Accidentally pregnant (13/?)

Siento la demora. No saben lo que me divierte escribir este.




Take a load off Fanny 

A mitad del segundo trimestre, y para sumo deleite de mis amigos, yo estaba enorme. Enorme del tipo tal que Yoochun me había facilitado barandas por toda la casa e incluso insistido en comprarme una silla de ruedas que finalmente –gracias al cielo– me las había apañado para quitar de la mesa.

El doctor me había explicado en mis muchos controles. Lo que podía esperar a lo largo del trayecto y como adaptarme a los constantes cambios de la mejor manera.

Puesto que desde mi alimentación hasta muchas de mis libertades habían dado un giro de 360. Y es que a decir verdades no importaba la madurez emocional de la que pudieras jactarte, la limitación funcional podía a veces llevarse lo mejor de ti mismo.

Y aquello constituía algo que en mi situación particular no podía permitirme.

Llevaba un embarazo de riesgo y aunque a veces era realmente difícil de tenerlo presente dado lo maravillosamente bien que lo llevaba, cuando estaba en la visita médica y veía su alivio al hacerme el examen físico y los ultrasonidos, entendía mejor todo su buen trabajo.

Me sentía tan agradecido por él, y por supuesto por la ayuda de Jaejoong y Yoochun, tanto que a veces no podía reprimir las lágrimas…en el sentido expreso de la palabra.

¡Oh! ¿Es que no les había hablado de ello? La otra cosa que atravesar mi segundo trimestre había traído consigo era ponerme sentimental.

Sí y no funcionaba solo con las cosas bonitas. Como tal vez Changmin regalándome un enterizo de reno para mi futuro bebé.

Funcionaba también contigo.

Estar tan en conectado a la parte derecha de mi cerebro me había obligado a concientizarme de aquellos  sentimientos que mis mecanismos de defensa aparentemente habían puesto en un lugar en el que no pudiera verlos.

Y así darles rienda suelta para afectarme.

Entonces lloraba.

Y Yoochun… él había empezado a notarlo y yo terminaba llorando aún peor de la culpa.

Era ridículo. Lo sabía. Un círculo vicioso bastante patético. Pero no podía evitarlo. No era dueño de mis emociones. Escapaba de mis manos, sobre todo cuando sus ojos negros me perseguían y la lengua se le enredaba en la boca.

Porque me hacía pensar si quizás querría preguntarme de ti. Si sabría de ti siquiera.

¿Y cuán injusto era eso, ah?

Quería olvidarte ya. Arrancarte de mí y decírselo. Hola soy Kim Junsu. Un empleado de tu empresa. Estuve muy enamorado de alguien pero ya es parte de mi pasado.  Tengo tu hijo en mi vientre y me atraes, dios me atraes mucho. Eres bueno para mí. Creo que…creo que puedo ser bueno para ti también.

Pero me retenías, pese a todos mis esfuerzos seguías reteniéndome.

Esta parte hipertrofiada de estupidez aún tan latente dentro de mí guardaba aun sus esperanzas absurdas.

Recordaba tus ojos cálidos y tus te amo, y pensaba que debía haber una explicación diferente al desengaño.

Estabas arruinándome este pequeño pedazo de felicidad que tenía. Y no era justo. Nada de lo que habías hecho lo era.

A veces me entraban hasta ganas de buscarte, sin importarme mi dignidad o mi orgullo, y solo preguntarte esto: ‘¿por qué?’

Pensaba que eso sería lo único que me permitiría seguir mi camino. Saberlo de tu propia boca. Otras veces era un poco más cuerdo y entendía que no había más de lo que ya sabía. Habías jugado conmigo y ya. Pero ¿la verdad? Eso me hacía llorar aún más.

¿Qué era exactamente lo que esperaba? Odiaba todo esto. No sabía qué hacer para remediarlo.

Y es que la fecha de tu boda era cada vez más cercana… y me ponía de rodillas, poco a poco todo lo que había logrado con él a mi lado, regresionaba. Y cosas oscuras querían apoderarse de mi corazón. Cosas de las que no estaba orgulloso.

Honestamente aún pese a todo Haruka, quería poder desearte verdaderamente felicidad al lado de esa persona aunque no fuera yo. Pero no por nobleza ¿para qué mentirte?

Sino porque empezaba a odiarte… y eso era peor que amarte. Odiarte me obligaba a pensar en ti a cada momento del día. Y no era sano. Ni para mí, ni para la criatura que crecía en mí.

Hablar al respecto con Jaejoong tampoco había servido.

“Tu cuerpo ahora mismo es una sopa hirviendo de químicos altamente inflamables, Junsu - ah” me había dicho, “no te eches la culpa ¿vale? Si fuera sencillo olvidar, más del 85% de las canciones que guardo en mi iPod perderían su sentido y me he encargado ya de Yoochun ¿vale?”

No me había explicado a detalle el cómo. Pero lo que le habría dicho le había devuelto el espíritu. Sus atenciones para conmigo se habían cuadriplicado.

Me había llenado la agenda de tareas para mantenerme ocupado y sorpresivamente había funcionado cual truco de mago.

Todo para cuanto me servía el cerebro ahora era para pintar y pegar calcomanías en el cuarto que habíamos empezado a decorar para el bebé.

Colores pasteles y unisex, artículos coloridos y el impresionante zoológico de peluches que Changmin seguía aumentando con cada una de sus visitas.

De alguna manera se había tomado la tarea a pecho, porque tenía animales que definitivamente no eran los comúnmente comerciales.

Yo empezaba a pensar que solo estaba almacenándolos aquí porque le aterraba correr el riesgo de que alguien se enterara de que los coleccionaba por sí mismo ¿es que alguien estaba frecuentando su casa?

Mejor ni me metía ahí. Saber alguno de los secretos de ese niño era más agotador que las maratones de la ciudad y por lo general contraproducente para tu bienestar físico...


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Jaejoong hyung caía religiosamente cada tarde en su horario de almuerzo para conversarme de la empresa, chismes, y más de este chico con quien había empezado a salir y de quien evadía siempre confiarme el nombre.

Yunho se había pasado un par de veces también. La primera para decirme que estaba al tanto de todo y mi renuncia estaba registrada como un descanso médico de forma que el puesto continuaría siendo mío cuando yo lo quisiera. Las otras para brindarme vitaminas y otras cosas paternales.

No estaba del todo seguro de cómo iban las cosas entre Jaejoong y él, pero sabía que a pesar de lo que le había admitido a Jaejoong, había terminado con su novia.

Jaejoong me había jurado que todo estaba bien, sin embargo. Yoochun también me había asegurado que las cosas en la empresa no estaban turbias ni nada. Pero no sabía si mentían por la recomendación del doctor a no suponerme ningún estrés… aunque honestamente me preocupaba aún más que lo que me decían fuera verdad.

Porque eso significaba que Yunho no tenía idea que Jaejoong estaba frecuentándose con este hombre misterioso. Y cuando la bomba cayera… oh sería peor que Chernobyll.


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Admitir que me sentía atraído hacia Yoochun no era un tabú pero tampoco algo que iba gritando como un hombre muy loco a los 4 vientos.

Sí, tal vez las sonrisas tontas en mis labios me vendían al mundo entero pero me guardaba lo suficiente para que Yoochun nunca pudiera verlas.

Estaba bien así por lo pronto. Teniendo el secreto y la magia para mí mismo. Era mi escudo. Y hacía que mi hijo con él creciera sano dentro de mí.

Sin embargo me había visto obligado a dejar de dormir con él desde hacía unas semanas porque el asunto con mis hormonas todavía no estaba del todo sorteado y cada que me perdía en sus ojos negros me llenaba de este calor que parecía mucho más vivo en los terminales sensitivos de mis dedos.

Y es que si captaba tan solo un poco de su aroma mi cuerpo me pedía verbos y la atmósfera mutaba a peligrosa en segundos y lo que es peor de todo, Yoochun no parecía disgustado en absoluto.

Así que era yo quién debía pedirse cordura.

No le había dicho nada de esto a hyung por supuesto, ya podía adivinar su respuesta y no quería porras aquí exactamente. No quería tampoco censura. Joder… ¿Qué quería si quiera? Oh sí. Tocarle. Aquí. Allá. Sin reparo alguno.

Los finales de mi segundo trimestre habían traído esta indeseada libido. Porque no era yo ¿cierto? Al menos no ¿totalmente?

Joder. Me estaba convirtiendo en todo un pervertido  y cada noche que pasaba sin él a mi lado solo llevaba las guarradas en mi cabeza al próximo nivel.

Al menos todo esto te mantenía bastante a raya ¿eh? Dios santo. Iba a perder los estribos un muy mal día de estos.


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El tercer trimestre había llegado. Y contra todo pronóstico la situación en casa iba muy bien. Ya ni siquiera sabía de ti. Y si por algún porsiacaso me topaba a tu prometida o quizás ya esposa en la tele cambiar el canal era cosa de presionar el botón correspondiente.

Yoochun había perfeccionado la técnica del fuerte de almohadas y sabía cómo prepararlo en menos de un minuto, para recostarme en él estuviera donde estuviera para luego recostarse a mi lado a la espera de su recompensa. Que sea dicho casi siempre terminaba siendo un masaje.

“Tienes buena mano,” le encantaba decirme mientras enarcaba sus cejas de manera exagerada para hacerme reír.

Pasábamos horas hablando cuando llegaba del trabajo, mientras cenábamos o veíamos alguna película.

Memorias de niños, colegio, universidad, familiares problemáticos, borracheras, Jaejoong y Yunho, oh esa así que tomaba horas, a veces también hablábamos de su mamá o la mía, hasta me había contado de su primera enamorada, yo le había confiado un par de historias también pero…nada tuyo.

No me había preguntado nada directamente tampoco. Quizás realmente no estuviera enterado. Esperaba con todo mi corazón que no.

Porque esa era una conversación que por iniciativa propia yo no iba a iniciarla.

Luego por lo general cada quién se dirigía a su habitación.

Sí, yo continuaba durmiendo en la mía, mis hormonas no me dejaban un segundo tranquilo. Y coexistir con el solemne miedo – así fuera temporal o no – de hacer algo totalmente inapropiado teniéndole a mi lado toda la noche, probablemente no me permitiría pegar el ojo en absoluto.

Justamente me preparaba para hacerlo, cobijándome bajo el edredón y aplaudiendo para apagar las luces cuando le oí tocar mi puerta.

“Entra,” le dije.

Él abrió la puerta.

“¿Pasa algo?” le pregunté intentando verle a pesar de la oscuridad.

¿Le habría caído mal la comida? Parecía bastante bien hasta antes de ello. Pero Yoochun no me respondió.

“¿Está todo bien?” intenté de nuevo empezando a preocuparme realmente.

Intenté incorporarme. Mi estómago me dio algo de trabajo, tuve que rendirme finalmente resoplando. Él llegó a mí soltando una risa bajita. Me ayudó con las almohadas y me acarició el pelo innecesariamente.

No que me quejara. Se sentía bastante bien.

“Sabes, mientras tú estás aquí acostado yo estoy allá pensando en que esto pueda pasarte a lo largo de la noche.”

“Bueno no moriré si no puedo pararme, además duermo de corrido,” razoné yo.

“¿Y si quieres hacer pipí?” me preguntó.

“¿Pipi en serio?” Me reí.

Él encogió los hombros. Sentándose a mi lado. Hice las piernas a un lado para poder darle un pequeño espacio. Al menos podía moverme aun lateralmente.

“He tratado de disciplinarme con respecto a eso, bebo lo necesario para no tener que levantarme de madrugada así que puedes estar tranquilo.”

“¿Es que ronco?” me preguntó abruptamente

Yo parpadeé azorándome de a pocos porque creía pillar lo que intentaba decirme y un caldo burbujeante empezaba a cocinarse dentro de mí.

Sus ojos negros me miraban. No iba a darme tregua. Yoochun era muy amable sin dudas pero tenía talento en su trabajo por su determinación. No se iría de aquí sin una respuesta…pero la verdad era demasiado peligrosa para indultarla.

Y es que...si el tiempo me jugaba en contra pues el lugar me ganaba la partida.

Abrí y cerré la boca un par de veces. Todo estaba muy oscuro, no podía verle la cara pero al oírle suspirar, bajo como decepcionado e incluso quizás hasta dispuesto a darme tregua y volver a su habitación sintiéndose de la manera esa que le había impulsado a tocar mi puerta, solo me hizo sentir de pronto enfermo.

“No roncas,” le respondí haciendo puños las sábanas.

“Sé que no,” me respondió en un susurro como si yo fuera un tonto.

Y lo era. Hasta la luna y de vuelta.

Así que me callé ¿Cómo podría dilucidar la manera de salir de esta? Cuando en realidad solo quería ser arrinconado hasta perder.

“De modo que si es que no puedes dar con nada entonces quizás sea porque no tengas una buena razón para mantenerte alejado, y de ser el caso quizás no tengas que seguir haciéndolo. Quizás podrías volver a acompañarme por las noches Kim Junsu porque dios sabe que te extraño.”

Debía estar muy cerca de mí, porque había sentido sus palabras contra mi rostro. Todo bullía. Nada era claro a excepción de la fuerza con la que latía mi corazón dentro de mi pecho.

No me alejé un solo centímetro. No tenía un gramo de voluntad para ello.

Cuando sus labios tocaron los míos solo agradecí que no se hubiera detenido a preguntarme si lo quería, con la oratoria superior que a estas alturas mi cuerpo manejaba falta no hacía.

Así que le besé de vuelta. A su ritmo. Sin prisa y casi en silencio como la misma madrugada. Me dejé recostar vencido por su peso. Sentí sus brazos en mis hombros, en un lado de mi cuello. Sin intención mayor que la de sentirme ahí, real, en el momento.

Nos besamos por un largo rato así. Eventualmente una de sus manos bajaba a mi vientre y la otra quedaba jugando con los cabellos que enmarcaban mi rostro.

“Jaejoong no va a darme tregua si me ve cansado mañana,” le dije.

Él empezó a reírse. Me acomodó más hacia la izquierda cargándome para hacerse un espacio.

“Me haré responsable,” me respondió besando una de mis mejillas.

Se acomodó con solo una almohada a mi lado y me construyó todo un fuerte con el resto. Pasó un brazo por encima de mi vientre y su cuerpo y su aroma cálido me envolvió suavemente.

“Durmamos ahora, si me permites besarte un segundo más querré poner otro bebé aquí dentro,” me admitió tocando mi vientre.

El bebé pateó dentro de mí probablemente tan indignado como yo. Porque era un buen bebé y su papá un idiota.

Pero esos ojos negros traviesos brillaron con tanta fuerza al sentirlo que mi molestia se drenó lejos hasta dejar solo rastros de escarcha en su lugar.

“Vale, vale, no estoy tocando a papá ¿está bien?”

El bebé pareció tranquilizarse al oírle.

“Parece que pelearé mucho con alguien por tu atención,” se rió, “yaaah tendré que trabajar muy duro en mi aegyo.”

“Detente por favor,” me reí cuando le vi llevar sus manos a los lados de su rostro y poner los ojos tan chinos.

Él se rió incluso más volviendo a abrazarme.

“Junsu,” me llamó, “¿sabes que me gustas mucho?”.

“Eish,” le empujé de mí, él abrió los ojos haciendo una mueca de dolor, sus gestos tan coquetos me hacían querer besarle de nuevo, me acerqué a su oído para confesarle, “me gustas mucho tú también Park Yoochun.”

“¡Es todo! Estoy muy seguro que nuestro hijo apreciará un hermanito,” me dijo tirando del cobertor por encima de nuestras cabezas y tirando de mi hacia él.

Yo no podía parar de reír. Le besé para tranquilizarle. Él bajó las manos a mi trasero.

“Park-shii,” le resondré pizcándole una mejilla.

Sus manos subieron también a las mías.

“Vale, vale,” canturreó.

“Durmamos o Jaejoong pateará ambos de nuestros traseros mañana por la mañana” le advertí pero mi corazón latía con fuerza dentro de mi pecho, todavía contrastablemente despierto.

“Está bien,” él me respondió con un tonito resignado.

Pero sonreía. Sonreía tanto que era difícil no quedar anonadado. Quise decirle que se comportara. Que no podría con todo ello de lo contrario pero en realidad tan solo quería besarlo otro segundo.

Cuando caí dormido aún podía ver los hoyuelos danzando en sus mejillas…



CONVERSATION

4 comentarios:

  1. Que lindo encontrar una actualización después de un tiempito, me encantó este capítulo de a poco se van enamorando por lo que leo (bueno en realidad la atracción física ya está o estuvo de hace rato por algo tuvieron esa pequeño encuentro sexual en donde es fruto ese ser que espera junsu)
    Me encantó la última parte donde Yoochun le dice que lo extraña ojalá siga todo bien y que Jun de a poco vaya olvidando a su ex (aunque ese tema me tiene intrigada).
    Bueno voy a esperar a la próxima actualización desde ya te digo que quede conforme con esta continuación. Muchos saludos y suerte.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. ME HICISTE FELIZ HOY, MUY FELIZ!!!! GRACIAS POR ACTUALIZAR!!!! AMO ESTE FIC!!!

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  4. entraba aquí casi todos los días sólo para ver si actualizabas, luego lo fui haciendo menos seguido y luego muy poco pero hoy entre por las dudas y pegué un grito de alegría al encontrar este capi, me encantó, que lindo que hablen mucho, cuando podés hablar horas con una persona todos los días esa persona se vuelve importante en tu vida, me encantó que el ratón fuera a buscarlo, se tardó un poco, me da risa que Yoochun no pueda mantener alejadas sus manos de la sexy s line jeje, totalmente comprensible, jeje, ¡qué malo es Junsu que no lo deja recrearse en esa zona ni un poquito! Bueno si te sigo mencionando todas las partes que me gustaron voy a terminar reescribiendo todo el capítulo porque ¡ME GUSTÓ MUCHO TODO TODO DE PRINCIPIO A FIN, la ternura de nuestro niño malo Changmin con sus regalos para el bebe, el misterio de Jae, ¿con quièn anda? ¿y qué onda con Yunho? Junsu sigue pensando en su ex pero le atrae Yoochun, ¡què embrollo de emociones tiene este niño! etc, etc, o sea todo el capi y todo el fic es super intersante, emocionante, tierno, sexy, chistoso y hasta su cuota justo de drama tuvo en algunos capi (digo cuota de drama justa porque no me gustan los fics super tristes de pura angustia pero un poquito de drama, no demasiada, hace interesante la trama, para mi gusto personal), ojalá puedas subir otro capi pronto, estaré esperando con paciencia, saludos genia

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