Dos líneas: Y aquí estoy yo contando lo segundos en un bote a punto de naufragar. Hay un demonio en tus labios que me persigue y cada vez que doy la vuelta está ganando velocidad. Hueco o no lo cierto es que mi gusto por one direction trasciende la carita de Harry Styles y su gusto peculiar en amiguitas y amiguitos.
Como sea, aquí tienen, folks. Para la ketchup más ketchup.
- De modo que le llamaste pero fuiste cabeza dura suficiente para no
citarle - Yoochun reniega frente a Kim, desparramándose en la silla como si su
amigo no tuviera caso.
Jaejoong asiente refunfuñando a su vez. ¿Por qué no pueden solo
entenderle?
- No es que... – empieza a decirle por quincuagésima vez.
- Ni te molestes - Yoochun le corta - Junsu, amor, me pasas el número
vamos a llamarle ahora mismo.
- Yoochun-ah – Jae le suplica.
Junsu suspira. Desenredando sus brazos de su pecho y empujándose de la
pared. Manos en su bolsillo trasero buscando su móvil. Jaejoong le mira
aterrado.
- ¿Porque no quieres salir con este chico? – le pregunta el otro Kim –
sinceramente, tan solo dime una razón, hyung, una que no sea una huevada.
Y la cosa es esa, vale. Que ciertamente Jaejoong no puede dar con
ninguna. Junsu vuelve a suspirar ante su silencio. Su teléfono, en donde tiene
guardado el número de Max, yace en sus manos. Se vuelve hacia su novio segundos
después y con total resignación y para la sorpresa de todos retorna nuevamente
su móvil a los bolsillos de sus jeans.
- No vamos a llamarle – le dice.
Yoochun parece querer protestar así que Junsu continúa – cariño, si
queremos que esto funcione Jaejoong va a tener que llamarle solito – le explica.
Jaejoong siente tremendo cariño por Junsu recorrerle el cuerpo.
Yoochun vuelve a exclamar su disgusto con un - pero...pero Su.
- Yoochun, solo dejémoslo ser ¿sí? Además al paso que va estoy seguro
que va a volver a llamarle antes del domingo.
Jaejoong refutaría, si hallara la forma de calmar ese insensato color
carmesí sobre sus mejillas.
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Jae entra en el restaurante prácticamente en piloto automático, sus
piernas le conducen entre las mesas cubiertas de manteles blancos en su camino
a la mesa de siempre mientras le mensajea a Yoochun que ha llegado, medita lo
que va a pedir y además se pregunta en donde mierda fue a parar la camisa azul
que había planeado ponerse en la mañana.
- Ya sé que este es un verde vómito pero no pude encontrar mi camisa
azul al salir de casa – les dice a modo de disculpa mientras coge una silla de
la mesa para sentarse. Exhausto por todo el ajetreo del día, la reunión con la
señorita Evans y la actualización de sus nuevos proyectos y horarios pesándole
ya en ambos de sus hombros.
- Pues a ti te queda - le responde una voz que en definitiva no es la
de Yoochun y el corazón de Jaejoong salta hasta su garganta. Por una fracción
de segundo, piensa que tal vez ha estado tan distraído que se ha confundido de
mesa pero luego mira hacia arriba y…
Sí, ahí está él. Ese chiquillo. Max. Castaño e imposiblemente guapo a
plena luz del día.
- Sí. No sé cómo sucedió esto tampoco – el chico le ofrece con un
pequeña sonrisa – se suponía que me encontraría con un tipo que estaba haciendo
un ensayo de las obras de Grazia Deledda pero pese a que me fascinan sus poemas
no puedo decir que esto me apene.
- Yo... – es todo cuanto Kim puede balbucearle para luego quedarse en
silencio absoluto.
Max no puede realmente culparlo. Y la verdad no le fastidia el
silencio que recae entre ellos porque eso significa que va a poder mirar a ese
pelinegro por más tiempo.
- Voy a matarlos – es lo que Jaejoong le dice cuando recupera la
habilidad para comunicarse.
- ¿Así que uno de tus amigos hizo esto? – le pregunta el chico.
- Mejor amigo…ex mejor amigo si queremos ser exactos – Jaejoong le
responde haciendo un gesto con la mano.
Changmin encoge los hombros sonriendo. Jaejoong apreciaría que dejara
de mirarle así. Si tan solo supiera como decírselo. En lo único que puede
dedicarse justo ahora es en qué decirle para poder huir de allí. No puede excusarse
cortésmente a este punto. El chico sabe que ha venido aquí para almorzar con
uno de sus mejores amigos, y bueno, si es que decide ser así de rudo va a tener
que enfrentarse a Junsu y Yoochun luego.
Además él ya está aquí. Puede intentar solo sobrevivir el almuerzo. Un
par de horas y luego saldrá pitando de aquí a seguir con su preciosa ineventual
vida. Jaejoong se muerde el labio inferior con pesar.
- Digamos que ellos están tirando para el equipo chico del bar – le
dice porque ¿ya que chucha?
Chico del bar asiente con la cabeza un par de veces.
- Me gustan estos tus amigos cada vez más y más.
- Que no te oigan decirlo – Jaejoong le pide bajando la mirada
inútilmente hacia sus aún más inútiles manos.
- Así que ¿tienes hambre? – Changmin cambia el tema, trata de ayudarle
con toda esta torpeza suya.
Pero lleva una sonrisa amable en sus labios que solo hace sentir a Jaejoong
un millón de veces peor. El pelinegro solo asiente con la cabeza y recoge su
menú de la mesa para intentar cubrir su cara. El castaño le imita y se suman en
silencio por un momento mientras ambos lo estudian.
Jaejoong elige lo que quiere en menos de un minuto pero tiene miedo de
poner su menú nuevamente sobre la mesa. Aquella cartilla forrada con cuerina de
pronto se siente como la sábana sin la que no puede dormir por las noches, esa
que le protege del asesino serial que podría entrar por su ventana, o en este
caso del guapo chiquillo de cabello castaño que le promete cosas que está tan
jodidamente aterrado de siquiera nombrar.
De modo que en su lugar Jaejoong solo baja el menú un poco, a la
altura de sus ojos, hurtando una mirada a través de ella y para su grata
sorpresa pilla al chico haciendo exactamente lo mismo. Un intenso calor le
recorre el cuerpo.
- Así que... – le dice rápidamente desviando la mirada al menú – esta salsa
de espinacas ¿la quieres compartir?
- Bueno eso es muy de primera cita – el chico le responde – así que
sí, absolutamente.
- Rachel, esto fue arreglado.
- Detalles – el chico le dice con una sonrisa y un encogimiento de
hombros – además después de todo lo que ha pasado hasta tú no podrías creer que
es sólo una coincidencia.
Podría serlo. Solo una coincidencia, Jaejoong piensa. A veces, la vida
simplemente funciona de esa torcida manera. Podrías pasar una noche perfecta
con un chiquillo que conociste en un bar y la vida simplemente quiere
abofetearte la cara y hacerte ver que nada es perfecto. Así que le trae de
nuevo a ti para que le veas a la luz del día y notes todo lo malo que fallaste
en ver esa primera vez. Excepto que estás a plena luz de día y él sigue siendo
igual de increíble. Y la vida te está abofeteando porque lo que estás siendo,
es un idiota.
- ¿De verdad crees que esto va a funcionar? ¿Qué seremos la relación
perfecta?
- No lo sé, Jaejoong. Esta es sólo la primera cita – el chico le
sonríe – pero si quieres mi humilde opinión sobre las relaciones creo que esa, la
que funciona por siempre, esa que has renunciado a buscar, es posible – el chico
le dice, sus manos toman las de Jaejoong sobre la mesa y son suaves, cálidas – y
también estoy bastante seguro de que no es perfecto todo el tiempo. Pero creo
que incluso si no es perfecto todo el tiempo...incluso si es una mierda a
veces, tienes que trabajar en ello porque al final del día sabrás que vale la
pena.
Sus dedos tocan el dedo anular de Jaejoong ese que ya no lleva el
anillo de compromiso de Yunho puesto y lo acarician de arriba abajo muy
despacio, encendiendo chispas de electricidad sobre su piel.
- Así que lo siento si crees que estoy loco pero creo que cuando encuentras
a alguien que crees y sientes aquí dentro, que es ese alguien que has estado
buscando, para mí siempre va a valer la pena intentarlo.
Maldito. Maldito sea de aquí al infierno y de regreso, porque lo que dice
tiene sentido y Jaejoong no puede con esto.
- Jaejoong – el chiquillo le llama, mirándolo con tanta fuerza mientras
le acaricia ahora las muñecas – me llamo Changmin.
- ¿Changmin? – Jaejoong le dice después de lo que parece siglos
rodando la palabra en su lengua y sintiéndose solo tan jodidamente a gusto de
saber finalmente.
Changmin el chico del bar. Changmin el chico que hace que su corazón
lata tan fuerte que le hinca el pecho físicamente.
Changmin le sonríe asintiendo, y es tan magnífico que debería ser
ilegal en todos los estados y países del mundo. El castaño – Changmin,
Changmin, Changmin – se inclina un poco hacia él sin perder el contacto de su
piel con sus manos le llama en un susurro.
- Jaejoong... – le dice, haciendo una pausa en la que Jae no puede
evitar inclinarse un poco hacia adelante a su vez, centrándose en cada una de
sus palabras, en sus labios ligeramente húmedos mientras vocaliza cada palabra
– creo que deberíamos... – sus ojos castaños se fijan en sus labios, y las
comisuras de su boca vacilan, como si ya pudiera probarlos, sus ojos vuelven a
subir hacia los suyos como pidiéndole permiso, como si fuera imprescindible, Jaejoong
se empuja otro para de centímetros, Changmin está tan cerca ahora – sí,
deberíamos ordenar esa salsa de espinacas, muero de hambre.
Jaejoong parpadea un par de veces y al segundo siguiente está riéndose
a pleno pulmón mientras echa la cabeza hacia atrás, negando.
- Sí, supongo que deberíamos – le dice.
Changmin le mira con sorpresa y un algo más reflejado en sus ojos.
- ¿Qué? – Jaejoong le pregunta.
- Nada – Changmin sacude la cabeza como si con eso pudiera quitarse lo
que sea que le pasa por ella, aun mirando a Jaejoong, justo así, como si fuera
la única persona sobre la faz del planeta.
- Dime – le exige Kim con la voz chiquita.
- Es solo que iba a decirte cómo estaba en lo correcto sobre tus ojos
siendo aún más lindos cuando te ríes, pero sé lo mucho que te martiriza que
puntualice las cosas que me gustan de ti así que…
- No me martiriza.
- ¿Entonces, está bien si te digo que me fascinas aún más cuando
finalmente dejas de estar tan a la defensiva conmigo y haces cosas como reírte?
– Changmin le pregunta adornando su aplastante sinceridad con un ligero gesto
de disculpa colgando de su sonrisa.
Suena a broma como lo dice pero sigue siendo demasiado como para que Jaejoong
pueda mirarle directamente a los ojos.
- Dios – Kim se queja, sacudiendo la cabeza, sonrisa todavía tirando
de la comisura de su boca –vale, me martiriza, puedes parar ya.
- Que mal, tenía un par más en el bolsillo – Changmin le asegura, Jaejoong
no puede evitar reír de nuevo.
- Me gusta cuando te ríes – Changmin le dice como si Jaejoong lo
hubiera hecho para premiarle o algo parecido.
- Eres incorregible – Jaejoong le dice en un suspiro.
Son interrumpidos por su camarero, entonces.
Ordenan la salsa de espinacas y luego Changmin, quien es demasiado guapo
como para mirar al camarero o a nadie (más) a los ojos, para total sorpresa de
Jaejoong, ordena solomillo a la mostaza porque en sus palabras “es su favorito”.
Aunque honestamente a estas alturas Jaejoong sabe que no debería sorprenderse por
nada.
De forma que Kim debe cerrar su boca y pensar rápidamente qué demonios
hacer pues efectivamente iba a pedir el solomillo a la mostaza también. Es su
platillo favorito después de todo, pero si lo ordena ahora, va a parecer...
Maldita sea, pero no tiene un plan B y en comidas es un quisquilloso de mierda.
Así que se dirige al camarero entonces, aclarándose la garganta para
llamar su atención pues el hombre está todavía demasiado embobado como para hacerlo
por voluntad propia y maldita sea, tal vez Changmin sólo tiene ese efecto en
todo el mundo.
- Solomillo a la mostaza – finalmente le dice, ignorando a Changmin
cual celebridad prepotente – término medio. Con patatas cocidas al horno en un
lado y brócoli.
Cierra su menú con decisión y se lo entrega.
Changmin no le dice nada por largos segundos así que Jaejoong lo hace
por él.
- Así que – Jaejoong le dice cuando el camarero se ha ido – ¿supongo
que esto es el universo dándonos una especie de señal? ¿Tú y yo pidiendo lo
mismo?
- O tal vez sólo tenemos buen gusto – Changmin le dice con un
encogimiento de hombros.
- Oh, ya veo, ahora solo intentas dejarme en ridículo – Jaejoong niega
con la cabeza por lo que se siente como la millonésima vez sonriendo – Venga.
Dime que no lo pensaste.
- Tal vez – Changmin le responde, hay una sonrisa juguetona en su boca,
es interminablemente adorable – pero lo que es más interesante es que tú lo
pensaste solito.
Maldito. Jaejoong murmura entre dientes y Changmin echa hacia atrás la
cabeza riendo. Y wow, esa sí que es una perfecta mandíbula.
- No lo dices en serio, ¿soy adorable recuerdas?
Este individuo.
- ¿Qué voy a hacer contigo? – Jaejoong le pregunta, comisura de los
labios queriendo formar una sonrisa mientras mira a Changmin justo a los ojos.
- Con un poco de suerte. Salir otra vez conmigo.
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- Son las 8 menos 4 ¿es correcto asumir que alguien la pasó bastante
bien? – es la bienvenida que Jaejoong recibe al cruzar el umbral de la puerta
de su casa.
Yoochun y Junsu están ahí. Sonrisas muy grandes y tazas de cocoa en
manos.
- Son las 8 menos 4 ¿es correcto asumir que ustedes dos no tienen
vida? – Jaejoong les refunfuña mientras cierra la puerta tras de sí y Jesús,
tiene que suspirar.
Tiene que botar todo ese nerviosismo que se ha tragado toda la tarde
que ha pasado caminando al lado de Changmin y contándole cosas que no le ha
contado a Yunho en su año de relación.
- Joder, él me aterra – susurra contra la madera fría y siente de
pronto las rodillas débiles.
- Oh cariño – Yoochun corre hacia él con su tonito de madre y de
pronto Jaejoong en serio necesita su abrazo, muchos abrazos.
Kim se separa de la puerta despacio y trata de dirigirle una sonrisa,
pero Yoochun puede ver a través de él.
- Está bien – el pelinegro le azuza acariciándole una mejilla.
- Es que no quiero quererle ¿está bien? Ya me agrada demasiado solo
así y si yo le quiero, si yo llego a quererle entonces…
- Jaejoong ese chico ha pasado
8 horas contigo y sin aviso, probablemente ha hecho a un lado cada uno de sus
planes solo para estar contigo.
- Lo sé – Kim refuta llevándose las manos a la cabeza – lo sé y me
jode como no tienes idea.
- ¿Porqué? – Junsu le pregunta.
- Él es perfecto.
- ¿Qué? ¿Y cómo es eso malo? – Junsu se ríe a su lado, ha dejado su
cocoa en el piso y ha caminado hacia él para sostenerle la otra mejilla.
Jaejoong tiene buenos amigos.
Pero lo que Jaejoong quisiera una extirpación de cerebro. Del sitio
que fuera que le produce las feromonas. Que le hace reaccionar a las de
Changmin. Que le hace querer coger el teléfono para llamarle y decirle “la pasé
genial, gracias por hoy.”
- Que yo no lo soy ¿vale? – termina diciendo con la voz pesada y
quizás los ojos cargados de pequeñas lágrimas – tengo un título en periodismo y
¿qué es lo que hago? edito desde casa. Tengo 31 y aún sigo a la deriva ¿Qué más
quieres que te diga?
- Hyung no quiero ser irrespetuoso contigo pero honestamente a veces
eres solo un idiota – Junsu le susurra y no hay atisbo de amargura en su voz,
hay solo cariño – iré a hacerte una cocoa y dejaré a Yoochun a cargo de esta –
le avisa con una sorisa pequeña mientras se separa de ambos y camina hacia la
cocina.
El mencionado pelinegro le toma ambas de las mejillas con las manos y
suspira.
- Tener 31 no significa que debas tenerlo todo resuelto ¿sabes? – le
confía como si fuera un secreto – sí, es cierto que vivimos bajo parámetros
pero créeme que la edad no te exenta de errores, Jaejoong ¿Y que son 31
finalmente? Comparado a nuestros padres aún andamos en pañales ¿no? ¿y qué si
todavía vas a la deriva? Estás llegando, vas aún en el barco, estás flotando y tienes
talento, cariño ¿y sabes que más? un corazón precioso y vas a lograrlo, hay una
razón porque estas editando ahora, todo lo que haces se añade a un algo, estás
llegando ahí así sea a pequeños pasos, nada es sencillo, todo cuesta en esta
vida y hyung acá estamos nosotros para ayudarte ¿vale? – Yoochun le dice.
- Además – Junsu le dice reingresando en la sala, cocoa caliente en su
mano – nadie es perfecto, ni siquiera ese chiquillo. Sí, lo sé, sé que es
difícil de ver cuando el empaque está bastante agradable a la vista pero hay
pequeñas cosas aquí y allá – Junsu le asegura riendo ligeramente – y solo para
que lo sepas eres el mejor partido en el mercado, independiente de tus
opiniones en el asunto y creo que Changmin es lo suficientemente astuto para
distinguirlo – Junsu le comparte codeándole en un costado de las costilllas
mientras le entrega la cocoa.
Jaejoong trastabilla con terror de demarrarse la taza encima. Esperen…
- ¿Changmin? ¿Cómo saben que…? – pregunta. Junsu le sonríe con
culpabilidad.
Oh están muertos. Oh están tan muertos.
- Demoraban mucho nosotros solos queríamos saber cómo iba a todo –
Junsu se excusa luciendo algo avergonzado.
Yoochun está a su lado luciendo exactamente todo lo contrario.
- ¿Cuándo…? – Jaejoong no alcanza a finalizar su pregunta.
- Cuando fueron a la cafetería a eso de las 6, Changmin nos texteó un
gracias y bueno no pudimos evitarlo.
- Oh sí que podían – Jaejoong refunfuña.
- Si bueno en tu defensa sonaba menos bebé de lo que creíamos –
Yoochun le dice.
Jaejoong enrojece de pies a cabeza.
- Pero en serio hyung, no le hemos visto aún, pero alguien que es
capaz de contrabandearnos fotos de ti solo para asegurarnos que estás pasando
un buen tiempo pues…
- ¿Qué él hizo qué? – Kim pregunta pero la pareja le ignora.
- Es de alguien cuyas intenciones van mucho más allá de un buen o
buenos polvos. Le agradas mucho a este chico Jaejoong ¿tan difícil es darle un
oportunidad?
Jaejoong se deja caer en el piso y gatea hasta la taza de cocoa de
Junsu.
- ¿En serio te agrada este chico? – Jae le pregunta a Junsu con un
suspiro.
Porque al fin y al cabo, de ambos. Junsu jamás le ha vendido una
mentira cuando el tema ha sido así de importante. El susodicho asiente con la
cabeza.
- Está decidido entonces – Jaejoong les dice levantando las manos – ahora
más les conviene traerme alcohol antes de que lo piense dos veces.
La pareja desaparece a grititos hacia el bar de la sala.
Jaejoong suspira ¿En que se está metiendo? Dios mío.
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Tienen una fiesta el viernes a la que Yoochun y Junsu aparentemente se
habían comprometido a ir cuando pensaban que Jaejoong podría haber estado
interesado en Ryan. Jaejoong no se siente super entusiasmado con la idea, pero
honestamente la idea de volver a ver a Ryan no le causa repulsión tampoco,
fueron buenos amigos antes de nada y ya que está planeando viajar a Japón para
sus próximas vacaciones que mejor que un lugareño para aconsejarle de gastos y
hoteles.
Llegan al punto de encuentro casi 9 menos 5, es un bar totalmente desconocido
pero de muy buen gusto, es Ryan el hipster después de todo. Jaejoong lleva
puesto uno de sus mejores pitillos y una remera que sabe se gana miradas de
aprecio porque ¡hey! uno siempre debe estar presentable frente a un ex después
de todo.
Como sea, Ryan está guapísimo cuando Jaejoong le intercepta en un
abrazo al verle y lo mejor es que Kim nota que le saca un par de centímetros y
dado que Ryan solía ser mucho más alto que él, y fastidiarle interminablemente
al respecto, este pequeño detalle solo hace que el gusto sea incluso mayor.
- Pero mira nada más y ¿para qué agencia estás trabajando? - Ryan le
dice cuando se separa apenas de él en el abrazo.
Jaejoong puede oler el alcohol en su aliento pero el chico como
siempre es todo un caballero y no está invadiendo su espacio personal más de lo
debido.
- Soy un editor en realidad - Jaejoong se ríe - no hubiera sido justo
lanzarme de modelo, ya sabes con la alta tasa de desempleos hoy en día, me
hubiera mandado abajo la economía del país.
Ryan lanza una carcajada.
- Muchas gracias por traerle chicos - voltea a decirle a Yoochun y
Junsu detrás de ellos, ambos hacen una gesto de “no hay de que” – después de
todo sigues siendo el mismo bobazo de cuando chiquitos.
- ¿Chiquitos? ¿Es que creciste algo? - Jaejoong se burla de él.
La mueca de dolor de Ryan manda a Yoochun y a Junsu a reír de buena
gana a su vez.
- Bueno no es justo que te burles de mí estando tan sobrio cuando yo
definitivamente ando todo lo contrario así que venga, subamos - Ryan les dice.
- Pues señala el camino – Jaejoong le responde, pasándole una mano al
hombro para estabilizarlo, no quiere que el chico vaya a mandarle al piso en un
tropiezo.
Ryan los conduce al segundo piso a una sala privada repleta de gente
tan guapa como él, Jaejoong cree incluso reconocer un par de modelos.
- Los tragos están en el bar en esa esquina pueden pedirle a Mike lo
que deseen – Ryan habla gritando para hacerse escuchar por encima de la música.
- Tus amigos parecen famosos – Jaejoong se ríe pero en realidad se
siente algo cohibido entre tanta carita simétrica.
Ryan se tira hacia atrás contra él.
- Cariño tienes idea de cómo luces justo ahora – el nipón le dice – lo
que me recuerda – Ryan se vuelve hacia la gente para exclamar – sí, un aviso
para los presentes, sucede que este es un ex mío, para que vean cuan de
asombroso soy en la cama que pude convencerle de cogerme las manos en público.
- Mucho más que eso en realidad – Junsu interviene con una risotada y
todos parecen brindar por ello.
Jaejoong se pone tan rojo que tiene que esconder la cara en el hombro
de Ryan. Manejar la atención de muchas cabecitas nunca ha sido su fuerte. Sobre
todo cuando se está discutiendo tu vida sexual.
- Sácame de aquí – le susurra.
Ryan vuelve a carcajearse y le cambia la posición para poder guiarle a
través de las personas hacia alguno de los muebles vacíos.
- ¿Y entonces cuéntame hay alguien? – Ryan le pregunta al oído.
Jaejoong se deja caer en los muebles y suspira. Por dónde empezar. Si
es que debería, también. Hablar del chiquillo del bar parece invocarlo de
alguna forma.
Ryan le hinca un dedo en el vientre en su manera de borracho para
captar su atención.
- Hey ¿estás evadiendo la pregunta?
Jaejoong niega con la cabeza.
- Eso es un no o un no sé.
Jaejoong sonríe. Han pasado muchos años pero Ryan al parecer sigue
conociéndole bastante bien.
- Ha pasado mucho tiempo ¿no? – le dice.
Ryan decide dejarle cambiar el tema y no le presiona.
- Lo sé, te has puesto tan viejo – el nipón le dice con añoranza.
- Retráctate – Jaejoong le grita empujándole.
El nipón se tambalea y cae al piso riéndose con demasiada gana,
llevándose las manos a la cara para tratar de calmarse y es cuando Jaejoong lo
nota al fin.
- Estás comprometido – Kim le dice y quizás por respeto deba aminorar
el asombro en sus palabras pero por dios santo que no puede créelo ¿ese chico está
comprometido? el mismo que le lanzaba bolitas de papel al profe de mate cuando
este se volteaba a escribir en la pizarra, es demasiado irreal si quiera
asentar la idea en su cabeza.
Ryan se mira la mano como si se hubiera olvidado de que tenía la cosa
ahí en un principio.
- Se propuso ayer, fue tan bizarro, te juro ese cabrón tiene suerte de
ser tan guapo – el chico le responde con un suspiro hastiado.
- Usualmente la gente sonríe al recuerdo – Jaejoong le dice riendo.
Ryan le manda a callar con un gruñido.
- No me dio una sola pista ¿sabes? hubiera querido estar mejor vestido
y definitivamente mejor peinado para ese momento en mi vida pero ese pendejo –
Ryan calla del coraje y Jaejoong tiene que volver reírse.
- Como sea, eres máximo el tercero en notarlo ¿puedes creerlo? estos
hijos de puta solo vienen a beber no les importo ni un poquito.
Jaejoong vuelve a reír. Ryan suele llevar anillos como parte de su
look así que no es de extrañar que nadie le haya tomado demasiada importancia a
este en particular.
- Bueno, felicidades, en serio wow – Kim exclama lanzándose sobre él
para abrazarle y palmearle la espalda extrañamente.
- Sí bueno yay por mí – Ryan responde rodando los ojos para después
mirar su anillo con los ojos de Junsu y Yoochun. Jaejoong no puede evitar
contagiarse el gesto bobo.
- Así que ¿de dónde conoces a toda esta gente?
- Por aquí y por allá. Algunos de prepa, la universidad, del trabajo,
amigos en común con Mark y el otro 75% amigos de juerga.
- Tengo historias de interés para ese 25% del que hablas, muero por
intercambiarlas, nuevo material de chantaje siempre es bien recibido.
- Gilipollas – Ryan le acusa – solo quieres levantarte a alguien
pisoteando mi dignidad.
- ¿Te queda algo de ella?
Ryan le pega un zape en la frente que termina en un abrazo muy extraño.
Va en serio borracho. Jaejoong se ríe tan fuerte de él que siente presión en la
cara.
- Menos de 24 horas de compromiso y ya le estas poniendo los cuernos,
bueno Mark va a estar destruido – les dice una voz.
Jaejoong la reconoce al instante. Le reconoce al instante.
- Y no podría culparme digo mírale – es lo que Ryan responde con una
sonrisa.
Jaejoong está demasiado quieto como para decir nada.
- Es un hecho, nadie podría culparte – Max le dice guiñando un ojo
hacia el Kim que tiene enfrente.
- Está llamando insistentemente desde hace unos 15 minutos tal vez sea
buena idea que le llames – Changmin le dice con su móvil en la mano.
Ryan se pone de pie al segundo para después hacerle un gesto rápido
que el pelinegro no termina de entender y luego el hombre está caminando fuera
hacia las escaleras.
Jaejoong olímpicamente no tiene idea de qué hacer ante esos ojos
marrones.
- ¿Entonces cuba libre o mojito? – Changmin le pregunta sentándose en
el sillón frente a él, guapísimo en su camisa a cuadros y pantalones negros.
Oh Jesucristo es en serio él.
Jaejoong va a tener un ictus aquí mismo. Su paranoico ser voltea en
todas direcciones en busca de Junsu y Yoochun. No les encuentra en su sondeo
rápido así que hace lo que cualquiera en su lugar.
Entra en pánico.
- ¿Qué-qué haces aquí? – le pregunta y si suena un poco desesperado es
porque demonios lo está.
El chiquillo suspira.
- No quería acercarme, sabía que ibas a asustarte – Chagmin le dice,
la sinceridad implacable de siempre.
Jaejoong no sabe que responderle.
- Pero
entonces los vi tan juntos y yo no… sé que es irracional, ponerme celoso
de Ryan cuando es el prometido de mi mejor amigo y sé que contigo no podría
haber nada…
Jaejoong no sabe qué decirle. Porque a estas alturas por
supuesto que ese chiquillo es el mejor amigo del prometido de su ex. Joder tal
vez sus madres son amigas de la secundaria planeando una reencuentro la próxima
semana, quizás es primo lejano de Junsu o Yoochun. Mierda por todo lo que sabe
quizás es nieto de su jefe en la editorial. Cualquier cosa por más sacada de
cuadro…es ahora potencialmente dable.
- Pero no puedo remediarlo. Ya siento celos de todos a los
que hayas podido ver, quienes pudieron tocar tu cabello o sentir tu cuerpo
junto al suyo – el castaño le dice.
Jaejoong quiere callarle a besos.
Quiere tomarle de la camisa y besarle con desesperación.
Quiere arrancarle con su lengua más de esas palabras
suyas que le ponen el todo de cabeza. Al filo del abismo al que le ha perdido
el miedo al punto que amenaza su supervivencia.
- Joder Jaejoong voy a besarte si no me alejas ahora –
Changmin le susura luciendo tan ido como quizás el mismo.
- No quiero alejarte – Jaejoong le responde, permitiéndose
ser sincero por primera vez.
Cuando Changmin le besa no hay gota de alcohol en su
sistema, solo endorfinas. Y un amor aplastante que derrite el alma del
pelinegro que se aferra a él a pesar de todos sus miedos y fantasmas.
FIN
aaaaaaah por fin, estaba esperandolo muchoo, y que bien q no es el último, asi q espero la conti con mas ansias
ResponderEliminarFeromonas, feromonas evrywhere... sobretodo en esos dos, hombres hermosos y que ami y odio tanto ajajaja. Amo este mini fanfic, creo que ya es la tercera vez que lo leo (en cada año, 2014, 2015, 2016) y no me persono el no haber comentado antes.
ResponderEliminarTe felicito por los dialogos, muy pocas personas saben hacerlo bien y tu eres de esas. Dios, que disfruto mucho leyendote y me la paso genial.
Te quiero Kimmy y tus frases bien peruanísimas en los fics ajajaja <3
PD: Changmin un galán mi dios.
Ahhh dios, es sublime, hemoso ... PERFECTO!!!!! *^*
ResponderEliminarComo demonios no lo habia terminado de leer antes *^* oh dios.. estoy flippando mal por Changmin shhdfhhfhf quiero uno en mi vida!!! Por favorsitooo ;; en fin. Gracias por todo ♡