negra al segundo siguiente.
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“¿Qué sigue ahora?” le pregunté.
Las manos del vampiro terminaron de ponerme las
ropas. Sus ojos amarillos me analizaron de pies a cabeza y una sensación
poderosa invadió mi cuerpo mientras sus dedos ascendían por mi cuello y me
sujetaba con ambas de sus manos, las mejillas.
“Ahora huimos,” me dijo, sentí luego sus labios
sobre mi frente y cerré los ojos intentando alejar de mi mente la culpa que me
carcomía desde que me quité el anillo unas horas atrás cuando de alguna manera
le había convencido de huir conmigo.
Eun Woo moriría.
Yo la estaba matando. Lléndome aquí y ahora con
él. Y sus sonrisas pesarían sobre mi alma por lo que tuviera de vida. Pero
parecía que yo era a fin de cuentas suficientemente mierda para querer vivir
con ello. Inhalé aire como pude con mi nariz aplastada contra su cuello frío.
Él me miró con pena, “¿estás seguro de esto?” me preguntó.
“No,” le respondí sin siquiera pensarlo.
Él se tensó contra mi cuerpo.
“Pero,” continué, “no soy el único que está
perdiendo aquí ¿puedo siquiera quejarme?”
“Puedes,” me respondió él encolerizado, sus
ojos amarillos cayeron sobre mis mejillas y me di cuenta que yo estaba
llorando, quizás desde hace buen tiempo ya. Me llevé una mano a la cara para
limpiar las lágrimas de mi cara.
“Si nos vamos ahora no hay marcha atrás,” me
dijo.
Y yo solo no le entendía, su cuerpo no parecía
querer convencerme de lo contrario, su rostro contraído con desesperanza me
rogaba que no cambiara de parecer pero aun así su estúpida boca me decía aquello
que ya sabía, lo que por supuesto que sabía y si no era para torturarme
entonces ¿para qué era exactamente?
Quise enojarme pero estaba tan dolido con todo
que no podía permitirle a mi alma sentir más que tristeza.
“Lo sé,” terminé diciéndole.
El inspiró aire por la boca y el aire golpeó
sus colmillos en el proceso, como cuando bosteza un león cortando con su filo
hasta el aire que se le cruza en el camino, Yunho tenía los rasgos afelinados
ahora que me ponía a compararlo.
Sus ojos amarillos estuvieron a centímetros míos
en un parpadeo, “no sabes cuánto me gustaría poder leer tu mente como lo hacía
Youngwoong, buscar dentro tuyo y poder decirte lo que quieres escuchar de mí pero
no puedo, así que solo voy a besarte, voy a besar estas lágrimas fuera de tu
rostro ahora ¿está bien?”
“¿Desde cuándo me pides permiso para tocarme?”
le dije yo intentando burlarme.
Su única respuesta fue pasar un brazo detrás de
mi espalda y atraerme a sus labios con paupérrima delicadeza.
“¿Por qué quieres hacer esto?” me preguntó.
“¿No te has hecho una idea ya?”
“No estoy esperando que digas que me amas o
algo así.”
“¿Entonces qué es lo que quieres que te diga?”
El vampiro me miró exasperado. Rindiéndose y
solo acercándose los últimos centímetros que le separaban de mi boca, besándome
despacio, muy despacio.
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“Olía a humano.”
Kangta meció el vaso de vino entre sus dedos.
Su otra mano dejó de ojear el libro que tenía sobre el escritorio. Los ojos
amarillos se fijaron en los otros.
“La guarida al este de Lamia, olía a un humano,”
Heechul le repitió, “era un rastro apenas impercibible, claramente alguien se
tomó las molestias de desaparecer las evidencias antes de que pudiéramos inspeccionarlo,
pero lo capté, era humano mi señor.”
“¿Crees que sea la reencarnación de
Youngwoong?” Kangta le preguntó enderezándose sobre su asiento.
“Podría pero ¿no habría ya Lamia transformado
al humano en Youngwoong en todo caso?”
“¿Qué es lo que piensas entonces?”
“No lo sé pero pienso que quizás encontrar a
ese humano nos dará respuestas.”
Las puertas se abrieron de pronto. A través de
ellas ingresaron Junsu y Yoochun.
“Mi señor,” corearon ambos arrodillándose al
presenciarse ante Kangta, “tenemos aviso de que Choi Siwon acaba de dejar la
guarida.”
Kangta rugió.
“Es suficiente razón para intentar derrocar a
Lamia, ha desobedecido sus ordenes.”
“No podemos saber nada hasta no saber en qué
parte está Youngwoong en todo esto, si es que le ha reclutado de alguna forma
dudo que ni siquiera los cuatro de nosotros podremos hacer mucho y de ser ese
el caso Lamia no dudará en cortar nuestras cabezas.”
“¿Entonces cómo procedemos?” Heechul les
pregunta.
Lamia lo medita por unos momentos.
“Sigue a Siwon averigua que es lo que se trae entre
manos y no dejes que se entere.”
El vampiro se arrodilló una vez más para
despedirse, y mientras volteaba para salir por la puerta su cuerpo se consumió
en la niebla negra hasta desaparecer.
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“Tenemos que ser rápidos, el fango puede
camuflar tu olor por ahora, pero cuando Siwon note que tu olor ha desaparecido
por mucho tiempo del bosque intentará buscarnos, pero le será mucho más difícil
seguirte el rastro entre los humanos.”
Claro él no tenía idea que Siwon muy
positivamente ya estaría al tanto de que no seguiría sus planes, probablemente
ya a mitad de camino de nosotros.
“¿Volveremos a Corea?” le pregunté.
“A donde quieras, ya sabes puff,” me dijo.
“¿Así de sencillo?”
“No realmente, verás aquí todo tiene su truco.”
“¿Y cuál es?”
“Bueno para transportarse desde aquí hasta el
mundo humano a tu antojo necesitas otro tipo de mojo.”
“¿Y cómo conseguiremos ese todo ese mojo?”
“De un amigo que vive en una cabaña al este,
sería mejor ir caminando y no usar los portales para no alertar a nadie, hasta
allá serán un par de días como máximo contando con tus necesidades humanas y
todo eso.
“Vaya, siento ser una carga.”
El vampiro me carga en su espalda.
“Eres una bonita carga, tienes eso a tu favor,”
me dice.
Yo quiero refutarle pero de pronto el vampiro
hecha a correr y yo debo sujetarme de su cuello y espalda.
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Siwon llega al último punto del que recibió
señal del anillo de Jaejoong en dos horas desde que abandona el refugio pero para
cuando lo ha hecho los susodichos están ya bastante lejos de allí y sin ningún rastro.
Choi maldice bajo el aliento al humano. Tiene
los segundos contados para poder hacer esto bien. Las manos le sudan. Ha venido
dado tantas vueltas y tantos saltos a través del portal para perder su rastro y
evitar que alguien pueda verlo con la humana bajo el brazo, alucinada de todas
las flores de belladona que Lamia había ordenado darle desde que la tuvieron
captiva. La mujer está tan al borde de la muerte que ocultar su rastro no ha
sido un problema mayor. Su pulso ha desaparecido de sus brazos y solo puede
sentirse muy débil en su cuello.
La deja sobre la nieve para recoger el anillo
de entre la nieve y aplastarlo con rabia entre sus dedos.
Solo se ven árboles secos y extensas áreas de
nieve por todo sitio, si ese humano no hubiera sido tan estúpido habrían
terminado esto hace mucho. Siwon saca la cuchilla de uno de sus bolsillos y
voltea hacia donde la humano para encontrar a Heechul en cuclillas, analizando
el cuerpo moribundo de la muchacha. Olisqueándola para intentar reconocerla o
al menos grabarla en su memoria. Oh está tan muerto.
“¿Qué tienes por aquí?” Heechul le pregunta con
total casualidad.
Siwon no puede llegar hacia él a tiempo.
Heechul le destroza en pedazos de un segundo a
otro.
ahhhh, una actu!!!!!! que emoción, que bueno que van a continuar la historia porque me ha gustado mucho, ya había perdido la esperanza de que la actu, creo que las cosas se van a poner peor en la historia, espero que logren seguir juntos, se está poniendo cada vez más interesante.
ResponderEliminarpor favor, apenas me contre con tu blog y me ha encantado, espero puedas seguir con esta historia me ha encantado, que encantado fascinado, me encantan las historias de vampiros que mejor que tenga como protagonistas a i pareja favorita, ahhhh muero, el imaginar a jae y a yunho como dos sexys vampiros es mi perdición, porfis continuala la historias, la esperare con ansias
ResponderEliminarGracias por esta fabulosa historias :)